“Que quede claro que si en un mes empezamos con cosas raras, van de nuevo los 115 despidos”

El empresario dueño de Conarpesa advirtió que si el acuerdo con el Gobierno y los gremios no se cumple, la planta de Puerto Madryn cerrará sí o sí. No va a tolerar el ausentismo masivo y no va a mantener a los obreros que no trabajen o inventen enfermedades. Su relación con los Kirchner y la crisis.

20 DIC 2012 - 21:45 | Actualizado

El empresario español Fernando Álvarez Castellano dijo que decidió retrotraer los despidos en Conarpesa por pedido expreso del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Norberto Yauhar, pero advirtió que si el plan acordado en Buenos Aires no funciona en un mes, “mando los 115 telegramas de nuevo”.
Entrevistado por FM Tiempo de Puerto Madryn (99.1), Álvarez Castellano dijo que se iniciará un proceso de capacitación, pero una condición es “que cobre el que trabaja y el que no trabaja, cobrará el garantizado, pero no puede cobrar como el que trabaja”. Si este pacto “en un mes no funciona, vuelvo a mandar los 115 telegramas”.
El dueño de Conarpesa dijo que la decisión de echar a los empleados de planta “estaba tomada y a conciencia;  entendía que era lo mejor para poder salvar el resto de la empresa. No soy de los que doy marcha atrás cuando tomo una decisión, tomé una parecida en Caleta Olivia y así quedó. Es difícil que dé marcha atrás con una decisión tomada porque no las tomo en el aire o de forma caprichosa, la venía meditando hace tiempo porque veníamos perdiendo, perdiendo y perdiendo y en el contexto actual no nos podemos permitir ese lujo”.
Admitió que “realmente no pensaba que iban a intervenir de nivel nacional” y expresó que a Yauhar “lo conozco de cuando estaba en Chubut y me acuerdo un hecho en Comodoro Rivadavia con la gente despedida de Barillari: me llamó y me pidió por favor que la tomáramos y la tomamos, o sea que es una persona que en este contexto le tengo un respeto especial y me cuesta mucho decirle que no a una persona que me dice que vea de revertir esa decisión y que, directamente en contacto con la Presidenta, le pide que vea la forma de revertirlo y que ellos desde su lado nos van a ayudar en todo lo que se pueda”.
Para destrabar el tema de los despidos “la primera clave fue el pedido expreso, directo y derecho que me hizo Yauhar de que no pensara en dejar a la gente despedida, que me metiera en la cabeza que había que retrotraer la medida y que a partir de ahí cambiara el chip y empezara a pensar cómo hacer para destrabar la situación”.
El segundo paso fue la reunión con los sindicatos: “Expusimos cuál era el problema que había llevado a esta situación, que ellos conocían, aunque puedan decir hoy que no”. Álvarez Castellano indicó que ante los gremios “decidimos que yo estaba dispuesto a mantener la planta pero que cuando se hacía un proceso con langostino, no podía pagar a todo el mundo, por el hecho de ser personal en relación de dependencia de la planta, el mismo sueldo que cobra uno que específicamente venía a clasificar langostino, porque ellos en diez años no habían aprendido a hacerlo”.
El acuerdo se trató en la reunión de conciliación de ayer en Rawson, “poniendo en un papel que realmente cobre el que trabaje y el que no trabaja, que cobre el garantizado, pero no tiene porqué cobrar como el que trabaja, eso es lo que nunca pude hacer entender pero en esta instancia parece que se va a entender”.
El dueño de Conarpesa en la reunión “les dije ´Me comprometo a probar, pero si dentro de un mes estamos en la misma, van los 115 telegramas de vuelta. Yo no tengo que firmar nada, a mí que firmen ustedes, los abogados. Yo lo que digo y lo que dije en la reunión y delante de todos, que quede claro que hoy retrotraigo la medida por una serie de cuestiones pero dentro de un mes empezamos a funcionar y empezamos con cosas raras y no lo que hemos hablado aquí, dentro de un mes van de nuevo los 115 despidos y ya nadie me va a decir que lo eche para atrás porque aunque me venga el ministro y me lo diga, le diré: ´Señor ministro, usted estaba en la reunión, si no cumplen, yo no tengo porqué cumplir”.
