Un equipo de investigadores analizó las características de un cráneo del animal descubierto en Uruguay en 2007 y, mediante simulaciones de computadora, estableció en 1.400 Newton la fuerza de su mordida.
Los resultados del análisis, que publica la revista "Journal of Anatomy", sugieren que seguramente el roedor utilizaba esos dientes de 30 centímetros no solo para comer, sino también para desenterrar alimentos o defenderse, al igual que los elefantes.
Los modelos confirman que el animal tenía el tamaño de un búfalo y pesaba en torno a una tonelada, consignó la agencia EFE.
Según el estudio difundido hoy, aunque la fuerza del mordisco del animal era equivalente a la de un tigre, sus largos incisivos podían soportar presiones tres veces más grandes.
En la época en que vivió en Suramérica, hace entre dos y cuatro millones de años, proliferaban los mamíferos de gran tamaño, como los primeros mamuts.
Para analizar cómo funcionaba su mandíbula los científicos hicieron un escáner del cráneo incompleto encontrado en Uruguay y lo reconstruyeron informáticamente. Después midieron la fuerza de la mandíbula con un programa que evalúa las presiones y estiramientos en objetos complejos.
Un equipo de investigadores analizó las características de un cráneo del animal descubierto en Uruguay en 2007 y, mediante simulaciones de computadora, estableció en 1.400 Newton la fuerza de su mordida.
Los resultados del análisis, que publica la revista "Journal of Anatomy", sugieren que seguramente el roedor utilizaba esos dientes de 30 centímetros no solo para comer, sino también para desenterrar alimentos o defenderse, al igual que los elefantes.
Los modelos confirman que el animal tenía el tamaño de un búfalo y pesaba en torno a una tonelada, consignó la agencia EFE.
Según el estudio difundido hoy, aunque la fuerza del mordisco del animal era equivalente a la de un tigre, sus largos incisivos podían soportar presiones tres veces más grandes.
En la época en que vivió en Suramérica, hace entre dos y cuatro millones de años, proliferaban los mamíferos de gran tamaño, como los primeros mamuts.
Para analizar cómo funcionaba su mandíbula los científicos hicieron un escáner del cráneo incompleto encontrado en Uruguay y lo reconstruyeron informáticamente. Después midieron la fuerza de la mandíbula con un programa que evalúa las presiones y estiramientos en objetos complejos.