Se llama Dalmacio Piris y no es la primera vez que es víctima de los delincuentes y de la violencia. Hace cinco años atrás fue asaltado en la carnicería de su propiedad y terminó en el hospital. El miércoles pasado se repitió la historia pero ocurrió en la casa de su hija ubicada en la calle Marcos A. Zar a la altura del barrio Sur. Piris relató que “fui a visitar a mi hija que vive a quince metros de mi casa, estábamos con ella, mi señora, mi yerno y mis nietos cuando aparecen tres personas vestidas de policía, con los rostros tapados y gritando que se trataba de un robo”.
Visiblemente apesadumbrado y con las marcas en el rostro por la golpiza recibida, el vecino indicó que “fueron cinco minutos de una violencia terrible y aunque mi yerno y yo fuimos los que llevamos la peor parte, yo sufría por mis nietos”. En ese sentido, Piris reveló que a su nieto de 2 años, los delincuentes le pusieron un revólver en la cabeza.
Al parecer los delincuentes ingresaron a la vivienda tras saltar un paredón y según el testimonio de testigos, los cacos se escaparon en una camioneta Ford Ranger, doble cabina. Como consecuencia de las heridas sufridas, el comerciante terminó en un centro asistencial y lo propio ocurrió con su yerno que recibió 7 puntos de sutura y su hija que también recibió golpes y hace varios días que no puede ir a trabajar.
Piris se mostró sorprendido por la cantidad y el calibre de las armas que llevaban los malhechores y reveló que de la casa se llevaron solo un arma reglamentaria y unas pocas monedas.
El hecho ocurrió el miércoles pasado y hasta el momento no se registraron novedades en la investigación que está en manos de la Seccional Tercera de policía.
El atribulado vecino señaló con tristeza que “se vive con una inseguridad tremenda, nadie te protege, pago religiosamente los impuestos y nadie nos cuida, en Madryn nos conocemos todos pero parece que no conocemos a nadie”. También se quejó porque según manifestó “no vemos ni patrulleros ni policías caminando por esta zona de la ciudad y esto así no puede seguir, no se puede vivir con el corazón en la garganta todos los días”, expresó.
Se llama Dalmacio Piris y no es la primera vez que es víctima de los delincuentes y de la violencia. Hace cinco años atrás fue asaltado en la carnicería de su propiedad y terminó en el hospital. El miércoles pasado se repitió la historia pero ocurrió en la casa de su hija ubicada en la calle Marcos A. Zar a la altura del barrio Sur. Piris relató que “fui a visitar a mi hija que vive a quince metros de mi casa, estábamos con ella, mi señora, mi yerno y mis nietos cuando aparecen tres personas vestidas de policía, con los rostros tapados y gritando que se trataba de un robo”.
Visiblemente apesadumbrado y con las marcas en el rostro por la golpiza recibida, el vecino indicó que “fueron cinco minutos de una violencia terrible y aunque mi yerno y yo fuimos los que llevamos la peor parte, yo sufría por mis nietos”. En ese sentido, Piris reveló que a su nieto de 2 años, los delincuentes le pusieron un revólver en la cabeza.
Al parecer los delincuentes ingresaron a la vivienda tras saltar un paredón y según el testimonio de testigos, los cacos se escaparon en una camioneta Ford Ranger, doble cabina. Como consecuencia de las heridas sufridas, el comerciante terminó en un centro asistencial y lo propio ocurrió con su yerno que recibió 7 puntos de sutura y su hija que también recibió golpes y hace varios días que no puede ir a trabajar.
Piris se mostró sorprendido por la cantidad y el calibre de las armas que llevaban los malhechores y reveló que de la casa se llevaron solo un arma reglamentaria y unas pocas monedas.
El hecho ocurrió el miércoles pasado y hasta el momento no se registraron novedades en la investigación que está en manos de la Seccional Tercera de policía.
El atribulado vecino señaló con tristeza que “se vive con una inseguridad tremenda, nadie te protege, pago religiosamente los impuestos y nadie nos cuida, en Madryn nos conocemos todos pero parece que no conocemos a nadie”. También se quejó porque según manifestó “no vemos ni patrulleros ni policías caminando por esta zona de la ciudad y esto así no puede seguir, no se puede vivir con el corazón en la garganta todos los días”, expresó.