“Tengo claro que yo empiezo a funcionar pero el tipo que tome por costumbre faltar, automáticamente lo voy a echar y puede hacer lo que quiera, pero que quede claro: no lo voy a consultar con nadie, le pagaré el 100 por ciento de la indemnización pero a mí la gente que empieza a faltar a la planta, no cuento con él”.
Recordó que al mismo tiempo que despedían a 115 operarios en Puerto Madryn tomaban 30 personas en Rawson.  “Mi voluntad es seguir creando empleado y seguir dando trabajo, pero a la gente que quiera trabajar, no a gente que venga dos días, porque todos sabemos lo que pasa en Alpesca con el ausentismo, eso no lo voy a permitir, sé cuando un tipo está enfermo de verdad o está enfermo porque le apetece estar enfermo”.
En cuanto a la influencia de la crisis internacional en la situación de Conarpesa, el empresario dijo “si quieres repartir culpas, diría un 90 por ciento porque por ejemplo, nosotros este año pescamos 12 mil toneladas de langostino de a bordo, de las cuales la mayoría, diría el 90 por ciento, las pescamos en aguas nacionales con unos tamaños muy buenos y muy buenos rendimientos. Imagínate si hubiera vendido esas 12 mil toneladas, no voy a decir al promedio de 2008, pero supón que las hubiera vendido a un dólar y medio o dos dólares más, son 24 millones de dólares y yo hubiera podido facturar 24 millones de dólares más y por ahí no hubiera tenido que cerrar Caleta o no hubiera tenido que tomar esta decisión con Madryn”.
Según Álvarez Castellano, el porcentaje restante en la crisis pesquera “ha sido por problemas sindicales con la gente. Sin ir más lejos como pasó en Caleta, donde tenía 2 mil toneladas vendidas a Asia para exportar y estuve 25 días sin poder exportar porque había un problema con los estibadores que pedían un subsidio por baja temporada y como no les daba el subsidio, Santa Cruz no nos dejaba exportar a nosotros”.
Respecto de los dichos de otros empresarios pesqueros que adjudican una mayor responsabilidad en la crisis a los problemas internos, el dueño de Conarpesa dijo que “afectan y en eso tienen razón, pero no toda. Voy a dar un dato para que la gente lo entienda: dentro del costo de un barco pesquero, hace 8 años, el 35 por ciento de ese costo lo representaba la masa laboral y hoy en día ese costo es cerca del 70 por ciento”. Con lo que queda hay que pagar “combustibles, cajas, todo el material para que el buque salga a navegar y el personal administrativo en tierra; entonces por supuesto que tiene mucho de la culpa o incidencia esos aumentos, pero por otro lado si los precios internacionales no hubieran tenido la caída que tuvieron, hubieran podido soportarlo”.
En cuanto a las retenciones, el empresario consideró que “es mucho dinero al cabo del año y las retenciones se generaron en su momento por un desfase que había con la convertibilidad, pero ya no tiene sentido”. Según el empresario, “el Gobierno nacional en algún momento debería quitar las retenciones porque no creo que ya proceda,  igual que procedieron en su momento al ponerlas, pero es un tema puntual que todos estamos de acuerdo, y que tendremos que seguir insistiendo hasta que consigamos que lo saquen o que entiendan que no tiene sentido”.
Álvarez Castellano sostuvo que “el problema que tuvimos afuera con la caída de precios abrupta y del consumo, es lo que realmente nos puso en una situación a todo el mundo en la cornisa; ahora se han abierto muchos mercados nuevos, en 2011 vendimos solamente 300 toneladas a Asia y este año hemos vendido como 4 mil, por lo cual si todo el mundo hace esa misma progresión el año que viene entiendo que habrá muchos más mercados que van a demandar nuestros langostinos y al haber más demanda podremos subir un poco los precios”.
