La violencia y el alcohol preocupan en Rawson

Datos del Servicio de Protección de Derechos de la Municipalidad capitalina.

28 OCT 2014 - 22:03 | Actualizado

Más de la mitad de los casos que atiende el Servicio de Protección de Derechos de la Municipalidad de Rawson en los barrios de la capital es por violencia doméstica. El dato surge de un relevamiento que esa área realizó en enero y que se confirmó durante todo el año, según la titular del Servicio, Marta Da Silva.

-¿De qué se habla con la “violencia doméstica”?

-La primera es del hombre a la mujer. Pero si es una familia hay violencia hacia los hijos, que observan ese cuadro. También entre adolescentes o de los padres a los chicos.

De las causas de esa violencia, el primer factor es la adicción al alcohol. “En realidad la gente no lo observa como algo dañino pero sin embargo los resultados son bastantes nefastos”, graficó Da Silva. “A su vez, la adicción se debe a padecer otras situaciones como el abuso sexual y el maltrato familiar y social”, agregó.

-En estos términos, ¿qué barrios de Rawson son los más críticos?

-Hay algunos que visualizamos con una carga especial, porque se extendieron mucho, están aislados, no tienen urbanización y no hay al alcance cosas que necesita la población. Uno con esas características es el Área 23 o el 3 de Abril, pero no significa que sea diferente lo que encontramos ahí de otro lugar, como el 2 de Abril, 490 Viviendas, Gregorio Mayo, San Pablo; cada uno tiene una carga especial pero por ejemplo, el Río Chubut también tiene problemas pero está más cerca del centro, más urbanizado y la estación de colectivos cerca.

Según el análisis de Da Silva, en una zona como el 3 de Abril “no estás en Playa ni en Rawson, el colectivo pasa cada media hora y se llena; recién ahora se trata de construir una plaza, un playón y hay una cantidad importante de chicos”.

Se edifican nuevos barrios permanentemente y crece la cifra de chicos y de problemas. “Muchas casas se entregan sin medianera; son datos previos, una manera de observar un barrio socialmente y si vas a encontrar problemas”. La visualización urbana es clave. Por ejemplo, la forestación: “Si estás en medio de un lugar desértico sopla viento, masticás tierra, esa persona se irrita y se termina peleando con el vecino; esto que parece tonto existe y está”.

-¿A qué edad se empieza con el alcohol?

-Son edades muy chicas. Hicimos hace algunos años un relevamiento con el SEDRONAR y era una edad de 13 años el varón y 15 la chica. Hoy desde el Centro de Día ven chicos de 10 años. Hay gente que usufructúa a estos chicos porque les vende, hay alguien que sale ganando y locales donde los chicos no deberían estar y están. Venden alcohol cuando no deberían, clandestinos. Por otro lado, el andamiaje de las instituciones de control. Fallamos un poco en eso aunque últimamente es interesante la campaña para veranos saludables, con padres, la Dirección de Protección, el Servicio, Policía de Playa Unión y la junta vecinal. Se detectan chicos en riesgo y lo positivo es que los chicos aceptan bien a la gente y esto marca algo: el chico necesita que lo cuiden y sabe cuando alguien lo cuida y cuando alguien lo abandona.

Según Da Silva, “hay que tener una actitud de control”. La directora graficó que “antiguamente en la casa se servía vino con soda y los padres enseñaban a los hijos; esto hoy no se puede hacer porque hay tanta presión desde afuera que no se puede controlar sólo desde la familia. Tenés un mensaje cotidiano donde la bebida del encuentro no es el mate sino otra bebida, que se vende mucho más barata que una botella de gaseosa y con promociones. Esto influye en los cambios en los chicos.”

La sociedad ofrece pocas alternativas. “Si el único divertimento son los boliches y no hay chances, por ejemplo, de actividades culturales, ¿qué me saca de todas estas cosa? Es lo que pongo en mi cabeza y meto en mi sensibilidad. El estudio, el conocimiento, el arte, todo eso me permite visualizar una vida distinta, pero si lo único que me ofrecen es esto o lo tengo pero no lo puedo usar”.

-¿Es verdad que hay chicos que ganan plata por vender droga?

-Sí, eso lo sabemos pero no es sólo acá. No hay que asustarse. Las sustancias llegan a los chicos de una manera, no son gratis, hay que pagarlas y muchos adquieren un trabajo con esto y se les paga por hacerlo. En todos los lugares donde hay sustancias dando vueltas hay uno que la consume y otro que la vende. Es así acá y en la China.

-¿Qué puede decir del abuso sexual?

-Es un tema muy complicado porque tiene que ver con la masculinidad. No sólo es la pedofilia sino situaciones con adolescentes, como el caso de Playa Unión. Se da hasta intrafamiliarmente cuando una mujer es abusada por su marido. No se toma como algo que sucede. Cuando una persona dice que es abusada debió hacer un esfuerzo tan grande para poder decirlo y hay que creerle, porque el abusador carga las tintas sobre la víctima. Y para superar el daño hay que castigar al culpable y sólo hay de un 1 a 2 por ciento de castigo. Hay que trabajar mucho sobre la justicia y la detección.#

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28 OCT 2014 - 22:03

Más de la mitad de los casos que atiende el Servicio de Protección de Derechos de la Municipalidad de Rawson en los barrios de la capital es por violencia doméstica. El dato surge de un relevamiento que esa área realizó en enero y que se confirmó durante todo el año, según la titular del Servicio, Marta Da Silva.

