Caso Antillanca: el ADN y dos testigos fueron claves para revocar el fallo

Para el Superior, el joven asesinado sangró dentro de un patrullero y son creíbles los testimonios contra la Policía.

02 JUL 2013 - 22:43 | Actualizado

La credibilidad en cuanto a lo declarado por dos de los testigos y las pruebas de ADN en la sangre encontrada en un patrullero fueron los argumentos sobresalientes de los integrantes del Superior Tribunal de Justicia Alejandro Panizzi y Jorge Pfleger para revocar el fallo que dejó en libertad a los policías acusados por la muerte del joven Julián Antillanca. El voto en disidencia corresponde a Daniel Rabagliati Russell quien dio por válidas las conclusiones del tribunal de Trelew que integraron Ana Laura Servent, Ivana María González y Alejandro Defranco sobre los mismos temas.

Los tres integrantes de la Sala Penal del Superior Tribunal confirmaron además las penas impuestas a los policías condenados por haber golpeado, la misma noche que se produjo la muerte de Antillanca, a los hermanos Sergio Alejandro y Denis Matías Aballay, rechazando de esta manera las impugnaciones interpuestas por los defensores.

El fallo del superior, de 63 carillas, fue adelantado ayer en forma exclusiva por Jornada en su parte resolutiva. Luego el mismo órgano de justicia hizo conocer la sentencia en forma completa. Los dos primeros votos, de Rebagliati Russell y Panizzi hacen primero un pormenorizado relato de los hechos tal como figuran en la causa y que dejan traslucir lo que sucedió en la trágica madrugada del 5 de setiembre de 2010.

En los fundamentos principales de su voto Panizzi hace especial hincapié en las declaraciones de las testigos Jorgelina Domínguez y Daiana Monsalves, tomando como verosímiles sus declaraciones principales realizadas durante la instrucción y después, en el juicio oral.

En el caso de la primera fue quien vio como el cuerpo del joven Julián Antillanca era depositado en la vía pública desde un patrullero. “Lo que los magistrados soslayaron fue la indicación sin hesitar que realizara Jorgelina en cuanto a que el cuerpo arrojado en la vía pública correspondía a Julián Antillanca”, dijo Panizzi en una parte de su relato.

En cuanto a Daiana Monsalves, fue la que vio la golpiza que cuatro policías (tres varones y una mujer) le propinaban al chico después encontrado muerto. “La joven manifestó sin dudar que el chico golpeado era Julián. Dijo que lo identificó por la ropa que vestía, algo oscuro arriba y algo claro abajo”.

Y continuó: “La joven aseguró que un policía pisaba a la víctima en la zona del cuello lo cual coincide con el resultado de la pericia criminalística efectuada por el comisario Fernández. También afirmó que un uniformado le pegó a Julián con la cachiporra en la pierna dato que también coincide con la marca de un golpe hallada por el doctor Herminio González”.

Tras valorizar los resultados del ADN practicado a la sangre encontrada en el patrullero, Panizzi asegura que “aquí interesa conglobar la conclusión científica con la prueba obtenida, esto es, con los dichos de Jorgelina Domínguez, quien observó desde corta distancia cuando el cuerpo de Julián era bajado por policías del patrullero peritado y depositado en la vía pública y con el relato de Daiana Monsalves, quien vio a los efectivos atacar a golpes a la víctima”.

Y hay un párrafo clave: “Sin embargo en la sentencia atacada al desmerecerse arbitrariamente los testimonios de aquellas jóvenes, esos efectos se trasladaron a los resultados de la pericia. Es que si ponderamos aisladamente los aportes científicos ellos son limitados pero si los vinculamos con el conjunto de evidencias adicionales ese carácter desaparece”.

En cuanto al caso Aballay “demuestra una particularidad extraordinaria en la personalidad de los imputados: que eran capaces de golpear a los jóvenes que detenían. Por lo expuesto, la correspondencia en el modo de actuar de los funcionarios policiales involucrados en uno y otro caso permite tomar el caso Aballay como un indicio de una noche policial que terminó con la muerte de Julián Antillanca”.

En cuanto a Pfleger, va directo al tema de la sangre encontrada en el patrullero. No duda en decir que “el joven Antillanca estuvo en el interior del móvil y allí sangró”. Y agrega: “Esto es para mí una conclusión categórica con enorme vigor dentro del esquema de ponderación de los demás medios”. El juez echa por tierra la teoría respecto a que los rastros genéticos encontrados puedan pertenecer al padre del joven muerto, quien fuera transportado en el mismo móvil durante la investigación.

Este fue uno de los argumentos que utilizó el tribunal que absolvió a todos los policías involucrados en este caso. Lo cierto es que el Superior Tribunal decidió la realización de un nuevo juicio para este caso que conmocionó en su momento no sólo a Trelew sino también a toda la provincia. Se abrirá una nueva instancia dificultosa y tal vez llena de artilugios legales. Pero el camino es uno solo: llegar a la verdad de lo que ocurrió en aquella trágica madrugada.

Los involucrados

Por el caso de la muerte de Julián Antillanca fueron juzgados los policías Martín Solís, Jorge Abraham, Pablo Morales, Laura Córdoba, Carlos Sandoval y Gabriela Bidera. Estos dos últimos acusados de encubrimiento agravado. Todos fueron absueltos por la Cámara Penal de Trelew. La sentencia fue en marzo de 2012. En cuanto al caso de los hermanos Aballay fueron condenados Diego Sebastián Rey, Jorge Fernando Abraham, Martín Solis, Analía Di Gregorio y Carlos Omar Sandoval.