El empresario pesquero dijo que desde su firma siempre intentan reducir los costos internos “maximizando la mano de obra, que ya no puedo pagar gente que no me produzca,  no dan hoy en día.  Antes sí estaba y no había ningún problema y nos exigían poner 30 personas por barco por así decirlo para acceder a pescar a aguas de Chubut o de Santa Cruz y las poníamos, pero porque daba. Pero cuando no da, no da”.
El titular de Conarpesa dijo compartir la visión de otros empresarios del sector pero aclaró: “Yo no tengo posibilidad de vender más caro, porque no puedo obligar a mis compradores a que me paguen para poder tapar todo esas diferencias que tenemos, entonces me tengo que abocar a intentar ahorrarlo acá y por eso yo llevo seis meses sin poder trabajar con la Flota Amarilla, con plantas paradas, porque no podría pagar más y me exigían,  como todos los años se ha ido subiendo de una u otra forma todos los sueldos, querían seguir la misma tónica y tienen que entender que no es posible”.
Fernando Álvarez Castellano confirmó que Conarpesa se presentó en concurso de acreedores el viernes. “Ahora nos consiguieron un plazo de diez días más porque fue todo muy acelerado para presentar la documentación que exige el Juzgado; a principios de febrero declararán abierto el concurso y ahí seguirán los procesos legales”.
La imposibilidad de exportar por casi 30 días afectó la cadena de pagos de la empresa: “Los pagos cuando nos vienen del extranjero tardan tres semanas o un mes, entonces nos dimos cuenta de repente que íbamos a estar un mes y pico sin recibir nada, y teníamos obligaciones de pago por 8 o 10 millones de dólares”. Había dos opciones, “o buscar una forma legal de parar y recomponernos y seguir adelante o empezar a devolver cheques e incumplir todos los compromisos, con el caos que iba a suponer. A corto plazo parece un proceso más violento, puede ser mal visto, pero a la larga todo el mundo se va a dar cuenta de que fue lo mejor”, dijo sobre la convocatoria.
En cuanto a la deuda con el personal de marinería de su flota, el empresario dijo que “la deuda cada vez es menos, no es tan grande; antes de la semana pasada que tuvimos tomada la planta, al no poder entrar no podemos acceder a los sistemas y no podemos pagar, pero la anterior semana, ya en el proceso de concurso, estuvimos pagando, le vamos depositando a cuenta y partir de hoy (por ayer) vamos seguir depositando”.

Gracias a los Kirchner

Yo le debo mucho al kirchnerismo en toda esta etapa, primero con Néstor y ahora con Cristina. Todo lo que yo hice y todo lo que yo crecí personalmente, profesionalmente y empresarialmente se los debo a ellos, no porque me lo dieran sino porque coincidió a lo mejor en el tiempo que Kirchner era gobernador de Santa Cruz y yo empecé a invertir ahí”, advirtió el empresario.
Álvarez Castellano refirió la relación de su empresa con la gestión K, a partir del pedido del Gobierno nacional de desactivar los despidos. “Es gente que me acompañó más que me ayudó, porque a mí no me dieron dinero ni me dieron nada, me dieron la posibilidad de trabajar, que era lo que yo quería; la posibilidad de crecer, de tener más barcos, de hacer más plantas y me fue bien. Y ahora porque haya una crisis internacional que nos pilló a todos con el paso cambiado no le voy a echar la culpa al país, al modelo o al ministro cuando es el año que más capturas hemos tenido y que mejores tamaños hemos obtenido”.
