Vladimir Putin llamó a Al Assad por la crisis en Siria

Los presidentes de Siria y Rusia, Bashar Al Assad y Vladimir Putin, discutieron planes para celebrar una conferencia para intentar poner fin a la guerra civil siria y los esfuerzos de Damasco para destruir sus armas químicas, en otra jornada de violencia y combates en el país.

14 NOV 2013 - 15:59 | Actualizado

Estados Unidos, Rusia y la ONU intentan desde mayo pasado convocar a una conferencia en Ginebra para tratar de alcanzar una solución política al conflicto en Siria, que después de casi tres años de duración ya dejó más de 100.000 muertos y millones de refugiados o desplazados.

En conversación telefónica con Al Assad, el presidente Putin "enfatizó los esfuerzos realizados por Rusia junto a sus socios de para preparar la conferencia internacional de Ginebra II e hizo una evaluación positiva de la disposición de Bashar Assad de enviar una delegación siria a Moscú", informó hoy el Kremlin.

El gobierno sirio ya dijo que participará de la conferencia de paz, aunque funcionarios adelantaron que no negociarán con grupos insurgentes armados o con los miembros de los grupos de la oposición política siria en el exilio.

Sobre el terreno, el Ejército sirio se encuentra en medio de una ofensiva que le permitió grandes progresos estratégicos en el conurbano sur de Damasco y en la norteña provincia de Alepo, dos de las zonas más calientes del país.

La oposición siria estuvo dividida sobre si asistir o no a Ginebra, pero esta semana dijo que iría bajo ciertas condiciones, incluyendo la salida de Al Assad y su exclusión del proceso de transición que se abriría tras un acuerdo de paz.

Pero el ministro de Información sirio, Omran al-Zohbi, criticó hoy duramente las condiciones de la oposición.

"Quienes sueñan con que van a ir a Ginebra para recibir las llaves de Damasco son gente estúpida sin peso político que no entiende nada de política", dijo Zohbi a la agencia de noticias estatal siria SANA.

"Quienes anunciaron su disposición a asistir unos días atrás lo hicieron a pedido de sus patrones", agregó, en alusión a Estados Unidos y otros gobiernos occidentales, que apoyan a los insurgentes y que los presionaron para que participaran de la conferencia.

Rusia es uno de los más firmes aliados internacionales de Siria y se valió de su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar sanciones contra Damasco por el conflicto armado.

La renovada discusión sobre la conferencia de paz llegó pese a la persistente violencia en Siria, donde al menos tres personas murieron hoy y otras 22 resultaron heridas en ataques con morteros y dos explosiones en Damasco, informó SANA, que citó a fuentes policiales que atribuyeron los atentados a la insurgencia.

También hoy, SANA informó que al menos 20 insurgentes murieron en una emboscada tendida por el Ejército en una ruta de la provincia de Dera`a, en el suroeste del país.

El Kremlin dijo en un comunicado que los dos líderes discutieron además los esfuerzos en curso de Siria para poner sus armas químicas bajo control internacional y desmantelarlas.

La nota oficial agregó que Putin expresó su beneplácito con "la cooperación de las autoridades sirias con los expertos en armas químicas".

Mañana, el Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que lidera el desarme sirio junto a la ONU, tiene previsto aprobar un plan detallado según el cual se procederá a destruir durante el próximo año el arsenal químico sirio.

Tras haber culminado con éxito la primera fase de sus tareas en Siria con la revisión de las instalaciones químicas y el desmantelamiento de equipos de producción, la OPAQ debe proceder ahora con la parte más compleja de la misión: la eliminación de alrededor de 1.000 toneladas de agentes químicos.

El plan, negociado con Damasco, pasará por sacar las armas químicas fuera del país para proceder a su destrucción en un lugar seguro, una opción que favorecen desde el principio países como Rusia y que ha respaldado la propia OPAQ.

Aunque oficialmente no se dio ningún tipo de detalle, Albania se perfila como el destino más probable del arsenal.

Hoy, cientos de personas se manifestaron en varias ciudades albanesas contra esa posibilidad, que elevó la tensión política en el país.

