Huracán de Trelew, el campeón de la superación en el Apertura valletano

El “Globo”, con un estilo conservador, se quedó con el 17º título de su historia tras vencer 1-0 a Moreno en las dos finales. Convirtió sus defectos en virtudes para llegar a la gloria. Guiñazú, el goleador en la tarde de la consagración

22 JUN 2014 - 21:29 | Actualizado

El fútbol no se cansa de demostrarque es la dinámica de lo impensado, tal como dijera el colega Dante Panzeri hace medio siglo. Se aplica en el Mundial de Brasil y también en la Liga del Valle.

Huracán de Trelew, con un presupuesto limitado y un plantel sin tanta riqueza individual (como Germinal, Racing y Gaiman), logró alzarse con el título número 17 de su historia en la final ante J.J. Moreno.

Sin embargo, el “Globo” apeló al pleno conocimiento de sus limitaciones para explotar sus virtudes. Sin un fútbol que destellara brillo, Huracán logró una indiscutible corona.

Estilo defensivo

Beneficiado sin querer al ser situado en la Zona 2, la de menor potencial en el Apertura, el elenco dirigido por Mario Noremberg logró la segunda colocación, sin mucho aire. Con un juego conservador, sufrió más de lo deseado ante conjuntos como Roca, Ever Ready o AFO para asegurarse la clasificación, algo logrado en la última fecha.

En la segunda fase, se ajustaron clavijas. Se perfeccionó el sistema defensivo, el factor clave en este título huracanense.

Eso fue evidente ante Racing en el Cayetano Castro, con una línea de cinco inquebrantable, que anuló los circuitos de juego de la “Academia”, a quien eliminó por penales.

Como Irán

Luego, en la final, especialmente, en la de vuelta, se apreció nuevamente esa línea de cinco defensores que J.J. Moreno pocas veces pudo quebrar con claridad.

Esto no sorprendió. El “Globo”, optó por conservar el 1-0 del viernes, con gol de Rodrigo Sandoval a los cinco minutos de partido.

La estrategia fue eficaz. Recién a falta de cuatro minutos para el final del partido, el “Naranja” tuvo en los pies de Humbero Rosas el empate en la serie.

De hecho, Alejandro Gallardo, solo debió intervenir para interceptar centros de un Moreno que decepcionó por la escasez de creatividad para romper el cerrojo del elenco de Trelew, semejante al que planteó Irán ante laSelección Argentina en el Mundial de Brasil.

Escasa claridad

Al margen de las virtudes y defectos de los equipos contendientes, se especuló con que la peculiar definición de la final en 48 horas, aprobada por los delegados de la Liga del Valle, causó efectos negativos y disminuyó el potencial de los finalistas. Pero no deja de ser una especulación.

Lo concretó es que J.J. Moreno jamás pudo doblegar a un férreo sistema defensivo, amparado por hombres como Diego Jara (volvió al club tras consagrarse campeón del Torneo del Interior con Boxing de Gallegos), y Milton Thomas y Miguel Gómez. Este último, tuvo una actuación consagratoria ante Racing, por las semifinales, anulando con una efectiva marca personal a Kevin Garay, el virtuoso enganche de la “Academia”.

Y ayer, Gómez tampoco decepcionó. Junto a Jara, Thomas, Facundo Perea y Diego Manrique, conformaron un sólido bloque que se erigió en una auténtica muralla.

A eso se suma la sobriedad de Gallardo y el disparo desviado de Rosas sobre el final del encuentro, quizás la única falla de toda la velada. Pero el disparo no tuvo precisión y el marcador global se mantuvo con la ventaja mínima del “Globo”.

Frutos en ataque

Sin embargo, para que un sistema defensivo rinda dividendos, es necesario concretar situaciones de gol en el arco contrario. No abundaron ayer. Lucas Contreras, el arquero de Moreno, no tuvo mucho trabajo.

La situación de real peligro apareció en el minuto 46 del complemento, cuando Hernán Guiñazú, definió con maestría un contragolpe surgido de los espacios que el “Naranja” dejaba en cancha propia, en la búsqueda del empate que nunca apareció.

Esa contundencia ofensiva de Guiñazú, se suma en ataque a los nombres de Jonathan Price (no jugó por lesión, se retiró lesionado en la semifinal ante Racing donde marcó el gol de Huracán), César Urtizberea, Rodrigo Sandoval y Emanuel Orieta. Sin ellos, y sin el aporte del resto del sacrificado plantel, el “Globo”, no habría podido dar la decimoséptima vuelta olímpica de la historia.