La diferencia es que en 2008 “el precio promedio de venta era de  9,20 dólares y este año es de 6,10 dólares, entonces no es culpa de ellos”, dijo el empresario. “¿Qué argumento tengo yo para decirle ´No, no os hago caso ahora, cuando toda la vida me acompañaron en todo lo que yo crecí acá?”.#

Enterate de las noticias de POLITICA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
20 DIC 2012 - 21:45

El empresario español Fernando Álvarez Castellano dijo que decidió retrotraer los despidos en Conarpesa por pedido expreso del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Norberto Yauhar, pero advirtió que si el plan acordado en Buenos Aires no funciona en un mes, “mando los 115 telegramas de nuevo”.
Entrevistado por FM Tiempo de Puerto Madryn (99.1), Álvarez Castellano dijo que se iniciará un proceso de capacitación, pero una condición es “que cobre el que trabaja y el que no trabaja, cobrará el garantizado, pero no puede cobrar como el que trabaja”. Si este pacto “en un mes no funciona, vuelvo a mandar los 115 telegramas”.
El dueño de Conarpesa dijo que la decisión de echar a los empleados de planta “estaba tomada y a conciencia;  entendía que era lo mejor para poder salvar el resto de la empresa. No soy de los que doy marcha atrás cuando tomo una decisión, tomé una parecida en Caleta Olivia y así quedó. Es difícil que dé marcha atrás con una decisión tomada porque no las tomo en el aire o de forma caprichosa, la venía meditando hace tiempo porque veníamos perdiendo, perdiendo y perdiendo y en el contexto actual no nos podemos permitir ese lujo”.
Admitió que “realmente no pensaba que iban a intervenir de nivel nacional” y expresó que a Yauhar “lo conozco de cuando estaba en Chubut y me acuerdo un hecho en Comodoro Rivadavia con la gente despedida de Barillari: me llamó y me pidió por favor que la tomáramos y la tomamos, o sea que es una persona que en este contexto le tengo un respeto especial y me cuesta mucho decirle que no a una persona que me dice que vea de revertir esa decisión y que, directamente en contacto con la Presidenta, le pide que vea la forma de revertirlo y que ellos desde su lado nos van a ayudar en todo lo que se pueda”.
Para destrabar el tema de los despidos “la primera clave fue el pedido expreso, directo y derecho que me hizo Yauhar de que no pensara en dejar a la gente despedida, que me metiera en la cabeza que había que retrotraer la medida y que a partir de ahí cambiara el chip y empezara a pensar cómo hacer para destrabar la situación”.
El segundo paso fue la reunión con los sindicatos: “Expusimos cuál era el problema que había llevado a esta situación, que ellos conocían, aunque puedan decir hoy que no”. Álvarez Castellano indicó que ante los gremios “decidimos que yo estaba dispuesto a mantener la planta pero que cuando se hacía un proceso con langostino, no podía pagar a todo el mundo, por el hecho de ser personal en relación de dependencia de la planta, el mismo sueldo que cobra uno que específicamente venía a clasificar langostino, porque ellos en diez años no habían aprendido a hacerlo”.
El acuerdo se trató en la reunión de conciliación de ayer en Rawson, “poniendo en un papel que realmente cobre el que trabaje y el que no trabaja, que cobre el garantizado, pero no tiene porqué cobrar como el que trabaja, eso es lo que nunca pude hacer entender pero en esta instancia parece que se va a entender”.
El dueño de Conarpesa en la reunión “les dije ´Me comprometo a probar, pero si dentro de un mes estamos en la misma, van los 115 telegramas de vuelta. Yo no tengo que firmar nada, a mí que firmen ustedes, los abogados. Yo lo que digo y lo que dije en la reunión y delante de todos, que quede claro que hoy retrotraigo la medida por una serie de cuestiones pero dentro de un mes empezamos a funcionar y empezamos con cosas raras y no lo que hemos hablado aquí, dentro de un mes van de nuevo los 115 despidos y ya nadie me va a decir que lo eche para atrás porque aunque me venga el ministro y me lo diga, le diré: ´Señor ministro, usted estaba en la reunión, si no cumplen, yo no tengo porqué cumplir”.