-¿De qué se habla con la “violencia doméstica”?

-La primera es del hombre a la mujer. Pero si es una familia hay violencia hacia los hijos, que observan ese cuadro. También entre adolescentes o de los padres a los chicos.

De las causas de esa violencia, el primer factor es la adicción al alcohol. “En realidad la gente no lo observa como algo dañino pero sin embargo los resultados son bastantes nefastos”, graficó Da Silva. “A su vez, la adicción se debe a padecer otras situaciones como el abuso sexual y el maltrato familiar y social”, agregó.

-En estos términos, ¿qué barrios de Rawson son los más críticos?

-Hay algunos que visualizamos con una carga especial, porque se extendieron mucho, están aislados, no tienen urbanización y no hay al alcance cosas que necesita la población. Uno con esas características es el Área 23 o el 3 de Abril, pero no significa que sea diferente lo que encontramos ahí de otro lugar, como el 2 de Abril, 490 Viviendas, Gregorio Mayo, San Pablo; cada uno tiene una carga especial pero por ejemplo, el Río Chubut también tiene problemas pero está más cerca del centro, más urbanizado y la estación de colectivos cerca.

Según el análisis de Da Silva, en una zona como el 3 de Abril “no estás en Playa ni en Rawson, el colectivo pasa cada media hora y se llena; recién ahora se trata de construir una plaza, un playón y hay una cantidad importante de chicos”.

Se edifican nuevos barrios permanentemente y crece la cifra de chicos y de problemas. “Muchas casas se entregan sin medianera; son datos previos, una manera de observar un barrio socialmente y si vas a encontrar problemas”. La visualización urbana es clave. Por ejemplo, la forestación: “Si estás en medio de un lugar desértico sopla viento, masticás tierra, esa persona se irrita y se termina peleando con el vecino; esto que parece tonto existe y está”.

-¿A qué edad se empieza con el alcohol?

-Son edades muy chicas. Hicimos hace algunos años un relevamiento con el SEDRONAR y era una edad de 13 años el varón y 15 la chica. Hoy desde el Centro de Día ven chicos de 10 años. Hay gente que usufructúa a estos chicos porque les vende, hay alguien que sale ganando y locales donde los chicos no deberían estar y están. Venden alcohol cuando no deberían, clandestinos. Por otro lado, el andamiaje de las instituciones de control. Fallamos un poco en eso aunque últimamente es interesante la campaña para veranos saludables, con padres, la Dirección de Protección, el Servicio, Policía de Playa Unión y la junta vecinal. Se detectan chicos en riesgo y lo positivo es que los chicos aceptan bien a la gente y esto marca algo: el chico necesita que lo cuiden y sabe cuando alguien lo cuida y cuando alguien lo abandona.

Según Da Silva, “hay que tener una actitud de control”. La directora graficó que “antiguamente en la casa se servía vino con soda y los padres enseñaban a los hijos; esto hoy no se puede hacer porque hay tanta presión desde afuera que no se puede controlar sólo desde la familia. Tenés un mensaje cotidiano donde la bebida del encuentro no es el mate sino otra bebida, que se vende mucho más barata que una botella de gaseosa y con promociones. Esto influye en los cambios en los chicos.”

La sociedad ofrece pocas alternativas. “Si el único divertimento son los boliches y no hay chances, por ejemplo, de actividades culturales, ¿qué me saca de todas estas cosa? Es lo que pongo en mi cabeza y meto en mi sensibilidad. El estudio, el conocimiento, el arte, todo eso me permite visualizar una vida distinta, pero si lo único que me ofrecen es esto o lo tengo pero no lo puedo usar”.

-¿Es verdad que hay chicos que ganan plata por vender droga?

-Sí, eso lo sabemos pero no es sólo acá. No hay que asustarse. Las sustancias llegan a los chicos de una manera, no son gratis, hay que pagarlas y muchos adquieren un trabajo con esto y se les paga por hacerlo. En todos los lugares donde hay sustancias dando vueltas hay uno que la consume y otro que la vende. Es así acá y en la China.

-¿Qué puede decir del abuso sexual?

-Es un tema muy complicado porque tiene que ver con la masculinidad. No sólo es la pedofilia sino situaciones con adolescentes, como el caso de Playa Unión. Se da hasta intrafamiliarmente cuando una mujer es abusada por su marido. No se toma como algo que sucede. Cuando una persona dice que es abusada debió hacer un esfuerzo tan grande para poder decirlo y hay que creerle, porque el abusador carga las tintas sobre la víctima. Y para superar el daño hay que castigar al culpable y sólo hay de un 1 a 2 por ciento de castigo. Hay que trabajar mucho sobre la justicia y la detección.#


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