El boom del langostino se repite en Puerto Rawson como al comienzo de la década del 2000: barcos de la flota amarilla y de la flota artesanal llegan cada día con decenas de cajones repletos del exquisito marisco, que tiene un tamaño excepcional. Pero este fenómeno tiene una explicación: la ausencia de la merluza en las áreas de pesca. La especie, que se alimenta sobre todo de langostino, se ha retirado y sufre los efectos de la sobrepesca. Para recuperarse tardará al menos dos años.
Por otro lado, el langostino se reproduce y crece rápidamente. La falta de merluza hace que tenga una mejor alimentación a su disposición. Por eso, el tamaño supera los doce centímetros, un tamaño ideal para la exportación y el consumo local. La franja de reproducción que va desde el Golfo San José hasta el Golfo San Matías está liberada para el langostino que también es extraído en el puerto de Camarones en grandes cantidades.
“Se logró que se cuide la zona de desove y reproducción. Por eso se produce este boom en Rawson”, le dijeron a Jornada empresarios de la pesca. “Tiene el tiempo biológico necesario para el crecimiento y por eso los ejemplares son tan grandes”.
En general, el langostino se alimenta de plancton, pero es esencialmente un marisco carnívoro que consume gusanos de mar, desperdicios de otros peces, cangrejos y cornalitos. Sin la merluza tiene todo ese alimento a su disposición.
En total, son 60 los barcos amarillos que pescan el recurso. Salen todos los días con las mareas y vuelven con 800 cajones que almacenan 15 kilos cada uno. En cuanto a las lanchas artesanales, vuelven diariamente con 250 cajones también de 15 kilos. Estas últimas tienen como máximo 10 metros de eslora.
El 95 por ciento de la captura se exporta. El 5 por ciento restante se deja para consumo local. Los mercados más importantes con Estados Unidos, Europa y varios países asiáticos. El previo oficial es de 6 dólares el kilo pero en realidad langostinos de este tamaño se pueden colocar en los mercados a más de 15 dólares por kilo.
“El langostino tiene una vida en el mar que no supera los dos años. Por eso se está pescando ahora con mucha intensidad. Los cardúmenes están dentro de las 12 millas y los barcos de la flota amarilla aprovechan la oportunidad y vuelven cargados al máximo”, agregaron las fuentes.
Tal vez no se repita en toda su dimensión el boom de principios de 2000 cuando el langostino se vendía puerta a puerta y a precios muy bajos debido a la gran cantidad que se obtenía. Pero desde hace varias semanas, el movimiento en el puerto de la capital provincial es intenso. Y los barcos sólo descargan cajones con la especie.
La desventaja es que el marisco no genera demasiada mano de obra en tierra ya que casi no tiene procesamiento como ocurre con la merluza. Ese es un costo social que se debe absorber. Pero por supuesto, las ganancias son superiores. Por el precio internacional y por la gran salida que tiene el producto.
La captura tiene su lado negativo: como se vende en banquina, quienes tienen puestos en el Puerto de Rawson dejan los deshechos de langostinos en las orillas del puerto generando un verdadero basural. Esto trajo aparejado la intervención de las autoridades municipales en el intento que el sector no se convierta en un lugar despreciable por la suciedad y los olores. Ajenas a esta circunstancia, los habitantes de los barcos de la flota amarilla aprovechan de la mejor manera esta oportunidad: la mayoría de los marineros son de Rawson y en los comercios de electrodomésticos aseguran que las ventas han subido de manera notable debido a este fenómeno que se da en el mar.
El boom del langostino se repite en Puerto Rawson como al comienzo de la década del 2000: barcos de la flota amarilla y de la flota artesanal llegan cada día con decenas de cajones repletos del exquisito marisco, que tiene un tamaño excepcional. Pero este fenómeno tiene una explicación: la ausencia de la merluza en las áreas de pesca. La especie, que se alimenta sobre todo de langostino, se ha retirado y sufre los efectos de la sobrepesca. Para recuperarse tardará al menos dos años.
Por otro lado, el langostino se reproduce y crece rápidamente. La falta de merluza hace que tenga una mejor alimentación a su disposición. Por eso, el tamaño supera los doce centímetros, un tamaño ideal para la exportación y el consumo local. La franja de reproducción que va desde el Golfo San José hasta el Golfo San Matías está liberada para el langostino que también es extraído en el puerto de Camarones en grandes cantidades.
“Se logró que se cuide la zona de desove y reproducción. Por eso se produce este boom en Rawson”, le dijeron a Jornada empresarios de la pesca. “Tiene el tiempo biológico necesario para el crecimiento y por eso los ejemplares son tan grandes”.
En general, el langostino se alimenta de plancton, pero es esencialmente un marisco carnívoro que consume gusanos de mar, desperdicios de otros peces, cangrejos y cornalitos. Sin la merluza tiene todo ese alimento a su disposición.
En total, son 60 los barcos amarillos que pescan el recurso. Salen todos los días con las mareas y vuelven con 800 cajones que almacenan 15 kilos cada uno. En cuanto a las lanchas artesanales, vuelven diariamente con 250 cajones también de 15 kilos. Estas últimas tienen como máximo 10 metros de eslora.
El 95 por ciento de la captura se exporta. El 5 por ciento restante se deja para consumo local. Los mercados más importantes con Estados Unidos, Europa y varios países asiáticos. El previo oficial es de 6 dólares el kilo pero en realidad langostinos de este tamaño se pueden colocar en los mercados a más de 15 dólares por kilo.
“El langostino tiene una vida en el mar que no supera los dos años. Por eso se está pescando ahora con mucha intensidad. Los cardúmenes están dentro de las 12 millas y los barcos de la flota amarilla aprovechan la oportunidad y vuelven cargados al máximo”, agregaron las fuentes.
Tal vez no se repita en toda su dimensión el boom de principios de 2000 cuando el langostino se vendía puerta a puerta y a precios muy bajos debido a la gran cantidad que se obtenía. Pero desde hace varias semanas, el movimiento en el puerto de la capital provincial es intenso. Y los barcos sólo descargan cajones con la especie.
La desventaja es que el marisco no genera demasiada mano de obra en tierra ya que casi no tiene procesamiento como ocurre con la merluza. Ese es un costo social que se debe absorber. Pero por supuesto, las ganancias son superiores. Por el precio internacional y por la gran salida que tiene el producto.
La captura tiene su lado negativo: como se vende en banquina, quienes tienen puestos en el Puerto de Rawson dejan los deshechos de langostinos en las orillas del puerto generando un verdadero basural. Esto trajo aparejado la intervención de las autoridades municipales en el intento que el sector no se convierta en un lugar despreciable por la suciedad y los olores. Ajenas a esta circunstancia, los habitantes de los barcos de la flota amarilla aprovechan de la mejor manera esta oportunidad: la mayoría de los marineros son de Rawson y en los comercios de electrodomésticos aseguran que las ventas han subido de manera notable debido a este fenómeno que se da en el mar.