Mensaje a la vida: Vanesa y un festejo especial con su hija y su nieta

Es la mamá de Jenny, la adolescente que fue salvajemente golpeada en Trelew por un exnovio boxeador, cuando estaba embarazada. “Escuchen a sus hijos”, recomienda la madre que luchó por su hija y ahora por su nieta.

18 OCT 2014 - 21:53 | Actualizado

Por Lorena Leeming

El caso conmovió al país. La brutalidad de un joven boxeador, preso de la ira porque su novia embarazada había abierto una cuenta de Facebook le propinó una tremenda golpiza que la desfiguró y la dejó al borde de la muerte. Vanesa García, mamá de Jenniffer (la chica víctima), recuerda ese suceso como la peor de las pesadillas. Pero hoy a 8 meses, agradece la vida. Su hija y su nieta Mía están saludables, sanas. Y ella, se convirtió en un referente para las madres de adolescentes vulnerables por la violencia en el noviazgo. “Hubo un antes y un después. Hoy tengo excelente comunicación con mi hija. Antes no. Hay que escucharlos. Tomarse un tiempo”, recomendó.

Vanesa y Jenny recibieron en su casa a Jornada. El Día de la Madre es una buena excusa para ahondar en la importancia de la relación que debe existir entre los adolescentes y su entorno. La joven, en ese momento con 16 años, estuvo 8 días internada recibiendo transfusiones de sangre por el daño que una piña certera en su nariz, le había provocado a una arteria cerebral (la etmoidal). Su madre no se movió de su lado. Entre la desesperación y la impotencia trataba de descifrar cómo se había desencadenado ese lamentable final. Su hija le había mentido varias veces sobre los golpes que había recibido e incluso, ese mismo día había argumentado una caída en lugar de confesar que su exnovio la había molido a golpes.

Jenny fue derivada a Buenos Aires. Su vida y la de su bebé (estaba de 6 meses) corrían serio riesgo. Pero la pericia y habilidad de los médicos en la metrópoli lograron estabilizarla y mediante una intervención quirúrgica cortaron el constante sangrado de su nariz. “Ese día, el 7 de marzo, mi hija volvió a nacer. Siempre le digo que debería cambiar su fecha de cumpleaños”, repite Vanesa cada vez que recuerda esa situación.

Los médicos dejaron en stand by la necesidad de realizar una vez que pasen unos meses, una cirugía reconstructiva de nariz. Pero aparentemente, el daño fue subsanado y Jenny no tendría que volver a operarse. Tendría que ir a Buenos Aires solo para cumplir con los controles de rigor. “Gracias a Dios Jennifer está bárbara. Anímica y físicamente. Está superando poco a poco todo el drama”.

El ser mamá tampoco le fue fácil a la joven. Cuenta Vanesa que sufrió mucho en el parto. “La bebé no nacía y ya se escuchaba muy leve el latido. Fue un parto forzado. Pero después de eso, la nena nació sana. Ella, fue recuperándose de a poco”.

Define Vanesa que con lo que le sucedió a Jenny, hubo un antes y un después en la vida de ambas. Alega que “de todo lo malo siempre surge algo bueno”. Admitió que en instancias en que mantenía la relación con el exnovio, no era confidente con ella. Y ahora, eso cambió. Pueden hablar de todo. “Nos fortalecimos”.

Admite que el estar mucho tiempo trabajando habría sido una causa para el distanciamiento que en esa etapa tuvo con su hija. “Estábamos más alejadas tal vez por mi trabajo también. Se fue perdiendo el diálogo y la confianza de ella. Pero este tiempo que estuvimos juntas, que la pasamos muy mal, todo se revirtió. Las 24 horas estuve internada con ella. En Buenos Aires no usé el hotel, estuve a su lado. Además, no quería ella que me vaya”. Calificó los 8 días en que estuvo internada como “de agonía”. Revela que es el peor sentimiento que una madre puede tener. Desesperación, angustia, impotencia y miedo. Mucho miedo.

Las víctimas de la violencia suelen ser reincidentes en la relación. Asegura Vanea que en un primer momento, tuvo dudas de que no volviera nunca más Jennifer con su exnovio. Pero hoy, ese fantasma desapareció. La joven está convencida que jamás lo hará. “Ella está convencida. No va a volver. Lo dijo desde un principio. Yo lo dudaba. En las relaciones violentas por lo general vuelven con el agresor porque muestran arrepentimiento. Pero ella, gracias a Dios está firme en su decisión”, sostuvo. Jenny es hoy una referente de chicas que están pasando por el mismo infierno que la envolvió a ella. Fue ese, el impacto positivo que tuvo la exposición pública de su caso. A través de las redes sociales, se comunican con ella y les cuentan su experiencia. “El caso de ella sirvió para muchas chicas. La tomaron como referente para no dejarse maltratar. Muchos lo pasan por alto lo verbal pero en lo psicológico afecta mucho. En lo físico ni hablar”, relató.“Otras chicas la contactan y ella les brinda confianza”.