Quizás, sea una vuelta olímpica lograda con un estilo que podrá no agradar a la vista de varios espectadores. Pero es un triunfo del dominio de las propias limitaciones y de su conversión en virtudes para lograr la gloria. Salud, campeón.#

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22 JUN 2014 - 21:29

El fútbol no se cansa de demostrarque es la dinámica de lo impensado, tal como dijera el colega Dante Panzeri hace medio siglo. Se aplica en el Mundial de Brasil y también en la Liga del Valle.

Huracán de Trelew, con un presupuesto limitado y un plantel sin tanta riqueza individual (como Germinal, Racing y Gaiman), logró alzarse con el título número 17 de su historia en la final ante J.J. Moreno.

Sin embargo, el “Globo” apeló al pleno conocimiento de sus limitaciones para explotar sus virtudes. Sin un fútbol que destellara brillo, Huracán logró una indiscutible corona.

Estilo defensivo

Beneficiado sin querer al ser situado en la Zona 2, la de menor potencial en el Apertura, el elenco dirigido por Mario Noremberg logró la segunda colocación, sin mucho aire. Con un juego conservador, sufrió más de lo deseado ante conjuntos como Roca, Ever Ready o AFO para asegurarse la clasificación, algo logrado en la última fecha.

En la segunda fase, se ajustaron clavijas. Se perfeccionó el sistema defensivo, el factor clave en este título huracanense.

Eso fue evidente ante Racing en el Cayetano Castro, con una línea de cinco inquebrantable, que anuló los circuitos de juego de la “Academia”, a quien eliminó por penales.

Como Irán

Luego, en la final, especialmente, en la de vuelta, se apreció nuevamente esa línea de cinco defensores que J.J. Moreno pocas veces pudo quebrar con claridad.

Esto no sorprendió. El “Globo”, optó por conservar el 1-0 del viernes, con gol de Rodrigo Sandoval a los cinco minutos de partido.

La estrategia fue eficaz. Recién a falta de cuatro minutos para el final del partido, el “Naranja” tuvo en los pies de Humbero Rosas el empate en la serie.

De hecho, Alejandro Gallardo, solo debió intervenir para interceptar centros de un Moreno que decepcionó por la escasez de creatividad para romper el cerrojo del elenco de Trelew, semejante al que planteó Irán ante laSelección Argentina en el Mundial de Brasil.

Escasa claridad

Al margen de las virtudes y defectos de los equipos contendientes, se especuló con que la peculiar definición de la final en 48 horas, aprobada por los delegados de la Liga del Valle, causó efectos negativos y disminuyó el potencial de los finalistas. Pero no deja de ser una especulación.

Lo concretó es que J.J. Moreno jamás pudo doblegar a un férreo sistema defensivo, amparado por hombres como Diego Jara (volvió al club tras consagrarse campeón del Torneo del Interior con Boxing de Gallegos), y Milton Thomas y Miguel Gómez. Este último, tuvo una actuación consagratoria ante Racing, por las semifinales, anulando con una efectiva marca personal a Kevin Garay, el virtuoso enganche de la “Academia”.

Y ayer, Gómez tampoco decepcionó. Junto a Jara, Thomas, Facundo Perea y Diego Manrique, conformaron un sólido bloque que se erigió en una auténtica muralla.

A eso se suma la sobriedad de Gallardo y el disparo desviado de Rosas sobre el final del encuentro, quizás la única falla de toda la velada. Pero el disparo no tuvo precisión y el marcador global se mantuvo con la ventaja mínima del “Globo”.

Frutos en ataque

Sin embargo, para que un sistema defensivo rinda dividendos, es necesario concretar situaciones de gol en el arco contrario. No abundaron ayer. Lucas Contreras, el arquero de Moreno, no tuvo mucho trabajo.

La situación de real peligro apareció en el minuto 46 del complemento, cuando Hernán Guiñazú, definió con maestría un contragolpe surgido de los espacios que el “Naranja” dejaba en cancha propia, en la búsqueda del empate que nunca apareció.

Esa contundencia ofensiva de Guiñazú, se suma en ataque a los nombres de Jonathan Price (no jugó por lesión, se retiró lesionado en la semifinal ante Racing donde marcó el gol de Huracán), César Urtizberea, Rodrigo Sandoval y Emanuel Orieta. Sin ellos, y sin el aporte del resto del sacrificado plantel, el “Globo”, no habría podido dar la decimoséptima vuelta olímpica de la historia.

Quizás, sea una vuelta olímpica lograda con un estilo que podrá no agradar a la vista de varios espectadores. Pero es un triunfo del dominio de las propias limitaciones y de su conversión en virtudes para lograr la gloria. Salud, campeón.#


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