Los Warriors habían finalizado segundos en la Oeste detrás de los Rockets, pero anoche impusieron condiciones en Houston y demostraron sus pergaminos de campeones.
Los 37 puntos convertidos por una de las dos estrellas que tienen los Warriors, Kevin Durant, tuvieron un peso específico que fue más allá de lo numérico, porque resultaron más útiles que los 41 señalados para los Rockets por el goleador del encuentro, James Harden.
Y esa ventaja se reflejó en el apoyo que tuvo Durant en la faz goleadora por la otra gran figura que tiene Golden State, el base Stephen Curry, que aportó otros 18 tantos para que la victoria de su equipo terminara resultando relativa cómoda en términos de diferencia en el marcador final.
Pero si a esto se le suman además los 28 puntos convertidos por el escolta Klay Thompson, fue lógico entonces que los números le cerraran perfectamente al campeón.
Los Warriors habían finalizado segundos en la Oeste detrás de los Rockets, pero anoche impusieron condiciones en Houston y demostraron sus pergaminos de campeones.
Los 37 puntos convertidos por una de las dos estrellas que tienen los Warriors, Kevin Durant, tuvieron un peso específico que fue más allá de lo numérico, porque resultaron más útiles que los 41 señalados para los Rockets por el goleador del encuentro, James Harden.
Y esa ventaja se reflejó en el apoyo que tuvo Durant en la faz goleadora por la otra gran figura que tiene Golden State, el base Stephen Curry, que aportó otros 18 tantos para que la victoria de su equipo terminara resultando relativa cómoda en términos de diferencia en el marcador final.
Pero si a esto se le suman además los 28 puntos convertidos por el escolta Klay Thompson, fue lógico entonces que los números le cerraran perfectamente al campeón.