Obama: "El espectáculo de las últimas semanas afectó nuestra credibilidad"

El presidente norteamericano dijo que la disputa que paralizó el gobierno y dejó al país al borde del default, minó la confianza en los dirigentes y dañó la economía nacional. Y advirtió que los norteamericanos "están hartos" de los políticos de Washington.

17 OCT 2013 - 16:55 | Actualizado

"Las últimas semanas causaron un daño completamente innecesario a nuestra economía", dijo el mandatario en la Casa Blanca horas después de promulgar una ley aprobada anoche a última hora por el Congreso para sacar al país del inminente riesgo de default y disponer nuevos recursos para reactivar la administración federal.

"Acá no hay ganadores" tras la disputa política de 16 días entre la Casa Blanca y republicanos por el presupuesto y la deuda, insistió el demócrata Obama, subrayando los informes de analistas de mercado sobre el impacto negativo sobre la economía nacional que tuvo el impasse iniciado a principios de octubre.

La ley aprobada anoche, acordada por demócratas y republicanos del Senado, eleva el límite de la deuda a corto plazo, hasta el 7 de febrero, provee de un presupuesto al gobierno hasta mediados de enero y contempla la formación de un comité bipartidista para lograr un acuerdo de presupuesto a largo plazo.

Obama agradeció a los “republicanos responsables” que se unieron a los demócratas para finalizar la crisis y que tomaron distancia del pequeño grupo más radical de la oposición, el del Tea Party, que retrasó el acuerdo negándose a ceder a exigencias enfocadas en dificultar la puesta en marcha de la reforma de Salud.

“Los estadounidenses están hartos de Washington”, están “frustrados”, agregó Obama, en sus primeras declaraciones públicas luego del salvador acuerdo alcanzado ayer luego de que el país se mantuviera en vilo las últimas semanas ante la posibilidad de una nueva e inminente crisis económica por falta de acuerdo político.

El líder de la Casa Blanca dijo que el Congreso sólo mejorará la mala imagen pública que le valieron las disputas improductivas y los 16 días de cierre del gobierno, si pone ahora el foco en tres prioridades: el presupuesto, reformar el sistema migratorio y aprobar un proyecto de ley agrícola.

"En los próximos días y semanas deberíamos sentarnos y buscar un enfoque equilibrado a un presupuesto responsable", mientras que además "deberíamos terminar el trabajo de arreglar nuestro descalabrado sistema de inmigración" ya que "la gran mayoría de los estadounidenses creen que esto es lo correcto", sentenció.

En cerca de 20 minutos de intervención, el mandatario dedicó gran parte de sus palabras a fustigar al reducido grupo de congresistas del movimiento ultraconservador Tea Party, que, desde su génesis pocos años atrás, se opone a casi todas las medidas adoptadas por el líder demócrata.

"A todos mis amigos en el Congreso: entiendan que la forma en que se hacen negocios en esta ciudad, tiene que cambiar", aseguró Obama.

"Si no les gusta una política en particular o un presidente en particular, entonces argumenten a favor de su posición y ganen una elección", continuó, en tono desafiante.

Por último, Obama agradeció a los cerca de 800.000 empleados públicos que sufrieron involuntariamente las consecuencias del cierre de la administración por falta de presupuesto y que debieron permanecer en sus casas con una licencia forzosa sin goce de sueldo hasta hoy, cuando pudieron retomar sus tareas.

Convertido el plan en ley, empleados de la Casa Blanca que regresaron hoy a sus puestos fueron recibidos y saludados por sus colegas.

Por su parte, el vicepresidente, Joe Biden, cambió su agenda para realizar una visita sorpresa a las oficinas de la Agencia de Protección Ambiental y darle la bienvenida a los trabajadores que volvían a sus oficinas luego de más de dos semanas de ausencia.

