Editorial / La Columna del Domingo: Arcioni deberá afinar su estrategia si no quiere que las paritarias terminen siendo un problema

El tradicional análisis de la edición impresa de Jornada.

16 JUN 2018 - 21:07 | Actualizado

El Gobierno provincial abrirá mañana las paritarias con los gremios estatales en el peor escenario, con todos los gremios de paro, con la toma del Ministerio de Educación más viva que nunca y con un hartazgo del resto de la sociedad que asiste a este conflicto sin perder de vista su propia realidad, cada vez más deteriorada.

El agravante del conflicto de los estatales con el Gobierno provincial es, precisamente, que se da en un contexto general pésimo, con un Gobierno nacional que no da pie con bola y sigue sumergiendo al país en un mar de endeudamiento. Nada bueno puede salir de esa combinación de crisis local y nacional si el gobernador Mariano Arcioni no se pone de una vez por todas al frente de una convocatoria a todos los sectores políticos y sociales.

La estrategia de contar las carencias con honestidad brutal, tirar la pelota para adelante y pelearse un rato con cada sector –una “brillante” idea impulsada por el exministro Sergio Mammarelli- no ha servido de nada, le ha hecho perder un tiempo precioso al Gobierno y ha alimentado el malhumor social.

Las paritarias que se inician mañana con los docentes y seguirán el martes con los auxiliares de la Educación nacerán muertas si no hay una idea clara de lo que se quiere hacer. Y esta vez no va a alcanzar con decir que no hay plata. Si el Gobierno no tiene una estrategia razonable para encarar la crisis, se seguirá hundiendo en sus propias palabras.

Negociar sin paro

Arcioni insiste a quien quiera escucharlo que los gremios tendrían que levantar las medidas de fuerza para poder negociar en mejores condiciones. Aunque es razonable el pedido del mandatario provincial, no se puede soslayar que hace por los menos dos meses que se vienen haciendo mal todos los deberes para contener a los gremios. Tratar de manera inadecuada a un dirigente gremial suele ser una pésima estrategia, sobre todo si se tienen que sentar a negociar salarios con ellos.

Pero el Gobierno ha cometido otro error imperdonable a la hora de intentar resolver el conflicto, que es no haber entendido todavía quién es más importante en la vereda de enfrente. No advertir con precisión que son miles y miles los trabajadores autoconvocados que no responden a la dirigencia tradicional los que vienen sosteniendo las medidas de fuerza, es un déficit que un político no se puede permitir tener.

Los chicos van a volver a las aulas el día que los negociadores del Gobierno convenzan con ofertas serias y concretas a los docentes autoconvocados, esos que se vienen curtiendo hace quince días alrededor al calor de las fogatas y de los guisos de lentejas de las ollas populares de la toma del Ministerio. No cuando crean que han “domado” a Santiago Goodman. Entender esto es clave.

“Siempre vamos con la verdad, en las buenas y en las malas. Y cumplimos con nuestra palabra, con hechos concretos. Este Gobierno, a pesar de todas las dificultades, no se detiene”, dijo el gobernador el viernes para alentar al diálogo. La respuesta de los gremios fue contundente: convocaron a otro paro para toda la semana.

Zancadillas

Algunos dirigentes gremiales y un sector de la oposición intentaron avanzar en la Legislatura con un polémico proyecto de “Fondo de Emergencia” que intentaba cobrarles un nuevo tributo a las empresas para recaudar fondos para los salarios públicos.

Que la idea haya crecido en la mente de los dirigentes sindicales vaya y pase. Pero que un grupo de lesgiladores del Frente para la Victoria hayan caído en un súbito ataque de “Robin Hood” es inadmisible.

Nadie se puede oponer a la idea de que los que más tienen aporten para sostener a los que menos recursos disponen. Pero en términos jurídicos la realidad no funciona así. Nadie puede pensar que esa sea una opción “seria” para intentar salir de la crisis.

Inclusive desde el mismo peronismo salieron a cortar al medio la iniciativa: “Lo que se plantea en la Legislatura es inviable, es una mentira decirle a la gente algo que no se puede llevar a cabo. Las regalías petroleras de esta Provincia fueron dadas en garantías de los bonos que se emitieron”, dijo el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, preocupado porque algunos legisladores que hasta hace un tiempo le respondían, ahora se paren en un lugar peligroso en medio de la crisis.

Es verdad lo que dice Linares. Gran parte de las regalías de Chubut las reciben los bancos, no la Provincia. Los diputados que impulsan la iniciativa deberían saberlo –algunos creen que lo saben y se hacen los distraídos- porque varios levantaron la mano cuando en los últimos dos períodos de gobierno se emitieron endeudamientos con garantía de regalías.

El sector petrolero, que sigue siendo el principal sostén económico de la provincia, salió a combatirlo con uñas y dientes. Las operadoras cuestionaron este tipo de iniciativas porque ponen en riesgo sus planes de inversión.

Para salir de la crisis que está atravesando Chubut es necesario sentarse a conversar alrededor de una misma idea de provincia. Los tironeos y las picardías de los llevadores de agua para sus propios molinos, tendrán que dejar paso a discusiones serias y con presencia de todos los sectores.

Y, por sobre todas las cosas, tener un Gobierno dispuesto a negociar de igual a igual. Ya no sirven los discursos con mensajes obvios a través del canal oficial. Porque los consensos no se enuncian, se construyen.

