Para el especialista, Bachelet es como “la vecina que todos quieren y en quien confían. Te vas de vacaciones y le dejas las llaves de tu casa, aún cuando tienes un conflicto de intereses ya que sabes que ella es buena, pero tiene cinco hijos que son unos delincuentes”, dijo en alusión a otros dirigentes de la Concertación.
Explicó que muchos han criticado los anuncios y el plan de gobierno de Bachelet, pero “nadie duda de la cercanía que tiene con la gente", aunque "sí es cuestionable su poder de liderazgo y si podrá ordenar todos los partidos”.
“Bachelet es un globo de helio y está atada a la Concertación, que es un yunque. Después de las primarias tendrá la difícil tarea de incorporar a todos los partidos opositores al Gobierno actual, pero que tienen distintas formas de pensar y que pueden chocar entre ellos”, recalcó.
Subrayó que la participación del precandidato chileno por la Unión Demócrata Independiente (UDI) Pablo Longueira es una estrategia para “ordenar su partido y mantener su representatividad parlamentaria, ya que sabe que no es competencia contra Bachelet. Él no entró para ganar las presidenciales, sino para fortalecer a la UDI”.
Consultado sobre las posibilidades de Andrés Allamand, candidato de Renovación Nacional (RN) -el otro partido del actual oficialismo-, explicó que “es la mejor carta que tiene la Alianza”, y aunque dio por descontado su triunfo en las primarias, le restó toda posibilidad de triunfo en las presidenciales frente a Bachelet.
En el caso de que Allamand gane en primarias “atraería los votos del centro, por lo que Bachelet tendrá que unirse a los demás sectores de la Concertación para mostrar que ella es mucho más amplia y que no está tan cargada a la izquierda”, consideró.
Respecto de las primarias de la Concertación, estimó que “la pelea real es quién sale segundo, para poder aportar a la ganadora con sus ideas”.
Bachelet enfrentará en primarias a Andrés Velasco (independiente) y a Claudio Orrego (demócrata cristiano).
"Velasco dice que si él sale segundo, podrá intervenir con Bachelet para que tenga posiciones más moderadas, más históricamente concertacionistas. Si Orrego sale segundo esperaría poder evitar que la Concertación se corra tan a la izquierda en temas fundamentales", añadió.
Dentro de este contexto, explicó que en las elecciones de noviembre “la única pelea que puede haber es por el segundo lugar. Bachelet estará como en el 45 por ciento de los votos, por lo que si Allamand no logra llegar al 30 por ciento, Marco Enríquez-Ominami o Franco Parisi podrían aspirar a ese segundo lugar”.
Enríquez-Ominami y Parisi son dos jóvenes candidatos presidenciales que se presentan a la contienda por fuera de las dos grandes estructuras electorales chilenas: la Concertación y la Alianza.
Acerca de Enríquez-Ominami, del Partido Progresista (Pro), consideró que enfrenta un problema sustancial, y es el hecho de que Bachelet planteó en esta campaña varias propuestas que él presentó en su candidatura presidencial de 2009, cuando quedó tercero tras el actual presidente Sebastián Piñera y el exmandatario Eduardo Frei, pero con un considerable 20 por ciento de los votos.
“Lo que podría hacer él es quedarse con el discurso de que eran ideas de él, pero no tiene sentido a estas alturas, o puede decir que si tuvimos razón en ese entonces, ahora también, pero con nuevas cosas”.
Navia, quien es un destacado analista y columnista de diversos programas de televisión chilenos y extranjeros y profesor de la Universidad Diego Portales y de la Universidad de Nueva York, confesó finalmente a Télam que no votará en las primarias, pero sí en las presidenciales, para apoyar a Enríquez-Ominami.
Para el especialista, Bachelet es como “la vecina que todos quieren y en quien confían. Te vas de vacaciones y le dejas las llaves de tu casa, aún cuando tienes un conflicto de intereses ya que sabes que ella es buena, pero tiene cinco hijos que son unos delincuentes”, dijo en alusión a otros dirigentes de la Concertación.
Explicó que muchos han criticado los anuncios y el plan de gobierno de Bachelet, pero “nadie duda de la cercanía que tiene con la gente", aunque "sí es cuestionable su poder de liderazgo y si podrá ordenar todos los partidos”.
“Bachelet es un globo de helio y está atada a la Concertación, que es un yunque. Después de las primarias tendrá la difícil tarea de incorporar a todos los partidos opositores al Gobierno actual, pero que tienen distintas formas de pensar y que pueden chocar entre ellos”, recalcó.
Subrayó que la participación del precandidato chileno por la Unión Demócrata Independiente (UDI) Pablo Longueira es una estrategia para “ordenar su partido y mantener su representatividad parlamentaria, ya que sabe que no es competencia contra Bachelet. Él no entró para ganar las presidenciales, sino para fortalecer a la UDI”.
Consultado sobre las posibilidades de Andrés Allamand, candidato de Renovación Nacional (RN) -el otro partido del actual oficialismo-, explicó que “es la mejor carta que tiene la Alianza”, y aunque dio por descontado su triunfo en las primarias, le restó toda posibilidad de triunfo en las presidenciales frente a Bachelet.
En el caso de que Allamand gane en primarias “atraería los votos del centro, por lo que Bachelet tendrá que unirse a los demás sectores de la Concertación para mostrar que ella es mucho más amplia y que no está tan cargada a la izquierda”, consideró.
Respecto de las primarias de la Concertación, estimó que “la pelea real es quién sale segundo, para poder aportar a la ganadora con sus ideas”.
Bachelet enfrentará en primarias a Andrés Velasco (independiente) y a Claudio Orrego (demócrata cristiano).
"Velasco dice que si él sale segundo, podrá intervenir con Bachelet para que tenga posiciones más moderadas, más históricamente concertacionistas. Si Orrego sale segundo esperaría poder evitar que la Concertación se corra tan a la izquierda en temas fundamentales", añadió.
Dentro de este contexto, explicó que en las elecciones de noviembre “la única pelea que puede haber es por el segundo lugar. Bachelet estará como en el 45 por ciento de los votos, por lo que si Allamand no logra llegar al 30 por ciento, Marco Enríquez-Ominami o Franco Parisi podrían aspirar a ese segundo lugar”.
Enríquez-Ominami y Parisi son dos jóvenes candidatos presidenciales que se presentan a la contienda por fuera de las dos grandes estructuras electorales chilenas: la Concertación y la Alianza.
Acerca de Enríquez-Ominami, del Partido Progresista (Pro), consideró que enfrenta un problema sustancial, y es el hecho de que Bachelet planteó en esta campaña varias propuestas que él presentó en su candidatura presidencial de 2009, cuando quedó tercero tras el actual presidente Sebastián Piñera y el exmandatario Eduardo Frei, pero con un considerable 20 por ciento de los votos.
“Lo que podría hacer él es quedarse con el discurso de que eran ideas de él, pero no tiene sentido a estas alturas, o puede decir que si tuvimos razón en ese entonces, ahora también, pero con nuevas cosas”.
Navia, quien es un destacado analista y columnista de diversos programas de televisión chilenos y extranjeros y profesor de la Universidad Diego Portales y de la Universidad de Nueva York, confesó finalmente a Télam que no votará en las primarias, pero sí en las presidenciales, para apoyar a Enríquez-Ominami.