Cuando la obesidad se transforma en un drama y necesita de ayuda

Su sueño es entrar en “Cuestión de Peso”. Relató a Jornada el infierno interno que no puede superar.

28 SEP 2013 - 23:08 | Actualizado

Quiero dejar de comer y no puedo. La gente discrimina. En las tiendas me dicen que no hay talle para mí. Me tengo que ir con la cabeza gacha y a veces, lloro en los vestidores. Me tengo que poner ropa de vieja. Mis pies se ensancharon y calzo más de 40. No encuentro zapatos”. Así relata su realidad, Elizabeth Valiña. Una joven de Trelew que tiene 22 años, mamá de dos niñas. Sufre la obesidad y pide ayuda. Dice que una solución sería ingresar al famoso programa “Cuestión de peso” porque las obras sociales aún no cubren todo lo que necesita para estar bien.

La joven, admitiendo sentir algo de vergüenza e impotencia, relató a Jornada el infierno por el que está atravesando desde el año 2003 cuando su cuerpo empezó a cambiar y su vida, a entristecerse. “Empecé a subir de peso en 2003. Estaba en la secundaria. Era delgada antes. Mi autoestima ya no existe. No me quiero. Murió mi abuela y me dolió muchísimo, supongo que eso influyó muchísima. La familia, por parte de mi papá son gordos. Tienen antecedentes de tiroides pero para ellos, no es un problema”, resaltó.

Elizabeth aseguró que “los hábitos alimenticios malos los tengo. Hice miles de dietas pero siempre la comida te puede. Te sentás en un asado y te olvidaste. El gordo siempre tiene tendencia de enojarse. Se enoja cuando le piden que no coma tanto. Lo único que querés es disfrutar lo que tenés al frente y te enceguecés con la comida”, confió con cierto nerviosismo y gesticulando con las manos esas situaciones que desearía que no existieran.

Dijo que la soledad en su momento, le pesó mucho. “Estuve sola mucho tiempo. El padre se fue y detrás de una flaca…(sonrisas). Todo al final, te hunde cada vez más. Te encerrás y comés. Es por la falta de contención. El tema de la gordura ya me afecta en rodillas, en la sensibilidad y me acalambro. Uno, está mal alimentado. No estás comiendo bien. Dejé además, el cigarrillo, pude dejarlo cuando me lo propuse. Ahora, el padre de mis hijas está conmigo y fuma muchísimo, pero yo puedo no hacerlo”, aseveró.

La joven admitió tener la imperiosa necesidad de recibir una correcta “contención psicológica”. Dijo que “las obras sociales, no te dan bolilla. Tenés que buscar tu ayuda en forma individual. Cuesta muchísimo porque el gordo, es vago. No tiene iniciativa en salir a caminar o correr. Se necesita alguien que te ayude, que te anime, te incentive”, manifestó.

“Cuando me quedé embarazada, pesaba 84 kilos con 18 años. Yo siempre tuve el drama de verme y decir: qué gorda estoy. Ahora, ya en serio, tengo un problema. Quiero dejar de comer y no puedo. Siempre hay algo que te puede. Ahora, al tener un buen sueldo , a veces salimos a cenar y comemos hamburguesas y esas cosas con mucha grasa”, agregó.

Asegura no saber exactamente cuál es su peso actual pero “ya pasé los 100 kilos”, dijo. Una alternativa que ve factible para poder salir de ese infierno interno que no la deja ser feliz, según dijo, sería ingresar al programa que se emite por Canal 13, “Cuestión de peso” por la asistencia que tienen. Te dan todas las herramientas”, subrayó.

Elizabeth resaltó además que “la gente discrimina”. Relató que varias veces “me pasó de ir a una tienda y te dicen: no, talle para vos no. Te tenés que ir con la cabeza gacha. Tenés que recorrerte la ciudad entera para encontrar talles. Me tengo que comprar ropa “de vieja”, pero es lo que me entra. Nunca un jeans, mis pies se ensancharon y calzo más de 40. Me cuesta encontrar calzado”, aseveró.

Su necesidad de bajar de peso y lo mucho que le cuesta superar esta difícil situación fue publicada por Elizabeth en la red social “Facebook”. Muchísimos fueron los comentarios que saltaron a raíz de la confesión de la joven. Es inimaginable la cantidad de personas que atraviesan por lo mismo, y así lo hicieron saber. Unos, le daban ánimo para que afrontara un tratamiento y otros, canalizaban lo que en carne propia, estaban viviendo.

“En la red social, fue mucha la gente que adhirió. Me mandaron mensaje privado y algunos me dicen “yo vi tu foto, no es lo que parece, no estás tan gorda”. En la red social, no vas a postear una foto de tu panza. Estando como estás, a no ser que tengas estómago chato. Como cualquier gordita, posteo fotos de mi cara. Porque al menos zafa”, remarcó con una sonrisa.

La joven admitió además, sentir dolor por la apariencia que tiene cuando sus hijas se sacan fotos con ella, por ejemplo en la escuela. Cuando las vean van a decir “que asco, la mamá que tengo”. Tengo 22 años …yo soy joven y me veo muy mal”, confió.

Para finalizar, Elizabeth aseguró que las obras sociales, no ayudan para iniciar los tratamientos que necesita. “Me gustaría llegar al programa de alcance nacional para que ellos vean que en el sur, también hay problemas. No he visto ningún caso de Chubut y Río Negro. No aparecemos, parece que no existimos”, subrayó.

