Marcha atrás con impuestos al pan en Jordania para aliviar la tensión social

Tras una semana de incertidumbre política en Jordania, la asunción de un nuevo primer ministro calmó en las últimas horas las protestas populares desatadas en febrero, sobre todo con la promesa de retirar el proyecto de ley para subir los impuestos, que elevó el precio del pan, todo un símbolo en la región.

10 JUN 2018 - 11:36 | Actualizado


En Amán, la capital jordana donde miles de personas se habían concentrado cada noche durante la última semana, volvió a reinar la calma en las cercanías de la sede del Ejecutivo, según informes de seguridad. 

El 31 de mayo miles de ciudadanos se manifestaron en el barrio Jabal Ammán, con carteles y consignas para protestar en contra del aumento del pan y en rechazo a la nueva ley fiscal.

Cuatro días de protestas bastaron para que el rey Abdullah II decidiera pedir la renuncia del primer ministro Hani Mulki y reemplazarlo con el entonces ministro de Educación, Omar al Razzaz, un ex economista del Banco Central con mejor imagen pública. 

La primera medida del nuevo jefe de gobierno fue retirar el proyecto de ley que proponía nuevos aumentos de impuestos y la promesa de abrir un diálogo.

"La prioridad es consultar con los diputados, el Senado y los sindicatos, primero sobre el proyecto de ley del impuesto a la renta. Celebraremos muchas reuniones y, para el final de hoy, podremos alcanzar una visión clara del futuro," aseguró el jueves Razzaz desde el Parlamento. "Tenemos que tomar medidas inmediatas para volver al camino correcto", agregó. 

Las promesas del nuevo premier, sin embargo, no incluyeron el aumento de los precios que desataron la ola inicial de manifestaciones en distintos lugares del reino a principios de febrero.

El 1 de febrero cientos de manifestantes protestaron frente a la oficina del primer ministro y la sede del parlamento en Ammán, y pidieron la destitución del gobierno y el parlamento mientras sostenían carteles bajo las consignas "No a la política de inanición" y "Somos el punto de no retorno".

Durante esa semana, el conflicto escaló en las ciudades jordanas de Al Salt y al Karat hasta el 8 de febrero, jornada en que los manifestantes arrojaron piedras a la sede del gobierno del distrito, quemaron neumáticos y le prendieron fuego a una oficina del gobierno encargada de supervisar los precios.
Tres días después apareció incendiado un almacén del ejército. 

Las protestas masivas no son usuales en Jordania, una de las monarquías más estables de Medio Oriente. Sin embargo, el precio de la harina o la suba del pan han demostrado en el pasado ser detonantes inigualables en el humor político de las sociedades de la región.


En Egipto y otros países islámicos también.

El año pasado, el gobierno egipcio redujo el suministro de pan garantizado por el Estado y desató importantes protestas en algunas de las principales ciudades del país. 

Los antecedentes de estas protestas se remontan a 1977, cuando los llamados Disturbios del Pan amenazaron con tumbar al gobierno del entonces presidente Anwar Sadat.

Cientos de miles de personas salieron a las calles a protestar contra la eliminación de subsidios a alimentos básicos, ejecutada a pedido de los organismos de crédito internacional, un estallido social que terminó con el despliegue del Ejército, cerca de 80 muertos, cientos de heridos, unos mil detenidos y la restitución de los subsidios. 

Marruecos también sufrió una crisis similar en 1981, cuando miles de marroquíes se manifestaron en contra de un fuerte aumento del precio del pan, producto de un programa de ajuste estructural impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las movilizaciones fueron reprimidas por el Ejército, tras la orden del rey Hasán II, y hubo centenares de muertos. 

El incremento del precio del pan también desató la ira de los tunecinos en 1984.

Las revueltas durante el régimen de Habib Bourguiba en Túnez se desencadenaron por la intervención de instituciones financieras internacionales en los asuntos internos del país y el consiguiente impacto en la vida de los tunecinos.

Saqueo de almacenes y la quema de autos en la calle son las dos grandes imágenes de la revuelta del pan en Túnez, que fue duramente reprimida por la Policía y el Ejército, y tuvo un saldo de 60 muertos y centenares de heridos.

No obstante, la rebelión no logró la destitución de Habib Bourguiba, quien permaneció en el poder hasta el fin de su mandato en 1987.

Los sucesos históricos en Medio Oriente dan cuenta que frente a la decisión de un gobierno de aumentar el precio del pan, la población no se hace esperar y sale a las calles a manifestarse, a tal punto que logran a veces salida de los gobiernos de turno. 
Pese a las diferencias y particularidades de cada momento histórico, el pan forma parte de una fibra sensible de los ciudadanos de Medio Oriente.