18 OCT 2014 - 21:53

Por Lorena Leeming

El caso conmovió al país. La brutalidad de un joven boxeador, preso de la ira porque su novia embarazada había abierto una cuenta de Facebook le propinó una tremenda golpiza que la desfiguró y la dejó al borde de la muerte. Vanesa García, mamá de Jenniffer (la chica víctima), recuerda ese suceso como la peor de las pesadillas. Pero hoy a 8 meses, agradece la vida. Su hija y su nieta Mía están saludables, sanas. Y ella, se convirtió en un referente para las madres de adolescentes vulnerables por la violencia en el noviazgo. “Hubo un antes y un después. Hoy tengo excelente comunicación con mi hija. Antes no. Hay que escucharlos. Tomarse un tiempo”, recomendó.

Vanesa y Jenny recibieron en su casa a Jornada. El Día de la Madre es una buena excusa para ahondar en la importancia de la relación que debe existir entre los adolescentes y su entorno. La joven, en ese momento con 16 años, estuvo 8 días internada recibiendo transfusiones de sangre por el daño que una piña certera en su nariz, le había provocado a una arteria cerebral (la etmoidal). Su madre no se movió de su lado. Entre la desesperación y la impotencia trataba de descifrar cómo se había desencadenado ese lamentable final. Su hija le había mentido varias veces sobre los golpes que había recibido e incluso, ese mismo día había argumentado una caída en lugar de confesar que su exnovio la había molido a golpes.

Jenny fue derivada a Buenos Aires. Su vida y la de su bebé (estaba de 6 meses) corrían serio riesgo. Pero la pericia y habilidad de los médicos en la metrópoli lograron estabilizarla y mediante una intervención quirúrgica cortaron el constante sangrado de su nariz. “Ese día, el 7 de marzo, mi hija volvió a nacer. Siempre le digo que debería cambiar su fecha de cumpleaños”, repite Vanesa cada vez que recuerda esa situación.

Los médicos dejaron en stand by la necesidad de realizar una vez que pasen unos meses, una cirugía reconstructiva de nariz. Pero aparentemente, el daño fue subsanado y Jenny no tendría que volver a operarse. Tendría que ir a Buenos Aires solo para cumplir con los controles de rigor. “Gracias a Dios Jennifer está bárbara. Anímica y físicamente. Está superando poco a poco todo el drama”.

El ser mamá tampoco le fue fácil a la joven. Cuenta Vanesa que sufrió mucho en el parto. “La bebé no nacía y ya se escuchaba muy leve el latido. Fue un parto forzado. Pero después de eso, la nena nació sana. Ella, fue recuperándose de a poco”.

Define Vanesa que con lo que le sucedió a Jenny, hubo un antes y un después en la vida de ambas. Alega que “de todo lo malo siempre surge algo bueno”. Admitió que en instancias en que mantenía la relación con el exnovio, no era confidente con ella. Y ahora, eso cambió. Pueden hablar de todo. “Nos fortalecimos”.

Admite que el estar mucho tiempo trabajando habría sido una causa para el distanciamiento que en esa etapa tuvo con su hija. “Estábamos más alejadas tal vez por mi trabajo también. Se fue perdiendo el diálogo y la confianza de ella. Pero este tiempo que estuvimos juntas, que la pasamos muy mal, todo se revirtió. Las 24 horas estuve internada con ella. En Buenos Aires no usé el hotel, estuve a su lado. Además, no quería ella que me vaya”. Calificó los 8 días en que estuvo internada como “de agonía”. Revela que es el peor sentimiento que una madre puede tener. Desesperación, angustia, impotencia y miedo. Mucho miedo.

Las víctimas de la violencia suelen ser reincidentes en la relación. Asegura Vanea que en un primer momento, tuvo dudas de que no volviera nunca más Jennifer con su exnovio. Pero hoy, ese fantasma desapareció. La joven está convencida que jamás lo hará. “Ella está convencida. No va a volver. Lo dijo desde un principio. Yo lo dudaba. En las relaciones violentas por lo general vuelven con el agresor porque muestran arrepentimiento. Pero ella, gracias a Dios está firme en su decisión”, sostuvo. Jenny es hoy una referente de chicas que están pasando por el mismo infierno que la envolvió a ella. Fue ese, el impacto positivo que tuvo la exposición pública de su caso. A través de las redes sociales, se comunican con ella y les cuentan su experiencia. “El caso de ella sirvió para muchas chicas. La tomaron como referente para no dejarse maltratar. Muchos lo pasan por alto lo verbal pero en lo psicológico afecta mucho. En lo físico ni hablar”, relató.“Otras chicas la contactan y ella les brinda confianza”.


NOTICIAS RELACIONADAS