“Tengo claro que yo empiezo a funcionar pero el tipo que tome por costumbre faltar, automáticamente lo voy a echar y puede hacer lo que quiera, pero que quede claro: no lo voy a consultar con nadie, le pagaré el 100 por ciento de la indemnización pero a mí la gente que empieza a faltar a la planta, no cuento con él”.
Recordó que al mismo tiempo que despedían a 115 operarios en Puerto Madryn tomaban 30 personas en Rawson.  “Mi voluntad es seguir creando empleado y seguir dando trabajo, pero a la gente que quiera trabajar, no a gente que venga dos días, porque todos sabemos lo que pasa en Alpesca con el ausentismo, eso no lo voy a permitir, sé cuando un tipo está enfermo de verdad o está enfermo porque le apetece estar enfermo”.
En cuanto a la influencia de la crisis internacional en la situación de Conarpesa, el empresario dijo “si quieres repartir culpas, diría un 90 por ciento porque por ejemplo, nosotros este año pescamos 12 mil toneladas de langostino de a bordo, de las cuales la mayoría, diría el 90 por ciento, las pescamos en aguas nacionales con unos tamaños muy buenos y muy buenos rendimientos. Imagínate si hubiera vendido esas 12 mil toneladas, no voy a decir al promedio de 2008, pero supón que las hubiera vendido a un dólar y medio o dos dólares más, son 24 millones de dólares y yo hubiera podido facturar 24 millones de dólares más y por ahí no hubiera tenido que cerrar Caleta o no hubiera tenido que tomar esta decisión con Madryn”.
Según Álvarez Castellano, el porcentaje restante en la crisis pesquera “ha sido por problemas sindicales con la gente. Sin ir más lejos como pasó en Caleta, donde tenía 2 mil toneladas vendidas a Asia para exportar y estuve 25 días sin poder exportar porque había un problema con los estibadores que pedían un subsidio por baja temporada y como no les daba el subsidio, Santa Cruz no nos dejaba exportar a nosotros”.
Respecto de los dichos de otros empresarios pesqueros que adjudican una mayor responsabilidad en la crisis a los problemas internos, el dueño de Conarpesa dijo que “afectan y en eso tienen razón, pero no toda. Voy a dar un dato para que la gente lo entienda: dentro del costo de un barco pesquero, hace 8 años, el 35 por ciento de ese costo lo representaba la masa laboral y hoy en día ese costo es cerca del 70 por ciento”. Con lo que queda hay que pagar “combustibles, cajas, todo el material para que el buque salga a navegar y el personal administrativo en tierra; entonces por supuesto que tiene mucho de la culpa o incidencia esos aumentos, pero por otro lado si los precios internacionales no hubieran tenido la caída que tuvieron, hubieran podido soportarlo”.
En cuanto a las retenciones, el empresario consideró que “es mucho dinero al cabo del año y las retenciones se generaron en su momento por un desfase que había con la convertibilidad, pero ya no tiene sentido”. Según el empresario, “el Gobierno nacional en algún momento debería quitar las retenciones porque no creo que ya proceda,  igual que procedieron en su momento al ponerlas, pero es un tema puntual que todos estamos de acuerdo, y que tendremos que seguir insistiendo hasta que consigamos que lo saquen o que entiendan que no tiene sentido”.
Álvarez Castellano sostuvo que “el problema que tuvimos afuera con la caída de precios abrupta y del consumo, es lo que realmente nos puso en una situación a todo el mundo en la cornisa; ahora se han abierto muchos mercados nuevos, en 2011 vendimos solamente 300 toneladas a Asia y este año hemos vendido como 4 mil, por lo cual si todo el mundo hace esa misma progresión el año que viene entiendo que habrá muchos más mercados que van a demandar nuestros langostinos y al haber más demanda podremos subir un poco los precios”.
