Espías: hoy, alegatos finales del juicio a Godoy y Rótolo

La Fiscalía explicará cómo los ex jefes de la Armada ordenaron la inteligencia ilegal desde la Base Zar de Trelew. Pedirán la pena máxima contra ambos marinos retirados.

05 MAR 2015 - 22:12 | Actualizado

Hoy a las 9 en los tribunales de Comodoro Py en Capital Federal se escucharán los alegatos finales en el juicio contra los exjefes de la Armada Argentina, Jorge Godoy y Benito Rótolo, por presuntamente haber ordenado y consentido el espionaje ilegal ejecutado desde la Base Almirante Zar sobre periodistas, políticos y dirigentes sociales.

Por la acusación hablarán el fiscal federal de Rawson, Fernando Gélvez, y el representante del Centro de Estudios Legales y Sociales, Rodrigo Borda. Lo más probable es que pidan dos años de prisión condicional, que suele ser el máximo para este tipo de delitos.

La idea es que hoy mismo, para poder completar el proceso, hagan lo suyo los defensores de los marinos retirados. Luego del último alegato, el juez Sebastián Casanello tendrá cinco días para su veredicto. Antes, Godoy y Rótolo podrán decir sus últimas palabras, si lo desean. En el juicio hasta ahora nunca declararon, sólo en la investigación del juez Hugo Sastre, en 2008, y luego ante Daniel Rafecas. Hubo testigos que alabaron a los imputados por hacer cursos en la Armada de Derechos Humanos. “Claro que fueron luego de la denuncia”, aclaró Gélvez.

El primer juicio en Rawson condenó a 13 marinos y absolvió a uno. A la excúpula de esa fuerza se la acusó de “conductas comisivas y omisivas”. O sea, ordenaron a sus subalternos la inteligencia interna ilegal desde Trelew y, teniendo el poder para evitar esas prácticas ilícitas, decidieron no impedirlas. Esas tareas violaban la Ley de Inteligencia de la Nación, la de Defensa y la de Seguridad Interior. “Como funcionarios públicos todas las atribuciones de hacer cesar esas prácticas que venían llevándose a cabo antes de que Godoy llegara a la Jefatura del Estado Mayor y Rótolo a la subjefatura”, acotó el fiscal. Se les imputa abuso de autoridad e incumplimiento de deberes de funcionario público.

Según Gélvez, “se demostró que si bien gran cantidad de documentación fue secuestrada en la base Zar, del Comando de Operaciones Navales la FAE 3, en la Sección Inteligencia, también se secuestró documentación vinculada en Puerto Belgrano, la principal central de inteligencia de la Armada dependiente del Comando”. Esa información en forma de mensajes la pedía la Dirección de Inteligencia Naval a Trelew y a otras centrales secundarias. “Esto está probado porque la documentación así lo demuestra y además por testimonios de expertos en Inteligencia y testigos que vieron el manejo de esa información”. Como los excabos Carlos Alegre y Luis Sánchez: “Recibían ese material, los pegaban en carpetas, y vieron, porque trabajaron en mesa de entradas, ese flujo de inteligencia prohibida”.

“Evidentemente no es un caso aislado o que sólo una Sección realizó esas tareas prohibidas sino que lo hizo toda la estructura del Servicio de Inteligencia Naval. No se puede decir que la Base Zar se manejó autónomamente”, agregó el fiscal.

Rótolo era el jefe de todos los servicios de inteligencia. “Evidentemente no pueden alegar desconocimiento ni autonomía porque el Reglamento Orgánico Naval establece esa cuestión funcional y de jerarquía y subordinación; en una organización militar verticalista las órdenes van de la cúpula hacia abajo y se cumplen”. Según Gélvez, “hay una disciplina que en ningún caso se quebró, por lo tanto había una responsabilidad y una relación directa”.

Recordó que en Rawson fue condenado Pablo Rossi, exdirector de Inteligencia Naval. Y por otro lado, la central principal de Inteligencia dependía del Comando, que a su vez dependía de Godoy. “La información llegó siempre a los comandantes y no hicieron nada, no dieron ninguna directiva ni verbal ni escrita, todo lo contrario; en la Armada no se hace nada si no hay una orden. Nadie se cortó solo”.

