Después del robo: nuevos datos de la sustracción de libros en Trelew

Sonia Nahuel, titular de la biblioteca, dijo que la mujer que se llevó ejemplares usando nombres falsos les causó “mucho daño” por el costo de reponer lo que vendió.

Sonia Nahuel exhibe con orgullo el voluptuoso material bibliográfico de última generación adquirido.
08 JUL 2018 - 20:52 | Actualizado

Se llama Kim Hue. En mapuche: lugar del saber. Es la biblioteca del barrio Planta de Gas de Trelew. Allí una desaprensiva mujer robó ejemplares para venderlos en una feria. Levantaba pedidos de “clientes” y los extraía de los estantes donde estaban depositados con el trabajo a pulmón de su presidente, Sonia Nahuel, y sus colaboradores. Hoy el edificio, emplazado en el periférico barrio al este, cuenta con 10.500 ejemplares y está reconocida a nivel internacional. “El robo fue minucioso pero hace mucho daño. Notamos actitudes sospechosas de la mujer. Normalmente no falta nada. No nos robamos entre nosotros”.

Así resumió el hecho en una entrevista con Jornada. El logro para llegar a tener un digno y cómo lugar de trabajo es gigante. De tener algunos pocos libros y trabajar en la precariedad, ahora Kim Hue funciona en una esquina, con edificio propio, calefacción, internet y cuenta con el prestigio que cualquier otra biblioteca popular del mundo tiene. Porque está reconocida internacionalmente.

Tiene los últimos ejemplares que exigen las escuelas y de lectura interactiva. Sólo resta terminar con obras pendientes desde lo edilicio como por ejemplo, cerrar el predio para evitar vandalismo.

Ad honorem

Sonia está en el último año de la carrera de Bibliotecología y su trabajo con los jóvenes que concurren diariamente es ad honorem. Hoy tiene en su equipo a dos estudiantes de su misma profesión catalogando y clasificando libros para que puedan ser encontrados online. Unos 80 pibes van por día por el desayuno y la merienda.  

Lo sucedido la semana pasada repercutió en la comunidad por el daño puntual que una ladrona les generó. Un hecho inédito e inexplicable.
“La mujer venía a pedir libros. Nos dimos cuenta que se llevaba algunos escondidos, sin anotar. Las chicas la vieron vendiendo en la feria. Eran nuestros. También de otras bibliotecas y de escuelas. Los libros están muy caros un libro infantil mínimo $500 y ni hablar de literatura que son mucho más caros. El robo minucioso hace mucho daño” relató Sonia Nahuel.

“Levantaba pedidos”

Con una sonrisa que denota aún no entender el objetivo de la delincuente, describió Sonia que “fue ingeniosa a la hora de poner su negocio en la feria. Decían que levantaba pedidos. La última vez que vino pedía de autores como Dostoyevski, algunos títulos de él, buscaba la demanda de los clientes. A veces, se quedaba en estantes mirando. Nunca imaginamos eso. Notamos actitudes sospechosas. Es una comunidad donde nos conocemos todos. Somos muchos trabajando, muchos ojos mirando. Normalmente no falta nada. No nos robamos entre nosotros”.

Desayuno y merienda

Además de servir a la comunidad con el material bibliográfico, en Kim Hue los chicos van a desayunar y merendar todos los días. Son unos 80 jóvenes diarios. Sonia aseguró que en invierno la demanda sube porque en el sector norte los domicilios no tienen gas y la biblioteca sí.

“Funciona además de un lugar para realizar las tareas y actividades culturales como centro de contención y abrigo. Servimos merienda y desayuno. Es con fondos propios o la comunidad. No recibimos nada del Estado. No recibimos fondos ni subsidios. Ni cosas materiales”.

Aclaró la presidente de la Biblioteca que pocas veces recibieron elementos . “Fueron cosas muy puntuales, chiquitas: 20 kilos de harina la última vez. Nos sostenemos sólo con socios protectores y la comunidad en general”. El personal que allí trabaja está incluido en el plan Nacional que se denomina “Salario Social Complementario”. La remuneración no supera los $4 mil pesos y se distribuyen en distintos turnos para cocinar, atender en sala, servir los chicos y atender la demanda.

“Nos agrupamos en turnos de mañana y tarde. Tenemos dos estudiantes de Bibliotecología que hacen clasificación y catalogación de libros, pudimos emigrar los datos al OPAC (en inglés Online Public Acces Catalogs, Ingreso Público en Línea). Ya se pueden hacer consultas online. Todo este material se podrá buscar con un numero de socio desde la casa, estamos poniendo código de barras en los libros”, resaltó.

