Cooperativa de Dolavon: qué dijeron los testigos de aquella mañana del incendio

Una policía vio el inicio del fuego apenas 15 minutos después de que Patricia Bortagaray dejara el edificio.

15 SEP 2018 - 21:05 | Actualizado

Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez

Mayra Cabezas es policía, nacida y criada en Dolavon. A las 5.45 del 26 de febrero de 2016 estaba de consigna en el Hospital de esa localidad, cuidando a un preso internado, sobre calle Remedios de Escalada. Enfrente está la Cooperativa Eléctrica. Vio un Chevrolet Corsa Classic gris con todos sus vidrios bajos, sin ocupantes. Por la hora, le llamó la atención. Cruzó la calle para chequear y salieron dos personas del fondo del edificio. Una era Patricia Bortagaray, que le gritaba: “¡Soy yo! ¡soy yo!”. El coche era suyo. Iba con un hombre de pulóver con capucha. “Me pareció raro que haya alguien a esa hora”, le dijo al juez Fabio Monti, que juzga el incendio intencional ocurrido en esa sede.

Cabezas luego escuchó el sonido que hacen los manojos de llaves agitados. Eran Bortagaray y su acompañante sin poder abrir la puerta para salir. El hombre saltó el portón a la vereda e intentó desde afuera. Tampoco. Tuvieron que sacar la cadena de otro portón, el de los coches. Arrancaron y se fueron.

Quince minutos después, a Cabezas la llamó desde la Comisaría otra agente, Shirley Lloyd, para pedirle que chequeara un incendio en la Cooperativa. Se asomó y vio salir humo negro.

Ante el tribunal, Lloyd confirmó su llamada a su compañera. “Cabezas me dijo que sí, que salía humo”. Fue en patrullero hasta el lugar. Curiosamente, detrás de ella llegó un Volkswagen Bora, el otro coche de Bortagaray. La dirigente regresaba después de haber sido vista más temprano. Manejaba Jorge Valiña, su esposo.

“El fuego era bastante pronunciado”, describió la testigo, que luego custodiaría a Bortagaray cuando fue llevada detenida a la Comisaría de Dolavon, a bordo de una Duster de la Brigada de Investigaciones. Terminaron en la 1ª de Trelew porque la localidad de las norias no tiene alojamiento para presas.

También declaró Ricardo Rogers. Es playero en la estación de servicio de la entrada a Gaiman. La noche anterior al incendio le vendió dos bidones de cinco litros de nafta súper al esposo de Bortagaray, que los guardó en el baúl. “Lo reconocí porque era mi compañero de trabajo en una fábrica”. Le pareció extraño porque Valiña nunca compraba allí.

Nicolás Costa estaba en la Brigada. Testimonió que el propio Valiña le entregó las llaves del Corsa para su secuestro. En el baúl hallaron un bidón con restos de combustible.

Cristian Otero, jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Trelew, hizo uno de los informes sobre el incendio. Tiene 24 años de experiencia. Le dijo al juez que “fue intencional y no se pudo propagar solo”. El foco principal se generó en un archivo de documentación. En el hall, detrás de una maceta, encontraron un bidón con un papel pegado: “Nafta para motosierras”. Tenía un cabello adherido. Otero advirtió que “si no hubiésemos intervenido, el daño estructural hubiese sido muy importante en todo el edificio”.

Explicó que “no es normal” ver tanto desparramo de muebles y papeles. “Creo que hubo intención de quemar documentación. El que hace algo así solo quiere satisfacer su necesidad de generar daño sin tener en cuenta las vidas que se ponen en riesgo”.

El segundo bombero en declarar fue Miguel Ríos, jefe del Cuartel de Dolavon. Ellos encontraron al menos 3 focos. “Salía mucho humo y mucho fuego”, declaró. Bortagaray les abrió el portón al llegar. Reveló que en pleno trabajo, el fiscal Omar Rodríguez, primero en manejar el caso, les ordenó salir del edificio durante casi media hora. “Le dije que ellos se hacían responsables de lo que podía ocurrir”. Hubo daños al menos en el 60% del lugar. “La intención era quemar intencionalmente todo el edificio y si nos hubieran dejado trabajar todo el tiempo, lo hubiésemos extinguido”.