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16 JUN 2018 - 21:07

El Gobierno provincial abrirá mañana las paritarias con los gremios estatales en el peor escenario, con todos los gremios de paro, con la toma del Ministerio de Educación más viva que nunca y con un hartazgo del resto de la sociedad que asiste a este conflicto sin perder de vista su propia realidad, cada vez más deteriorada.

El agravante del conflicto de los estatales con el Gobierno provincial es, precisamente, que se da en un contexto general pésimo, con un Gobierno nacional que no da pie con bola y sigue sumergiendo al país en un mar de endeudamiento. Nada bueno puede salir de esa combinación de crisis local y nacional si el gobernador Mariano Arcioni no se pone de una vez por todas al frente de una convocatoria a todos los sectores políticos y sociales.

La estrategia de contar las carencias con honestidad brutal, tirar la pelota para adelante y pelearse un rato con cada sector –una “brillante” idea impulsada por el exministro Sergio Mammarelli- no ha servido de nada, le ha hecho perder un tiempo precioso al Gobierno y ha alimentado el malhumor social.

Las paritarias que se inician mañana con los docentes y seguirán el martes con los auxiliares de la Educación nacerán muertas si no hay una idea clara de lo que se quiere hacer. Y esta vez no va a alcanzar con decir que no hay plata. Si el Gobierno no tiene una estrategia razonable para encarar la crisis, se seguirá hundiendo en sus propias palabras.

Negociar sin paro

Arcioni insiste a quien quiera escucharlo que los gremios tendrían que levantar las medidas de fuerza para poder negociar en mejores condiciones. Aunque es razonable el pedido del mandatario provincial, no se puede soslayar que hace por los menos dos meses que se vienen haciendo mal todos los deberes para contener a los gremios. Tratar de manera inadecuada a un dirigente gremial suele ser una pésima estrategia, sobre todo si se tienen que sentar a negociar salarios con ellos.

Pero el Gobierno ha cometido otro error imperdonable a la hora de intentar resolver el conflicto, que es no haber entendido todavía quién es más importante en la vereda de enfrente. No advertir con precisión que son miles y miles los trabajadores autoconvocados que no responden a la dirigencia tradicional los que vienen sosteniendo las medidas de fuerza, es un déficit que un político no se puede permitir tener.

Los chicos van a volver a las aulas el día que los negociadores del Gobierno convenzan con ofertas serias y concretas a los docentes autoconvocados, esos que se vienen curtiendo hace quince días alrededor al calor de las fogatas y de los guisos de lentejas de las ollas populares de la toma del Ministerio. No cuando crean que han “domado” a Santiago Goodman. Entender esto es clave.

“Siempre vamos con la verdad, en las buenas y en las malas. Y cumplimos con nuestra palabra, con hechos concretos. Este Gobierno, a pesar de todas las dificultades, no se detiene”, dijo el gobernador el viernes para alentar al diálogo. La respuesta de los gremios fue contundente: convocaron a otro paro para toda la semana.

Zancadillas

Algunos dirigentes gremiales y un sector de la oposición intentaron avanzar en la Legislatura con un polémico proyecto de “Fondo de Emergencia” que intentaba cobrarles un nuevo tributo a las empresas para recaudar fondos para los salarios públicos.

Que la idea haya crecido en la mente de los dirigentes sindicales vaya y pase. Pero que un grupo de lesgiladores del Frente para la Victoria hayan caído en un súbito ataque de “Robin Hood” es inadmisible.

Nadie se puede oponer a la idea de que los que más tienen aporten para sostener a los que menos recursos disponen. Pero en términos jurídicos la realidad no funciona así. Nadie puede pensar que esa sea una opción “seria” para intentar salir de la crisis.

Inclusive desde el mismo peronismo salieron a cortar al medio la iniciativa: “Lo que se plantea en la Legislatura es inviable, es una mentira decirle a la gente algo que no se puede llevar a cabo. Las regalías petroleras de esta Provincia fueron dadas en garantías de los bonos que se emitieron”, dijo el intendente de Comodoro Rivadavia, Carlos Linares, preocupado porque algunos legisladores que hasta hace un tiempo le respondían, ahora se paren en un lugar peligroso en medio de la crisis.

Es verdad lo que dice Linares. Gran parte de las regalías de Chubut las reciben los bancos, no la Provincia. Los diputados que impulsan la iniciativa deberían saberlo –algunos creen que lo saben y se hacen los distraídos- porque varios levantaron la mano cuando en los últimos dos períodos de gobierno se emitieron endeudamientos con garantía de regalías.

El sector petrolero, que sigue siendo el principal sostén económico de la provincia, salió a combatirlo con uñas y dientes. Las operadoras cuestionaron este tipo de iniciativas porque ponen en riesgo sus planes de inversión.

Para salir de la crisis que está atravesando Chubut es necesario sentarse a conversar alrededor de una misma idea de provincia. Los tironeos y las picardías de los llevadores de agua para sus propios molinos, tendrán que dejar paso a discusiones serias y con presencia de todos los sectores.

Y, por sobre todas las cosas, tener un Gobierno dispuesto a negociar de igual a igual. Ya no sirven los discursos con mensajes obvios a través del canal oficial. Porque los consensos no se enuncian, se construyen.


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