Anímese a una reunión de mediación

Columna de opinión de la responsable de la Oficina de Mediación de Puerto Madryn.

10 MAY 2014 - 23:23 | Actualizado

Por Daniela Patricia Almirón(*)

Incluso en estos tiempos veloces como un cadillac sin frenos –canta Sabina- es válido detenerse, y preguntarse, si una inmensa cantidad de conflictos cotidianos sería utópico solucionarlos conversando con la ayuda de un tercero que colabore en entenderme con el otro que, a veces, ¡no quiero ni ver!

Coincidiremos, aguardo, que los conflictos son de los particulares en sus vínculos interpersonales y lesionan a la comunidad en su conjunto, en un efecto multiplicador. Luego la mejor solución pacífica de esos conflictos redunda, también, multiplicadamente en la paz social.

Los invito aquí a pensar en chiquito. Sin distraernos de todo lo que nos rodea y nos apabulla por los medios, los invito a pensar desde mí en el conflicto que me aflige –y posiblemente se repita en muchos otros- y a su vez pensar en una solución –y que también puede reproducirse- así, cada pequeña solución junto con otra y otra, hará una gran suma de soluciones.

Las personas y sobre todo en este momento, cuando un problema nos complica la vida, del tenor que sea, recurrimos al Estado para su solución, ya sea el Estado a través de operadores del Poder Judicial, o el Estado a través de operadores, funcionarios, oficinas administrativas, en los municipios por ejemplo.

La mediación es una forma de encontrarme con ese otro, sí, ¡ese que no quiero ver! Pero que lo necesito para la solución, y no me encontraré solo cara a cara con él, sino que habrá un tercero que se llama mediador quien será el puente para poder primero y esencialmente, escucharnos sin oscuridades. Luego de escucharnos y entender lo que me dicen, y que entiendan lo que digo, podremos comenzar a pensar la posibilidad de construir una solución conjunta, los dos, que nos satisfaga a ambos.

¿Qué es lo peor que puede pasar? Que en ese momento no contemos con las herramientas internas o emotivas para la solución. Tranquilo, ya dio el primer paso: intentar entenderse. Quizás en un tiempo estén preparados para la solución. Esta reunión entonces es: comunicacional, hablamos/escuchamos; confidencial, queda ahí lo que conversamos. Y es principalmente un libre ejercicio de la autonomía de la voluntad. La mediación tiene un efecto resiliente, esto significa que nos ayuda a superar situaciones difíciles y avanzar.

La mediación es un método de solución de conflictos. Para que con la ayuda de un tercero neutral e imparcial, quien colabora en que las personas que aceptaron esa forma de vincularse con el diálogo, puedan escucharse, comprenderse y luego acercarse a una solución construida por ellos mismos, de la manera que mejor les resulte en ese momento y en ese contexto. La mediación como proceso, paso a paso, ayuda a que las personas puedan expresar lo que desean, lo que sienten, y sus objetivos, y conocer que desea y siente el otro y cuáles son sus objetivos. Ese tercero neutral e imparcial en la mediación se llama mediador. El mediador es dueño del procedimiento, el participante es dueño de la solución.

Anímese, con el vecino, con su compañero de trabajo, con la mamá/papá de su hijos o con quien ahora no convive, anímese a usar su poder de tomar las riendas de su vida, no estará solo, ¡el mediador lo acompañará!.#

(*) Abogada- Mediadora. Responsable oficina de Mediación Puerto Madryn dependiente de la Dirección de Mediación del Sup. Trib. de Justicia.

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10 MAY 2014 - 23:23

Por Daniela Patricia Almirón(*)

Incluso en estos tiempos veloces como un cadillac sin frenos –canta Sabina- es válido detenerse, y preguntarse, si una inmensa cantidad de conflictos cotidianos sería utópico solucionarlos conversando con la ayuda de un tercero que colabore en entenderme con el otro que, a veces, ¡no quiero ni ver!

Coincidiremos, aguardo, que los conflictos son de los particulares en sus vínculos interpersonales y lesionan a la comunidad en su conjunto, en un efecto multiplicador. Luego la mejor solución pacífica de esos conflictos redunda, también, multiplicadamente en la paz social.

Los invito aquí a pensar en chiquito. Sin distraernos de todo lo que nos rodea y nos apabulla por los medios, los invito a pensar desde mí en el conflicto que me aflige –y posiblemente se repita en muchos otros- y a su vez pensar en una solución –y que también puede reproducirse- así, cada pequeña solución junto con otra y otra, hará una gran suma de soluciones.

Las personas y sobre todo en este momento, cuando un problema nos complica la vida, del tenor que sea, recurrimos al Estado para su solución, ya sea el Estado a través de operadores del Poder Judicial, o el Estado a través de operadores, funcionarios, oficinas administrativas, en los municipios por ejemplo.

La mediación es una forma de encontrarme con ese otro, sí, ¡ese que no quiero ver! Pero que lo necesito para la solución, y no me encontraré solo cara a cara con él, sino que habrá un tercero que se llama mediador quien será el puente para poder primero y esencialmente, escucharnos sin oscuridades. Luego de escucharnos y entender lo que me dicen, y que entiendan lo que digo, podremos comenzar a pensar la posibilidad de construir una solución conjunta, los dos, que nos satisfaga a ambos.

¿Qué es lo peor que puede pasar? Que en ese momento no contemos con las herramientas internas o emotivas para la solución. Tranquilo, ya dio el primer paso: intentar entenderse. Quizás en un tiempo estén preparados para la solución. Esta reunión entonces es: comunicacional, hablamos/escuchamos; confidencial, queda ahí lo que conversamos. Y es principalmente un libre ejercicio de la autonomía de la voluntad. La mediación tiene un efecto resiliente, esto significa que nos ayuda a superar situaciones difíciles y avanzar.

La mediación es un método de solución de conflictos. Para que con la ayuda de un tercero neutral e imparcial, quien colabora en que las personas que aceptaron esa forma de vincularse con el diálogo, puedan escucharse, comprenderse y luego acercarse a una solución construida por ellos mismos, de la manera que mejor les resulte en ese momento y en ese contexto. La mediación como proceso, paso a paso, ayuda a que las personas puedan expresar lo que desean, lo que sienten, y sus objetivos, y conocer que desea y siente el otro y cuáles son sus objetivos. Ese tercero neutral e imparcial en la mediación se llama mediador. El mediador es dueño del procedimiento, el participante es dueño de la solución.

Anímese, con el vecino, con su compañero de trabajo, con la mamá/papá de su hijos o con quien ahora no convive, anímese a usar su poder de tomar las riendas de su vida, no estará solo, ¡el mediador lo acompañará!.#

(*) Abogada- Mediadora. Responsable oficina de Mediación Puerto Madryn dependiente de la Dirección de Mediación del Sup. Trib. de Justicia.


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