Ana Mari González e Ignacio Escapa en el Espacio de Arte Jornada

Los fotógrafos abren su muestra en Yrigoyen 583 de Trelew el 6 de mayo.

24 ABR 2014 - 9:16 | Actualizado

Ana Mari González e Ignacio Escapa son amigos. Esa amistad nació en el ámbito de la fotografía. Se conocieron en un safari fotográfico organizado por F/42, un grupo de fotógrafos –sureños en su mayoría- del que ambos forman parte hasta hoy. Compartieron algunos cursos, otras salidas y sesiones en estudio, pero sobre todo muchas charlas en torno a su pasión por la luz y cómo representarla. En cada uno de esos tantos encuentros siempre estaba presente la idea de hacer una muestra juntos, de trabajar un tema común, pero la dispersión u otras cosas para conversar, no daban paso a la concreción. Unos años después sin que medie más que la amistad de siempre armaron este diálogo que cuelga en las paredes.

Ambos han participado de muestras colectivas e individuales y realizado publicaciones en medios artísticos y gráficos.

En palabras de Ignacio: Ana Mari es, sobre todo, una buscadora de luz. La amplitud de su mirada le permite realizar con la misma solvencia una gran variedad de estilos y tipos fotográficos: formas en la arena, retratos intimistas, paisajes sutiles, monumentos, santuarios, risas y manzanas. Ana Mari sabe mirar, se entrena para eso, y los que la rodeamos, aprendemos que siempre hay algo más para ver.

En palabras de Ana Mari: Ignacio es un curioso de los mundos que no habita. En su fotografía, la científica que realiza por profesión y la creativa que hace por placer, se ven detalles, gestos, escenas y personajes que probablemente nunca formen parte de su entorno pero dicen cosas que él diría, y tal vez por eso, su mirada los busca con énfasis y gran definición. Sus trabajos tienen sutilezas, humor, denuncia a veces. Ignacio disfruta de la fotografía y es a través de su entusiasmo que lo transmite y contagia.

Ignacio y Ana Mari definen a esta muestra como un diálogo fotográfico con dípticos y trípticos siempre compuestos por fotografías de ambos. Diálogo con desencuentros y hermandades, con lugares comunes y distancias, donde algunos miedos y algunas valentías se esconden para que cada espectador pueda buscar y encontrar los suyos propios, o no, disfrutando de la lectura que sus imágenes les sugieran.

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24 ABR 2014 - 9:16

Ana Mari González e Ignacio Escapa son amigos. Esa amistad nació en el ámbito de la fotografía. Se conocieron en un safari fotográfico organizado por F/42, un grupo de fotógrafos –sureños en su mayoría- del que ambos forman parte hasta hoy. Compartieron algunos cursos, otras salidas y sesiones en estudio, pero sobre todo muchas charlas en torno a su pasión por la luz y cómo representarla. En cada uno de esos tantos encuentros siempre estaba presente la idea de hacer una muestra juntos, de trabajar un tema común, pero la dispersión u otras cosas para conversar, no daban paso a la concreción. Unos años después sin que medie más que la amistad de siempre armaron este diálogo que cuelga en las paredes.

Ambos han participado de muestras colectivas e individuales y realizado publicaciones en medios artísticos y gráficos.

En palabras de Ignacio: Ana Mari es, sobre todo, una buscadora de luz. La amplitud de su mirada le permite realizar con la misma solvencia una gran variedad de estilos y tipos fotográficos: formas en la arena, retratos intimistas, paisajes sutiles, monumentos, santuarios, risas y manzanas. Ana Mari sabe mirar, se entrena para eso, y los que la rodeamos, aprendemos que siempre hay algo más para ver.

En palabras de Ana Mari: Ignacio es un curioso de los mundos que no habita. En su fotografía, la científica que realiza por profesión y la creativa que hace por placer, se ven detalles, gestos, escenas y personajes que probablemente nunca formen parte de su entorno pero dicen cosas que él diría, y tal vez por eso, su mirada los busca con énfasis y gran definición. Sus trabajos tienen sutilezas, humor, denuncia a veces. Ignacio disfruta de la fotografía y es a través de su entusiasmo que lo transmite y contagia.

Ignacio y Ana Mari definen a esta muestra como un diálogo fotográfico con dípticos y trípticos siempre compuestos por fotografías de ambos. Diálogo con desencuentros y hermandades, con lugares comunes y distancias, donde algunos miedos y algunas valentías se esconden para que cada espectador pueda buscar y encontrar los suyos propios, o no, disfrutando de la lectura que sus imágenes les sugieran.


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