Por Ismael Tebes
Aunque para gran parte del público americano, ya Lucas Martín Matthysse dejó de ser un desconocido, a los fanáticos chubutenses le sigue sonando extraño el apodo “The Machine” con el que se promueve al natural de Trelew.
Con su habitual calma, sin vender humo y apelando al trabajo como principal argumento, Lucas volverá esta noche a mostrarse en rings americanos después de su primer revés en esas tierras.
Hoy peleará con el californiano John Molina en el StubHub Center de Carson compartiendo cartelera con el promocionado Keith Turman, campeón interino peso welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) quien enfrentará al ex monarca Julio Díaz. Matthysse-Molina, finalmente tendrá pantalla.
Se verá desde las 22,30 por los canales 612 y 1612 (HD) de DirecTV Sports. Ayer en el pesaje oficial, el primer trámite no arrojó novedades ya que el argentino rindió 63,503 kilógramos (140 libras) mientras que su rival acusó 63,160 (139) quedando ambos listos para la foto de rigor. Una ceremonia de película ya que se realizó en el salón Gold del Hotel Millenium Biltmore donde alguna vez se entregaron los premios Oscar.
Lo dice y lo piensa. Quiere volver a ser campeón del mundo. Y nadie duda que pueda recuperar un cinturón en la división en que se lo proponga. Dio superligero pero podría subir algunos kilos siguiéndole los pasos a Danny García, quien ya salteó una división quizás con fines tan “escapistas” como su estilo. Simplemente Lucas, ninguna máquina. Lo cierto es que Matthysse (34-3, con 32 antes del límite) dejará por esta vez las luces de los casinos de Las Vegas por los suburbios de Los Ángeles para toparse con Molina (27-3-0, 22) un pegador de raíces mexicanas y como él, hijo de un ex boxeador profesional.
Todavía aparece fresco el recuerdo de la última actuación de Matthysse en Estados Unidos, cuando después de un comienzo, anduvo por el suelo, sufrió y terminó con una lesión en el ojo que le hizo la pelea cuesta arriba. Nada de lo ocurrido en noviembre pasado fue casual. Y dejó enseñanzas.
Por eso Mario Arano, su promotor, decidió cambios en el equipo y la llegada del ex campeón mundial, Juan Martín “Látigo” Coggi y del joven preparador físico, Matías Erbín, quienes “debutarán” hoy en la nueva estructura. “Debo ganar esta pelea contra Molina y ver qué viene, aunque yo quiero la revancha con García. Molina es un peleador fuerte, seguro que viene hacia adelante. En su victoria por nocaut ante Mickey Bey, vi a un peleador con mucha hambre. Pero confío en mi preparación”, dijo como siempre Lucas, sumiso y con bajo volumen más dispuesto a expresarse con los guantes puestos.
Matthysse-Molina se medirán a doce asaltos estando en juego el título WBC Continental América.
Por Ismael Tebes
Aunque para gran parte del público americano, ya Lucas Martín Matthysse dejó de ser un desconocido, a los fanáticos chubutenses le sigue sonando extraño el apodo “The Machine” con el que se promueve al natural de Trelew.
Con su habitual calma, sin vender humo y apelando al trabajo como principal argumento, Lucas volverá esta noche a mostrarse en rings americanos después de su primer revés en esas tierras.
Hoy peleará con el californiano John Molina en el StubHub Center de Carson compartiendo cartelera con el promocionado Keith Turman, campeón interino peso welter de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) quien enfrentará al ex monarca Julio Díaz. Matthysse-Molina, finalmente tendrá pantalla.
Se verá desde las 22,30 por los canales 612 y 1612 (HD) de DirecTV Sports. Ayer en el pesaje oficial, el primer trámite no arrojó novedades ya que el argentino rindió 63,503 kilógramos (140 libras) mientras que su rival acusó 63,160 (139) quedando ambos listos para la foto de rigor. Una ceremonia de película ya que se realizó en el salón Gold del Hotel Millenium Biltmore donde alguna vez se entregaron los premios Oscar.
Lo dice y lo piensa. Quiere volver a ser campeón del mundo. Y nadie duda que pueda recuperar un cinturón en la división en que se lo proponga. Dio superligero pero podría subir algunos kilos siguiéndole los pasos a Danny García, quien ya salteó una división quizás con fines tan “escapistas” como su estilo. Simplemente Lucas, ninguna máquina. Lo cierto es que Matthysse (34-3, con 32 antes del límite) dejará por esta vez las luces de los casinos de Las Vegas por los suburbios de Los Ángeles para toparse con Molina (27-3-0, 22) un pegador de raíces mexicanas y como él, hijo de un ex boxeador profesional.
Todavía aparece fresco el recuerdo de la última actuación de Matthysse en Estados Unidos, cuando después de un comienzo, anduvo por el suelo, sufrió y terminó con una lesión en el ojo que le hizo la pelea cuesta arriba. Nada de lo ocurrido en noviembre pasado fue casual. Y dejó enseñanzas.
Por eso Mario Arano, su promotor, decidió cambios en el equipo y la llegada del ex campeón mundial, Juan Martín “Látigo” Coggi y del joven preparador físico, Matías Erbín, quienes “debutarán” hoy en la nueva estructura. “Debo ganar esta pelea contra Molina y ver qué viene, aunque yo quiero la revancha con García. Molina es un peleador fuerte, seguro que viene hacia adelante. En su victoria por nocaut ante Mickey Bey, vi a un peleador con mucha hambre. Pero confío en mi preparación”, dijo como siempre Lucas, sumiso y con bajo volumen más dispuesto a expresarse con los guantes puestos.
Matthysse-Molina se medirán a doce asaltos estando en juego el título WBC Continental América.