Gélvez también recordó los dichos del exjefe de la Base, Horacio Giaquinta: “Dijo que recibían requerimientos de otros lugares de la Armada, no sólo de Inteligencia”. Los pedidos incluían reportes semanales de, por ejemplo, los actos por el 22 de agosto o el 24 de marzo. “La inteligencia interna fue a nivel país. En otras secciones no hubo secuestros porque prolijamente no quedó nada y los allanamientos se hicieron luego del de Trelew, donde la sorpresa hizo que se pueda encontrar toda la prueba. No hay otro misterio más que ése”.#

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05 MAR 2015 - 22:12

Hoy a las 9 en los tribunales de Comodoro Py en Capital Federal se escucharán los alegatos finales en el juicio contra los exjefes de la Armada Argentina, Jorge Godoy y Benito Rótolo, por presuntamente haber ordenado y consentido el espionaje ilegal ejecutado desde la Base Almirante Zar sobre periodistas, políticos y dirigentes sociales.

Por la acusación hablarán el fiscal federal de Rawson, Fernando Gélvez, y el representante del Centro de Estudios Legales y Sociales, Rodrigo Borda. Lo más probable es que pidan dos años de prisión condicional, que suele ser el máximo para este tipo de delitos.

La idea es que hoy mismo, para poder completar el proceso, hagan lo suyo los defensores de los marinos retirados. Luego del último alegato, el juez Sebastián Casanello tendrá cinco días para su veredicto. Antes, Godoy y Rótolo podrán decir sus últimas palabras, si lo desean. En el juicio hasta ahora nunca declararon, sólo en la investigación del juez Hugo Sastre, en 2008, y luego ante Daniel Rafecas. Hubo testigos que alabaron a los imputados por hacer cursos en la Armada de Derechos Humanos. “Claro que fueron luego de la denuncia”, aclaró Gélvez.

El primer juicio en Rawson condenó a 13 marinos y absolvió a uno. A la excúpula de esa fuerza se la acusó de “conductas comisivas y omisivas”. O sea, ordenaron a sus subalternos la inteligencia interna ilegal desde Trelew y, teniendo el poder para evitar esas prácticas ilícitas, decidieron no impedirlas. Esas tareas violaban la Ley de Inteligencia de la Nación, la de Defensa y la de Seguridad Interior. “Como funcionarios públicos todas las atribuciones de hacer cesar esas prácticas que venían llevándose a cabo antes de que Godoy llegara a la Jefatura del Estado Mayor y Rótolo a la subjefatura”, acotó el fiscal. Se les imputa abuso de autoridad e incumplimiento de deberes de funcionario público.

Según Gélvez, “se demostró que si bien gran cantidad de documentación fue secuestrada en la base Zar, del Comando de Operaciones Navales la FAE 3, en la Sección Inteligencia, también se secuestró documentación vinculada en Puerto Belgrano, la principal central de inteligencia de la Armada dependiente del Comando”. Esa información en forma de mensajes la pedía la Dirección de Inteligencia Naval a Trelew y a otras centrales secundarias. “Esto está probado porque la documentación así lo demuestra y además por testimonios de expertos en Inteligencia y testigos que vieron el manejo de esa información”. Como los excabos Carlos Alegre y Luis Sánchez: “Recibían ese material, los pegaban en carpetas, y vieron, porque trabajaron en mesa de entradas, ese flujo de inteligencia prohibida”.

“Evidentemente no es un caso aislado o que sólo una Sección realizó esas tareas prohibidas sino que lo hizo toda la estructura del Servicio de Inteligencia Naval. No se puede decir que la Base Zar se manejó autónomamente”, agregó el fiscal.

Rótolo era el jefe de todos los servicios de inteligencia. “Evidentemente no pueden alegar desconocimiento ni autonomía porque el Reglamento Orgánico Naval establece esa cuestión funcional y de jerarquía y subordinación; en una organización militar verticalista las órdenes van de la cúpula hacia abajo y se cumplen”. Según Gélvez, “hay una disciplina que en ningún caso se quebró, por lo tanto había una responsabilidad y una relación directa”.

Recordó que en Rawson fue condenado Pablo Rossi, exdirector de Inteligencia Naval. Y por otro lado, la central principal de Inteligencia dependía del Comando, que a su vez dependía de Godoy. “La información llegó siempre a los comandantes y no hicieron nada, no dieron ninguna directiva ni verbal ni escrita, todo lo contrario; en la Armada no se hace nada si no hay una orden. Nadie se cortó solo”.

Gélvez también recordó los dichos del exjefe de la Base, Horacio Giaquinta: “Dijo que recibían requerimientos de otros lugares de la Armada, no sólo de Inteligencia”. Los pedidos incluían reportes semanales de, por ejemplo, los actos por el 22 de agosto o el 24 de marzo. “La inteligencia interna fue a nivel país. En otras secciones no hubo secuestros porque prolijamente no quedó nada y los allanamientos se hicieron luego del de Trelew, donde la sorpresa hizo que se pueda encontrar toda la prueba. No hay otro misterio más que ése”.#


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