Washington negocia con el gobierno albanés sobre el proceso de la destrucción de las armas químicas sirias, pero hasta ahora el Ejecutivo del país europeo no tomó ninguna decisión al respecto.

14 NOV 2013 - 15:59

Estados Unidos, Rusia y la ONU intentan desde mayo pasado convocar a una conferencia en Ginebra para tratar de alcanzar una solución política al conflicto en Siria, que después de casi tres años de duración ya dejó más de 100.000 muertos y millones de refugiados o desplazados.

En conversación telefónica con Al Assad, el presidente Putin "enfatizó los esfuerzos realizados por Rusia junto a sus socios de para preparar la conferencia internacional de Ginebra II e hizo una evaluación positiva de la disposición de Bashar Assad de enviar una delegación siria a Moscú", informó hoy el Kremlin.

El gobierno sirio ya dijo que participará de la conferencia de paz, aunque funcionarios adelantaron que no negociarán con grupos insurgentes armados o con los miembros de los grupos de la oposición política siria en el exilio.

Sobre el terreno, el Ejército sirio se encuentra en medio de una ofensiva que le permitió grandes progresos estratégicos en el conurbano sur de Damasco y en la norteña provincia de Alepo, dos de las zonas más calientes del país.

La oposición siria estuvo dividida sobre si asistir o no a Ginebra, pero esta semana dijo que iría bajo ciertas condiciones, incluyendo la salida de Al Assad y su exclusión del proceso de transición que se abriría tras un acuerdo de paz.

Pero el ministro de Información sirio, Omran al-Zohbi, criticó hoy duramente las condiciones de la oposición.

"Quienes sueñan con que van a ir a Ginebra para recibir las llaves de Damasco son gente estúpida sin peso político que no entiende nada de política", dijo Zohbi a la agencia de noticias estatal siria SANA.

"Quienes anunciaron su disposición a asistir unos días atrás lo hicieron a pedido de sus patrones", agregó, en alusión a Estados Unidos y otros gobiernos occidentales, que apoyan a los insurgentes y que los presionaron para que participaran de la conferencia.

Rusia es uno de los más firmes aliados internacionales de Siria y se valió de su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar sanciones contra Damasco por el conflicto armado.

La renovada discusión sobre la conferencia de paz llegó pese a la persistente violencia en Siria, donde al menos tres personas murieron hoy y otras 22 resultaron heridas en ataques con morteros y dos explosiones en Damasco, informó SANA, que citó a fuentes policiales que atribuyeron los atentados a la insurgencia.

También hoy, SANA informó que al menos 20 insurgentes murieron en una emboscada tendida por el Ejército en una ruta de la provincia de Dera`a, en el suroeste del país.

El Kremlin dijo en un comunicado que los dos líderes discutieron además los esfuerzos en curso de Siria para poner sus armas químicas bajo control internacional y desmantelarlas.

La nota oficial agregó que Putin expresó su beneplácito con "la cooperación de las autoridades sirias con los expertos en armas químicas".

Mañana, el Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que lidera el desarme sirio junto a la ONU, tiene previsto aprobar un plan detallado según el cual se procederá a destruir durante el próximo año el arsenal químico sirio.

Tras haber culminado con éxito la primera fase de sus tareas en Siria con la revisión de las instalaciones químicas y el desmantelamiento de equipos de producción, la OPAQ debe proceder ahora con la parte más compleja de la misión: la eliminación de alrededor de 1.000 toneladas de agentes químicos.

El plan, negociado con Damasco, pasará por sacar las armas químicas fuera del país para proceder a su destrucción en un lugar seguro, una opción que favorecen desde el principio países como Rusia y que ha respaldado la propia OPAQ.

Aunque oficialmente no se dio ningún tipo de detalle, Albania se perfila como el destino más probable del arsenal.

Hoy, cientos de personas se manifestaron en varias ciudades albanesas contra esa posibilidad, que elevó la tensión política en el país.

Washington negocia con el gobierno albanés sobre el proceso de la destrucción de las armas químicas sirias, pero hasta ahora el Ejecutivo del país europeo no tomó ninguna decisión al respecto.


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