10.500 ejemplares

Actualmente cuenta con 10.500 ejemplares. “Estamos siempre actualizados. Tenemos protección de CONADIP y vamos comprando en la Feria del Libro. El material es bueno y el mejor. Tenemos colecciones completas de libros álbumes, tenemos internet que no teníamos antes. El OPAC es a través de internet”.

“Nos referenciamos en la biblioteca Mariano Moreno y de España. La catalogación está bien hecha con toda la normativa internacional, universal de bibliotecas. Hemos hecho este año también, un matebingo donde colaboraron muchas personas, en la Escuela 122. Recaudamos fondos que nos permitió comprar materiales para construir el cerco perimetral. Hacer protección. Para evitar el vandalismo. Otros chicos en el plan, construyen. El material para la base está comprado. Sin la intervención del Estado”, aclaró.

Retomando el infortuito hecho del robo, aseguró Sonia que no saben qué cantidad de libros logró llevarse la mujer. “Es poco porque nos dimos cuenta enseguida. Seguro se llevaba desde las escuelas también”.

Necesitan de todos

Más allá de estas situaciones que golpean inesperadamente a personas que todos los días concurren a dar sin esperar nada a cambio, a satisfacer su vocación de “ayudar al otro”, no bajan los brazos. Y la gente es solidaria.

Sonia puntualizó que el problema más importante que tienen actualmente y para el cual necesitan el apoyo de la comunidad es el de la comida. Es la falta de harina, leche, azúcar y todo para sostener desayuno y merienda.

“Ahora que vienen con más hambre y época de frío hacemos guiso de lentejas. Es una institución educativa. Apoyamos la educación. Queremos que los chicos terminen la secundaria, el nivel universitario, que sean hombres de bien. Pero queremos protegerlos también en la alimentación diaria”.

En ese sentido Sonia advirtió que “necesitamos reforzar meriendas y desayunos. Si pudiéramos aportar frutas sería mejor. La comida es poco nutritiva si es a base de harina todos los días. La harina no nos falta pero estamos dando una merienda con carbohidratos, tenemos algunas excepciones a veces, pero no siempre”, indicó.

Contacto

Para finalizar, ofreció los datos para quien pueda ayudar en el servicio alimenticio de la biblioteca. Muchos chicos lo necesitan.
El teléfono es 4421280. La dirección, José Berreta 1706 del barrio Planta de Gas. Con la aplicación Google Maps se llega bien a destino. #

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Sonia Nahuel exhibe con orgullo el voluptuoso material bibliográfico de última generación adquirido.
08 JUL 2018 - 20:52

Se llama Kim Hue. En mapuche: lugar del saber. Es la biblioteca del barrio Planta de Gas de Trelew. Allí una desaprensiva mujer robó ejemplares para venderlos en una feria. Levantaba pedidos de “clientes” y los extraía de los estantes donde estaban depositados con el trabajo a pulmón de su presidente, Sonia Nahuel, y sus colaboradores. Hoy el edificio, emplazado en el periférico barrio al este, cuenta con 10.500 ejemplares y está reconocida a nivel internacional. “El robo fue minucioso pero hace mucho daño. Notamos actitudes sospechosas de la mujer. Normalmente no falta nada. No nos robamos entre nosotros”.

Así resumió el hecho en una entrevista con Jornada. El logro para llegar a tener un digno y cómo lugar de trabajo es gigante. De tener algunos pocos libros y trabajar en la precariedad, ahora Kim Hue funciona en una esquina, con edificio propio, calefacción, internet y cuenta con el prestigio que cualquier otra biblioteca popular del mundo tiene. Porque está reconocida internacionalmente.

Tiene los últimos ejemplares que exigen las escuelas y de lectura interactiva. Sólo resta terminar con obras pendientes desde lo edilicio como por ejemplo, cerrar el predio para evitar vandalismo.

Ad honorem

Sonia está en el último año de la carrera de Bibliotecología y su trabajo con los jóvenes que concurren diariamente es ad honorem. Hoy tiene en su equipo a dos estudiantes de su misma profesión catalogando y clasificando libros para que puedan ser encontrados online. Unos 80 pibes van por día por el desayuno y la merienda.  

Lo sucedido la semana pasada repercutió en la comunidad por el daño puntual que una ladrona les generó. Un hecho inédito e inexplicable.
“La mujer venía a pedir libros. Nos dimos cuenta que se llevaba algunos escondidos, sin anotar. Las chicas la vieron vendiendo en la feria. Eran nuestros. También de otras bibliotecas y de escuelas. Los libros están muy caros un libro infantil mínimo $500 y ni hablar de literatura que son mucho más caros. El robo minucioso hace mucho daño” relató Sonia Nahuel.