El empresario pesquero dijo que desde su firma siempre intentan reducir los costos internos “maximizando la mano de obra, que ya no puedo pagar gente que no me produzca,  no dan hoy en día.  Antes sí estaba y no había ningún problema y nos exigían poner 30 personas por barco por así decirlo para acceder a pescar a aguas de Chubut o de Santa Cruz y las poníamos, pero porque daba. Pero cuando no da, no da”.
El titular de Conarpesa dijo compartir la visión de otros empresarios del sector pero aclaró: “Yo no tengo posibilidad de vender más caro, porque no puedo obligar a mis compradores a que me paguen para poder tapar todo esas diferencias que tenemos, entonces me tengo que abocar a intentar ahorrarlo acá y por eso yo llevo seis meses sin poder trabajar con la Flota Amarilla, con plantas paradas, porque no podría pagar más y me exigían,  como todos los años se ha ido subiendo de una u otra forma todos los sueldos, querían seguir la misma tónica y tienen que entender que no es posible”.
Fernando Álvarez Castellano confirmó que Conarpesa se presentó en concurso de acreedores el viernes. “Ahora nos consiguieron un plazo de diez días más porque fue todo muy acelerado para presentar la documentación que exige el Juzgado; a principios de febrero declararán abierto el concurso y ahí seguirán los procesos legales”.
La imposibilidad de exportar por casi 30 días afectó la cadena de pagos de la empresa: “Los pagos cuando nos vienen del extranjero tardan tres semanas o un mes, entonces nos dimos cuenta de repente que íbamos a estar un mes y pico sin recibir nada, y teníamos obligaciones de pago por 8 o 10 millones de dólares”. Había dos opciones, “o buscar una forma legal de parar y recomponernos y seguir adelante o empezar a devolver cheques e incumplir todos los compromisos, con el caos que iba a suponer. A corto plazo parece un proceso más violento, puede ser mal visto, pero a la larga todo el mundo se va a dar cuenta de que fue lo mejor”, dijo sobre la convocatoria.
En cuanto a la deuda con el personal de marinería de su flota, el empresario dijo que “la deuda cada vez es menos, no es tan grande; antes de la semana pasada que tuvimos tomada la planta, al no poder entrar no podemos acceder a los sistemas y no podemos pagar, pero la anterior semana, ya en el proceso de concurso, estuvimos pagando, le vamos depositando a cuenta y partir de hoy (por ayer) vamos seguir depositando”.

Gracias a los Kirchner

Yo le debo mucho al kirchnerismo en toda esta etapa, primero con Néstor y ahora con Cristina. Todo lo que yo hice y todo lo que yo crecí personalmente, profesionalmente y empresarialmente se los debo a ellos, no porque me lo dieran sino porque coincidió a lo mejor en el tiempo que Kirchner era gobernador de Santa Cruz y yo empecé a invertir ahí”, advirtió el empresario.
Álvarez Castellano refirió la relación de su empresa con la gestión K, a partir del pedido del Gobierno nacional de desactivar los despidos. “Es gente que me acompañó más que me ayudó, porque a mí no me dieron dinero ni me dieron nada, me dieron la posibilidad de trabajar, que era lo que yo quería; la posibilidad de crecer, de tener más barcos, de hacer más plantas y me fue bien. Y ahora porque haya una crisis internacional que nos pilló a todos con el paso cambiado no le voy a echar la culpa al país, al modelo o al ministro cuando es el año que más capturas hemos tenido y que mejores tamaños hemos obtenido”.
La diferencia es que en 2008 “el precio promedio de venta era de  9,20 dólares y este año es de 6,10 dólares, entonces no es culpa de ellos”, dijo el empresario. “¿Qué argumento tengo yo para decirle ´No, no os hago caso ahora, cuando toda la vida me acompañaron en todo lo que yo crecí acá?”.#


NOTICIAS RELACIONADAS