Con magdalenas en sus manos para convidar a los recién llegados y repartiendo abrazos y apretones de manos, el vicepresidente señaló que lo ocurrido "fue innecesario" y que espera "recuperar la confianza del pueblo" estadunidense tras lo sucedido.

17 OCT 2013 - 16:55

"Las últimas semanas causaron un daño completamente innecesario a nuestra economía", dijo el mandatario en la Casa Blanca horas después de promulgar una ley aprobada anoche a última hora por el Congreso para sacar al país del inminente riesgo de default y disponer nuevos recursos para reactivar la administración federal.

"Acá no hay ganadores" tras la disputa política de 16 días entre la Casa Blanca y republicanos por el presupuesto y la deuda, insistió el demócrata Obama, subrayando los informes de analistas de mercado sobre el impacto negativo sobre la economía nacional que tuvo el impasse iniciado a principios de octubre.

La ley aprobada anoche, acordada por demócratas y republicanos del Senado, eleva el límite de la deuda a corto plazo, hasta el 7 de febrero, provee de un presupuesto al gobierno hasta mediados de enero y contempla la formación de un comité bipartidista para lograr un acuerdo de presupuesto a largo plazo.

Obama agradeció a los “republicanos responsables” que se unieron a los demócratas para finalizar la crisis y que tomaron distancia del pequeño grupo más radical de la oposición, el del Tea Party, que retrasó el acuerdo negándose a ceder a exigencias enfocadas en dificultar la puesta en marcha de la reforma de Salud.

“Los estadounidenses están hartos de Washington”, están “frustrados”, agregó Obama, en sus primeras declaraciones públicas luego del salvador acuerdo alcanzado ayer luego de que el país se mantuviera en vilo las últimas semanas ante la posibilidad de una nueva e inminente crisis económica por falta de acuerdo político.

El líder de la Casa Blanca dijo que el Congreso sólo mejorará la mala imagen pública que le valieron las disputas improductivas y los 16 días de cierre del gobierno, si pone ahora el foco en tres prioridades: el presupuesto, reformar el sistema migratorio y aprobar un proyecto de ley agrícola.

"En los próximos días y semanas deberíamos sentarnos y buscar un enfoque equilibrado a un presupuesto responsable", mientras que además "deberíamos terminar el trabajo de arreglar nuestro descalabrado sistema de inmigración" ya que "la gran mayoría de los estadounidenses creen que esto es lo correcto", sentenció.

En cerca de 20 minutos de intervención, el mandatario dedicó gran parte de sus palabras a fustigar al reducido grupo de congresistas del movimiento ultraconservador Tea Party, que, desde su génesis pocos años atrás, se opone a casi todas las medidas adoptadas por el líder demócrata.

"A todos mis amigos en el Congreso: entiendan que la forma en que se hacen negocios en esta ciudad, tiene que cambiar", aseguró Obama.

"Si no les gusta una política en particular o un presidente en particular, entonces argumenten a favor de su posición y ganen una elección", continuó, en tono desafiante.

Por último, Obama agradeció a los cerca de 800.000 empleados públicos que sufrieron involuntariamente las consecuencias del cierre de la administración por falta de presupuesto y que debieron permanecer en sus casas con una licencia forzosa sin goce de sueldo hasta hoy, cuando pudieron retomar sus tareas.

Convertido el plan en ley, empleados de la Casa Blanca que regresaron hoy a sus puestos fueron recibidos y saludados por sus colegas.

Por su parte, el vicepresidente, Joe Biden, cambió su agenda para realizar una visita sorpresa a las oficinas de la Agencia de Protección Ambiental y darle la bienvenida a los trabajadores que volvían a sus oficinas luego de más de dos semanas de ausencia.

Con magdalenas en sus manos para convidar a los recién llegados y repartiendo abrazos y apretones de manos, el vicepresidente señaló que lo ocurrido "fue innecesario" y que espera "recuperar la confianza del pueblo" estadunidense tras lo sucedido.


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