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02 JUL 2013 - 22:43

La credibilidad en cuanto a lo declarado por dos de los testigos y las pruebas de ADN en la sangre encontrada en un patrullero fueron los argumentos sobresalientes de los integrantes del Superior Tribunal de Justicia Alejandro Panizzi y Jorge Pfleger para revocar el fallo que dejó en libertad a los policías acusados por la muerte del joven Julián Antillanca. El voto en disidencia corresponde a Daniel Rabagliati Russell quien dio por válidas las conclusiones del tribunal de Trelew que integraron Ana Laura Servent, Ivana María González y Alejandro Defranco sobre los mismos temas.

Los tres integrantes de la Sala Penal del Superior Tribunal confirmaron además las penas impuestas a los policías condenados por haber golpeado, la misma noche que se produjo la muerte de Antillanca, a los hermanos Sergio Alejandro y Denis Matías Aballay, rechazando de esta manera las impugnaciones interpuestas por los defensores.

El fallo del superior, de 63 carillas, fue adelantado ayer en forma exclusiva por Jornada en su parte resolutiva. Luego el mismo órgano de justicia hizo conocer la sentencia en forma completa. Los dos primeros votos, de Rebagliati Russell y Panizzi hacen primero un pormenorizado relato de los hechos tal como figuran en la causa y que dejan traslucir lo que sucedió en la trágica madrugada del 5 de setiembre de 2010.

En los fundamentos principales de su voto Panizzi hace especial hincapié en las declaraciones de las testigos Jorgelina Domínguez y Daiana Monsalves, tomando como verosímiles sus declaraciones principales realizadas durante la instrucción y después, en el juicio oral.

En el caso de la primera fue quien vio como el cuerpo del joven Julián Antillanca era depositado en la vía pública desde un patrullero. “Lo que los magistrados soslayaron fue la indicación sin hesitar que realizara Jorgelina en cuanto a que el cuerpo arrojado en la vía pública correspondía a Julián Antillanca”, dijo Panizzi en una parte de su relato.

En cuanto a Daiana Monsalves, fue la que vio la golpiza que cuatro policías (tres varones y una mujer) le propinaban al chico después encontrado muerto. “La joven manifestó sin dudar que el chico golpeado era Julián. Dijo que lo identificó por la ropa que vestía, algo oscuro arriba y algo claro abajo”.

Y continuó: “La joven aseguró que un policía pisaba a la víctima en la zona del cuello lo cual coincide con el resultado de la pericia criminalística efectuada por el comisario Fernández. También afirmó que un uniformado le pegó a Julián con la cachiporra en la pierna dato que también coincide con la marca de un golpe hallada por el doctor Herminio González”.

Tras valorizar los resultados del ADN practicado a la sangre encontrada en el patrullero, Panizzi asegura que “aquí interesa conglobar la conclusión científica con la prueba obtenida, esto es, con los dichos de Jorgelina Domínguez, quien observó desde corta distancia cuando el cuerpo de Julián era bajado por policías del patrullero peritado y depositado en la vía pública y con el relato de Daiana Monsalves, quien vio a los efectivos atacar a golpes a la víctima”.

Y hay un párrafo clave: “Sin embargo en la sentencia atacada al desmerecerse arbitrariamente los testimonios de aquellas jóvenes, esos efectos se trasladaron a los resultados de la pericia. Es que si ponderamos aisladamente los aportes científicos ellos son limitados pero si los vinculamos con el conjunto de evidencias adicionales ese carácter desaparece”.

En cuanto al caso Aballay “demuestra una particularidad extraordinaria en la personalidad de los imputados: que eran capaces de golpear a los jóvenes que detenían. Por lo expuesto, la correspondencia en el modo de actuar de los funcionarios policiales involucrados en uno y otro caso permite tomar el caso Aballay como un indicio de una noche policial que terminó con la muerte de Julián Antillanca”.

En cuanto a Pfleger, va directo al tema de la sangre encontrada en el patrullero. No duda en decir que “el joven Antillanca estuvo en el interior del móvil y allí sangró”. Y agrega: “Esto es para mí una conclusión categórica con enorme vigor dentro del esquema de ponderación de los demás medios”. El juez echa por tierra la teoría respecto a que los rastros genéticos encontrados puedan pertenecer al padre del joven muerto, quien fuera transportado en el mismo móvil durante la investigación.

Este fue uno de los argumentos que utilizó el tribunal que absolvió a todos los policías involucrados en este caso. Lo cierto es que el Superior Tribunal decidió la realización de un nuevo juicio para este caso que conmocionó en su momento no sólo a Trelew sino también a toda la provincia. Se abrirá una nueva instancia dificultosa y tal vez llena de artilugios legales. Pero el camino es uno solo: llegar a la verdad de lo que ocurrió en aquella trágica madrugada.

Los involucrados

Por el caso de la muerte de Julián Antillanca fueron juzgados los policías Martín Solís, Jorge Abraham, Pablo Morales, Laura Córdoba, Carlos Sandoval y Gabriela Bidera. Estos dos últimos acusados de encubrimiento agravado. Todos fueron absueltos por la Cámara Penal de Trelew. La sentencia fue en marzo de 2012. En cuanto al caso de los hermanos Aballay fueron condenados Diego Sebastián Rey, Jorge Fernando Abraham, Martín Solis, Analía Di Gregorio y Carlos Omar Sandoval.


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