“Levantaba pedidos”

Con una sonrisa que denota aún no entender el objetivo de la delincuente, describió Sonia que “fue ingeniosa a la hora de poner su negocio en la feria. Decían que levantaba pedidos. La última vez que vino pedía de autores como Dostoyevski, algunos títulos de él, buscaba la demanda de los clientes. A veces, se quedaba en estantes mirando. Nunca imaginamos eso. Notamos actitudes sospechosas. Es una comunidad donde nos conocemos todos. Somos muchos trabajando, muchos ojos mirando. Normalmente no falta nada. No nos robamos entre nosotros”.

Desayuno y merienda

Además de servir a la comunidad con el material bibliográfico, en Kim Hue los chicos van a desayunar y merendar todos los días. Son unos 80 jóvenes diarios. Sonia aseguró que en invierno la demanda sube porque en el sector norte los domicilios no tienen gas y la biblioteca sí.

“Funciona además de un lugar para realizar las tareas y actividades culturales como centro de contención y abrigo. Servimos merienda y desayuno. Es con fondos propios o la comunidad. No recibimos nada del Estado. No recibimos fondos ni subsidios. Ni cosas materiales”.

Aclaró la presidente de la Biblioteca que pocas veces recibieron elementos . “Fueron cosas muy puntuales, chiquitas: 20 kilos de harina la última vez. Nos sostenemos sólo con socios protectores y la comunidad en general”. El personal que allí trabaja está incluido en el plan Nacional que se denomina “Salario Social Complementario”. La remuneración no supera los $4 mil pesos y se distribuyen en distintos turnos para cocinar, atender en sala, servir los chicos y atender la demanda.

“Nos agrupamos en turnos de mañana y tarde. Tenemos dos estudiantes de Bibliotecología que hacen clasificación y catalogación de libros, pudimos emigrar los datos al OPAC (en inglés Online Public Acces Catalogs, Ingreso Público en Línea). Ya se pueden hacer consultas online. Todo este material se podrá buscar con un numero de socio desde la casa, estamos poniendo código de barras en los libros”, resaltó.

10.500 ejemplares

Actualmente cuenta con 10.500 ejemplares. “Estamos siempre actualizados. Tenemos protección de CONADIP y vamos comprando en la Feria del Libro. El material es bueno y el mejor. Tenemos colecciones completas de libros álbumes, tenemos internet que no teníamos antes. El OPAC es a través de internet”.

“Nos referenciamos en la biblioteca Mariano Moreno y de España. La catalogación está bien hecha con toda la normativa internacional, universal de bibliotecas. Hemos hecho este año también, un matebingo donde colaboraron muchas personas, en la Escuela 122. Recaudamos fondos que nos permitió comprar materiales para construir el cerco perimetral. Hacer protección. Para evitar el vandalismo. Otros chicos en el plan, construyen. El material para la base está comprado. Sin la intervención del Estado”, aclaró.

Retomando el infortuito hecho del robo, aseguró Sonia que no saben qué cantidad de libros logró llevarse la mujer. “Es poco porque nos dimos cuenta enseguida. Seguro se llevaba desde las escuelas también”.

Necesitan de todos

Más allá de estas situaciones que golpean inesperadamente a personas que todos los días concurren a dar sin esperar nada a cambio, a satisfacer su vocación de “ayudar al otro”, no bajan los brazos. Y la gente es solidaria.

Sonia puntualizó que el problema más importante que tienen actualmente y para el cual necesitan el apoyo de la comunidad es el de la comida. Es la falta de harina, leche, azúcar y todo para sostener desayuno y merienda.

“Ahora que vienen con más hambre y época de frío hacemos guiso de lentejas. Es una institución educativa. Apoyamos la educación. Queremos que los chicos terminen la secundaria, el nivel universitario, que sean hombres de bien. Pero queremos protegerlos también en la alimentación diaria”.

En ese sentido Sonia advirtió que “necesitamos reforzar meriendas y desayunos. Si pudiéramos aportar frutas sería mejor. La comida es poco nutritiva si es a base de harina todos los días. La harina no nos falta pero estamos dando una merienda con carbohidratos, tenemos algunas excepciones a veces, pero no siempre”, indicó.

Contacto

Para finalizar, ofreció los datos para quien pueda ayudar en el servicio alimenticio de la biblioteca. Muchos chicos lo necesitan.
El teléfono es 4421280. La dirección, José Berreta 1706 del barrio Planta de Gas. Con la aplicación Google Maps se llega bien a destino. #


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