Lucas Koltsch, funcionario de Fiscalía, viajó a Dolavon junto con el fiscal Rodríguez. Fue de los primeros en darse cuenta que Bortagaray estaba de vuelta en la Cooperativa pese a que ya había sido vista a primera hora. “Pregunté quién era y era muy notorio”. Se movía y charlaba libremente con otras personas detrás de la faja de seguridad usada para preservar la escena. La mujer coincidía con la descripción que ya había hecho la policía Cabezas. “Ya había un estado de sospecha y riesgo de entorpecer la investigación. Le pedimos que salga, y el fiscal Rodríguez dispuso su detención en el lugar. Era palmario y fue una decisión criteriosa”. Fue presa en la vereda.

Juan Carlos Núñez era el jefe de la Brigada de Investigaciones de Trelew. Interrogó a la agente Cabezas, que había visto a Bortagaray a primera hora. “Había mirado desde una ventana y eran datos fundamentales, era una testigo ocular presencial de magnitud. Era totalmente creíble y no exageró en nada”. Alguien le avisó a Núñez que la persona descripta por Cabezas estaba mezclada con los bomberos, que trabajaban en el incendio. “Iba y venía y podía alterar la escena. El fiscal Rodríguez me dijo que había que detenerla. Fue una situación bastante extraña y rápida”. Manejó la Duster que trasladó a la mujer.

El defensor Luis López Salaberry insistió con saber de los testigos civiles de los procedimientos. Núñez afirmó que “la misma gente del pueblo no quería colaborar”. Fue difícil conseguir testigos. Marcelo Chemín, otro policía, coincidió: “Hice un par de intentos pero la gente no quería tener problemas”.

El abogado César Oller era apoderado de la Cooperativa. Esa mañana habló con Bortagaray porque se vencía una demanda laboral. El incendio cambió los planes. “Era una conmoción general, mucho despliegue y mucho movimiento”. Le llamó la atención el Bora de la titular de la empresa, estacionado de apuro, a contramano. Estaba a su lado cuando la detuvieron. “Nunca me había pasado algo así y no sabía bien qué hacer. Lo frené a Valiña porque quería abalanzarse contra el fiscal e iba a ser peor”.

Los acusados por el episodio son Bortagaray y Marcos “Michu” Huinchillán. El fiscal es Marcos Nápoli. El querellante por la Cooperativa es Fabián Gabalachis y el defensor, López Salaberry.

El juicio seguirá mañana. Se espera una audiencia muy larga para agotar los testigos de la defensa y pasar a los alegatos. Ya estará disponible en Trelew el bidón que presuntamente se usó para el incendio, una prueba clave que por error administrativo había quedado bajo custodia de la Policía Federal en Buenos Aires.

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15 SEP 2018 - 21:05

Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez

Mayra Cabezas es policía, nacida y criada en Dolavon. A las 5.45 del 26 de febrero de 2016 estaba de consigna en el Hospital de esa localidad, cuidando a un preso internado, sobre calle Remedios de Escalada. Enfrente está la Cooperativa Eléctrica. Vio un Chevrolet Corsa Classic gris con todos sus vidrios bajos, sin ocupantes. Por la hora, le llamó la atención. Cruzó la calle para chequear y salieron dos personas del fondo del edificio. Una era Patricia Bortagaray, que le gritaba: “¡Soy yo! ¡soy yo!”. El coche era suyo. Iba con un hombre de pulóver con capucha. “Me pareció raro que haya alguien a esa hora”, le dijo al juez Fabio Monti, que juzga el incendio intencional ocurrido en esa sede.

Cabezas luego escuchó el sonido que hacen los manojos de llaves agitados. Eran Bortagaray y su acompañante sin poder abrir la puerta para salir. El hombre saltó el portón a la vereda e intentó desde afuera. Tampoco. Tuvieron que sacar la cadena de otro portón, el de los coches. Arrancaron y se fueron.

Quince minutos después, a Cabezas la llamó desde la Comisaría otra agente, Shirley Lloyd, para pedirle que chequeara un incendio en la Cooperativa. Se asomó y vio salir humo negro.

Ante el tribunal, Lloyd confirmó su llamada a su compañera. “Cabezas me dijo que sí, que salía humo”. Fue en patrullero hasta el lugar. Curiosamente, detrás de ella llegó un Volkswagen Bora, el otro coche de Bortagaray. La dirigente regresaba después de haber sido vista más temprano. Manejaba Jorge Valiña, su esposo.

“El fuego era bastante pronunciado”, describió la testigo, que luego custodiaría a Bortagaray cuando fue llevada detenida a la Comisaría de Dolavon, a bordo de una Duster de la Brigada de Investigaciones. Terminaron en la 1ª de Trelew porque la localidad de las norias no tiene alojamiento para presas.