En el islam el pan tiene una carga simbólica muy importante y reúne diferentes significados: es un acto de caridad, posee una liturgia sobre su elaboración y está presente en los libros de historia islámica: "Glorificado sea El Muy Agradecido (uno de los nombres de Alá), que me agradeció aquellos dos trozos de panes".
 

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10 JUN 2018 - 11:36


En Amán, la capital jordana donde miles de personas se habían concentrado cada noche durante la última semana, volvió a reinar la calma en las cercanías de la sede del Ejecutivo, según informes de seguridad. 

El 31 de mayo miles de ciudadanos se manifestaron en el barrio Jabal Ammán, con carteles y consignas para protestar en contra del aumento del pan y en rechazo a la nueva ley fiscal.

Cuatro días de protestas bastaron para que el rey Abdullah II decidiera pedir la renuncia del primer ministro Hani Mulki y reemplazarlo con el entonces ministro de Educación, Omar al Razzaz, un ex economista del Banco Central con mejor imagen pública. 

La primera medida del nuevo jefe de gobierno fue retirar el proyecto de ley que proponía nuevos aumentos de impuestos y la promesa de abrir un diálogo.

"La prioridad es consultar con los diputados, el Senado y los sindicatos, primero sobre el proyecto de ley del impuesto a la renta. Celebraremos muchas reuniones y, para el final de hoy, podremos alcanzar una visión clara del futuro," aseguró el jueves Razzaz desde el Parlamento. "Tenemos que tomar medidas inmediatas para volver al camino correcto", agregó. 

Las promesas del nuevo premier, sin embargo, no incluyeron el aumento de los precios que desataron la ola inicial de manifestaciones en distintos lugares del reino a principios de febrero.

El 1 de febrero cientos de manifestantes protestaron frente a la oficina del primer ministro y la sede del parlamento en Ammán, y pidieron la destitución del gobierno y el parlamento mientras sostenían carteles bajo las consignas "No a la política de inanición" y "Somos el punto de no retorno".

Durante esa semana, el conflicto escaló en las ciudades jordanas de Al Salt y al Karat hasta el 8 de febrero, jornada en que los manifestantes arrojaron piedras a la sede del gobierno del distrito, quemaron neumáticos y le prendieron fuego a una oficina del gobierno encargada de supervisar los precios.
Tres días después apareció incendiado un almacén del ejército. 

Las protestas masivas no son usuales en Jordania, una de las monarquías más estables de Medio Oriente. Sin embargo, el precio de la harina o la suba del pan han demostrado en el pasado ser detonantes inigualables en el humor político de las sociedades de la región.


En Egipto y otros países islámicos también.

El año pasado, el gobierno egipcio redujo el suministro de pan garantizado por el Estado y desató importantes protestas en algunas de las principales ciudades del país. 

Los antecedentes de estas protestas se remontan a 1977, cuando los llamados Disturbios del Pan amenazaron con tumbar al gobierno del entonces presidente Anwar Sadat.

Cientos de miles de personas salieron a las calles a protestar contra la eliminación de subsidios a alimentos básicos, ejecutada a pedido de los organismos de crédito internacional, un estallido social que terminó con el despliegue del Ejército, cerca de 80 muertos, cientos de heridos, unos mil detenidos y la restitución de los subsidios. 

Marruecos también sufrió una crisis similar en 1981, cuando miles de marroquíes se manifestaron en contra de un fuerte aumento del precio del pan, producto de un programa de ajuste estructural impuesto por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las movilizaciones fueron reprimidas por el Ejército, tras la orden del rey Hasán II, y hubo centenares de muertos. 

El incremento del precio del pan también desató la ira de los tunecinos en 1984.

Las revueltas durante el régimen de Habib Bourguiba en Túnez se desencadenaron por la intervención de instituciones financieras internacionales en los asuntos internos del país y el consiguiente impacto en la vida de los tunecinos.

Saqueo de almacenes y la quema de autos en la calle son las dos grandes imágenes de la revuelta del pan en Túnez, que fue duramente reprimida por la Policía y el Ejército, y tuvo un saldo de 60 muertos y centenares de heridos.

No obstante, la rebelión no logró la destitución de Habib Bourguiba, quien permaneció en el poder hasta el fin de su mandato en 1987.

Los sucesos históricos en Medio Oriente dan cuenta que frente a la decisión de un gobierno de aumentar el precio del pan, la población no se hace esperar y sale a las calles a manifestarse, a tal punto que logran a veces salida de los gobiernos de turno. 
Pese a las diferencias y particularidades de cada momento histórico, el pan forma parte de una fibra sensible de los ciudadanos de Medio Oriente.

En el islam el pan tiene una carga simbólica muy importante y reúne diferentes significados: es un acto de caridad, posee una liturgia sobre su elaboración y está presente en los libros de historia islámica: "Glorificado sea El Muy Agradecido (uno de los nombres de Alá), que me agradeció aquellos dos trozos de panes".
 


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