Elizabeth solicitó que a quienes puedan ayudarla, mandar un mail sugiriendo su ingreso a Cuestión de Peso a cuestiondepeso@endemol.com.ar

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28 SEP 2013 - 23:08

Quiero dejar de comer y no puedo. La gente discrimina. En las tiendas me dicen que no hay talle para mí. Me tengo que ir con la cabeza gacha y a veces, lloro en los vestidores. Me tengo que poner ropa de vieja. Mis pies se ensancharon y calzo más de 40. No encuentro zapatos”. Así relata su realidad, Elizabeth Valiña. Una joven de Trelew que tiene 22 años, mamá de dos niñas. Sufre la obesidad y pide ayuda. Dice que una solución sería ingresar al famoso programa “Cuestión de peso” porque las obras sociales aún no cubren todo lo que necesita para estar bien.

La joven, admitiendo sentir algo de vergüenza e impotencia, relató a Jornada el infierno por el que está atravesando desde el año 2003 cuando su cuerpo empezó a cambiar y su vida, a entristecerse. “Empecé a subir de peso en 2003. Estaba en la secundaria. Era delgada antes. Mi autoestima ya no existe. No me quiero. Murió mi abuela y me dolió muchísimo, supongo que eso influyó muchísima. La familia, por parte de mi papá son gordos. Tienen antecedentes de tiroides pero para ellos, no es un problema”, resaltó.

Elizabeth aseguró que “los hábitos alimenticios malos los tengo. Hice miles de dietas pero siempre la comida te puede. Te sentás en un asado y te olvidaste. El gordo siempre tiene tendencia de enojarse. Se enoja cuando le piden que no coma tanto. Lo único que querés es disfrutar lo que tenés al frente y te enceguecés con la comida”, confió con cierto nerviosismo y gesticulando con las manos esas situaciones que desearía que no existieran.

Dijo que la soledad en su momento, le pesó mucho. “Estuve sola mucho tiempo. El padre se fue y detrás de una flaca…(sonrisas). Todo al final, te hunde cada vez más. Te encerrás y comés. Es por la falta de contención. El tema de la gordura ya me afecta en rodillas, en la sensibilidad y me acalambro. Uno, está mal alimentado. No estás comiendo bien. Dejé además, el cigarrillo, pude dejarlo cuando me lo propuse. Ahora, el padre de mis hijas está conmigo y fuma muchísimo, pero yo puedo no hacerlo”, aseveró.

La joven admitió tener la imperiosa necesidad de recibir una correcta “contención psicológica”. Dijo que “las obras sociales, no te dan bolilla. Tenés que buscar tu ayuda en forma individual. Cuesta muchísimo porque el gordo, es vago. No tiene iniciativa en salir a caminar o correr. Se necesita alguien que te ayude, que te anime, te incentive”, manifestó.

“Cuando me quedé embarazada, pesaba 84 kilos con 18 años. Yo siempre tuve el drama de verme y decir: qué gorda estoy. Ahora, ya en serio, tengo un problema. Quiero dejar de comer y no puedo. Siempre hay algo que te puede. Ahora, al tener un buen sueldo , a veces salimos a cenar y comemos hamburguesas y esas cosas con mucha grasa”, agregó.

Asegura no saber exactamente cuál es su peso actual pero “ya pasé los 100 kilos”, dijo. Una alternativa que ve factible para poder salir de ese infierno interno que no la deja ser feliz, según dijo, sería ingresar al programa que se emite por Canal 13, “Cuestión de peso” por la asistencia que tienen. Te dan todas las herramientas”, subrayó.

Elizabeth resaltó además que “la gente discrimina”. Relató que varias veces “me pasó de ir a una tienda y te dicen: no, talle para vos no. Te tenés que ir con la cabeza gacha. Tenés que recorrerte la ciudad entera para encontrar talles. Me tengo que comprar ropa “de vieja”, pero es lo que me entra. Nunca un jeans, mis pies se ensancharon y calzo más de 40. Me cuesta encontrar calzado”, aseveró.

Su necesidad de bajar de peso y lo mucho que le cuesta superar esta difícil situación fue publicada por Elizabeth en la red social “Facebook”. Muchísimos fueron los comentarios que saltaron a raíz de la confesión de la joven. Es inimaginable la cantidad de personas que atraviesan por lo mismo, y así lo hicieron saber. Unos, le daban ánimo para que afrontara un tratamiento y otros, canalizaban lo que en carne propia, estaban viviendo.

“En la red social, fue mucha la gente que adhirió. Me mandaron mensaje privado y algunos me dicen “yo vi tu foto, no es lo que parece, no estás tan gorda”. En la red social, no vas a postear una foto de tu panza. Estando como estás, a no ser que tengas estómago chato. Como cualquier gordita, posteo fotos de mi cara. Porque al menos zafa”, remarcó con una sonrisa.

La joven admitió además, sentir dolor por la apariencia que tiene cuando sus hijas se sacan fotos con ella, por ejemplo en la escuela. Cuando las vean van a decir “que asco, la mamá que tengo”. Tengo 22 años …yo soy joven y me veo muy mal”, confió.

Para finalizar, Elizabeth aseguró que las obras sociales, no ayudan para iniciar los tratamientos que necesita. “Me gustaría llegar al programa de alcance nacional para que ellos vean que en el sur, también hay problemas. No he visto ningún caso de Chubut y Río Negro. No aparecemos, parece que no existimos”, subrayó.

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