También declaró Ricardo Rogers. Es playero en la estación de servicio de la entrada a Gaiman. La noche anterior al incendio le vendió dos bidones de cinco litros de nafta súper al esposo de Bortagaray, que los guardó en el baúl. “Lo reconocí porque era mi compañero de trabajo en una fábrica”. Le pareció extraño porque Valiña nunca compraba allí.

Nicolás Costa estaba en la Brigada. Testimonió que el propio Valiña le entregó las llaves del Corsa para su secuestro. En el baúl hallaron un bidón con restos de combustible.

Cristian Otero, jefe del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Trelew, hizo uno de los informes sobre el incendio. Tiene 24 años de experiencia. Le dijo al juez que “fue intencional y no se pudo propagar solo”. El foco principal se generó en un archivo de documentación. En el hall, detrás de una maceta, encontraron un bidón con un papel pegado: “Nafta para motosierras”. Tenía un cabello adherido. Otero advirtió que “si no hubiésemos intervenido, el daño estructural hubiese sido muy importante en todo el edificio”.

Explicó que “no es normal” ver tanto desparramo de muebles y papeles. “Creo que hubo intención de quemar documentación. El que hace algo así solo quiere satisfacer su necesidad de generar daño sin tener en cuenta las vidas que se ponen en riesgo”.

El segundo bombero en declarar fue Miguel Ríos, jefe del Cuartel de Dolavon. Ellos encontraron al menos 3 focos. “Salía mucho humo y mucho fuego”, declaró. Bortagaray les abrió el portón al llegar. Reveló que en pleno trabajo, el fiscal Omar Rodríguez, primero en manejar el caso, les ordenó salir del edificio durante casi media hora. “Le dije que ellos se hacían responsables de lo que podía ocurrir”. Hubo daños al menos en el 60% del lugar. “La intención era quemar intencionalmente todo el edificio y si nos hubieran dejado trabajar todo el tiempo, lo hubiésemos extinguido”.

Lucas Koltsch, funcionario de Fiscalía, viajó a Dolavon junto con el fiscal Rodríguez. Fue de los primeros en darse cuenta que Bortagaray estaba de vuelta en la Cooperativa pese a que ya había sido vista a primera hora. “Pregunté quién era y era muy notorio”. Se movía y charlaba libremente con otras personas detrás de la faja de seguridad usada para preservar la escena. La mujer coincidía con la descripción que ya había hecho la policía Cabezas. “Ya había un estado de sospecha y riesgo de entorpecer la investigación. Le pedimos que salga, y el fiscal Rodríguez dispuso su detención en el lugar. Era palmario y fue una decisión criteriosa”. Fue presa en la vereda.

Juan Carlos Núñez era el jefe de la Brigada de Investigaciones de Trelew. Interrogó a la agente Cabezas, que había visto a Bortagaray a primera hora. “Había mirado desde una ventana y eran datos fundamentales, era una testigo ocular presencial de magnitud. Era totalmente creíble y no exageró en nada”. Alguien le avisó a Núñez que la persona descripta por Cabezas estaba mezclada con los bomberos, que trabajaban en el incendio. “Iba y venía y podía alterar la escena. El fiscal Rodríguez me dijo que había que detenerla. Fue una situación bastante extraña y rápida”. Manejó la Duster que trasladó a la mujer.

El defensor Luis López Salaberry insistió con saber de los testigos civiles de los procedimientos. Núñez afirmó que “la misma gente del pueblo no quería colaborar”. Fue difícil conseguir testigos. Marcelo Chemín, otro policía, coincidió: “Hice un par de intentos pero la gente no quería tener problemas”.

El abogado César Oller era apoderado de la Cooperativa. Esa mañana habló con Bortagaray porque se vencía una demanda laboral. El incendio cambió los planes. “Era una conmoción general, mucho despliegue y mucho movimiento”. Le llamó la atención el Bora de la titular de la empresa, estacionado de apuro, a contramano. Estaba a su lado cuando la detuvieron. “Nunca me había pasado algo así y no sabía bien qué hacer. Lo frené a Valiña porque quería abalanzarse contra el fiscal e iba a ser peor”.

Los acusados por el episodio son Bortagaray y Marcos “Michu” Huinchillán. El fiscal es Marcos Nápoli. El querellante por la Cooperativa es Fabián Gabalachis y el defensor, López Salaberry.

El juicio seguirá mañana. Se espera una audiencia muy larga para agotar los testigos de la defensa y pasar a los alegatos. Ya estará disponible en Trelew el bidón que presuntamente se usó para el incendio, una prueba clave que por error administrativo había quedado bajo custodia de la Policía Federal en Buenos Aires.


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