La mucama dijo que Ángeles no ingresó a su departamento

La empleada doméstica del departamento donde vivía Ángeles Rawson aseguró hoy en el juicio oral por el crimen de la adolescente que la víctima no llegó a ingresar a su casa el 10 de junio del 2013, día en que fue asesinada.

11 MAR 2015 - 13:22 | Actualizado

"Ese día no entró absolutamente nadie", afirmó Dominga Trinidad Torres (52) en su declaración ante el Tribunal Oral en lo Criminal 9 porteño, a cargo del juicio que se le sigue al portero Jorge Mangeri por el homicidio de Ángeles.

La importancia del testimonio de Torres es que a partir de sus dichos, la Justicia dio por acreditado en la instrucción que a las 9.50 -como quedó grabada en una cámara de seguridad de la cuadra-, Ángeles llegó al edificio en el que vivía pero nunca entró a su departamento, donde la mucama estaba trabajando.

La acusación da por sentado que Mangeri interceptó a Ángeles en el hall central y con un engaño la llevó hasta algún otro sitio del edificio donde intentó violarla y la asesinó.

En el comienzo de su declaración que se extendió por el plazo de una hora, Dominga realizó un breve relato sobre sus actividades en la casa de Ángeles, donde dijo que trabajaba tres veces por semana de 9 a 15 y que le pagaban 35 pesos por hora, más los viáticos.

Según su relato, ese día llegó a las 8.45 a Ravignani 2360 y se fue a las 12.45 para ir a trabajar a otra casa de familia en Cabildo y Larralde. En esas cuatro horas, realizó tareas en la cocina y recordó que Axel, el hijo de Sergio Opatowski, estaba en su habitación porque no había ido al colegio ya que estaba enfermo.

La mujer le contó a los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas que los lunes Ángeles solía regresar de gimnasia entre las 9 y las 9.30, cosa que no hizo ese día.

Además, afirmó que habitualmente la adolescente "se daba un baño, desayunaba, preparaba la comida de sus gatitos y se preparaba para ir al colegio".

Respecto a Mangeri, la mujer dijo que habitualmente lo veía cuando llegaba a trabajar, pero que ese lunes no lo vio y que la puerta de calle del edificio estaba cerrada.

A preguntas del fiscal Sandro Abraldes, Torres dijo que tenía una "relación distante con Mangeri" y que no tenía "ningún concepto de él".

Además, explicó que si bien el departamento de la Planta Baja A de Ángeles se solían escuchar los ruidos del hall de entrada, aquella mañana no escuchó "absolutamente nada".

En medio de su testimonio, Dominga se quebró cuando el abogado querellante Pablo Lanusse le preguntó cómo era Ángeles: "Era una chica muy buena, muy amorosa, muy sencilla. Era una compañera en la casa, muy buena chica", dijo entre lágrimas.

También recordó que cerca de las 22 de ese lunes 10 de junio recibió un llamado de la mamá de Ángeles, María Elena "Jimena" Arduriz, para preguntarle si sabía algo de Ángeles.

"A la noche me llamaron para contarme esta desgracia. Me llamó Jimena para ver si sabía algo de 'Mumi' y le dije que (a la mañana) no había llegado. El martes me llamaron para contarme lo sucedido", declaró.

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11 MAR 2015 - 13:22

"Ese día no entró absolutamente nadie", afirmó Dominga Trinidad Torres (52) en su declaración ante el Tribunal Oral en lo Criminal 9 porteño, a cargo del juicio que se le sigue al portero Jorge Mangeri por el homicidio de Ángeles.

La importancia del testimonio de Torres es que a partir de sus dichos, la Justicia dio por acreditado en la instrucción que a las 9.50 -como quedó grabada en una cámara de seguridad de la cuadra-, Ángeles llegó al edificio en el que vivía pero nunca entró a su departamento, donde la mucama estaba trabajando.

La acusación da por sentado que Mangeri interceptó a Ángeles en el hall central y con un engaño la llevó hasta algún otro sitio del edificio donde intentó violarla y la asesinó.

En el comienzo de su declaración que se extendió por el plazo de una hora, Dominga realizó un breve relato sobre sus actividades en la casa de Ángeles, donde dijo que trabajaba tres veces por semana de 9 a 15 y que le pagaban 35 pesos por hora, más los viáticos.

Según su relato, ese día llegó a las 8.45 a Ravignani 2360 y se fue a las 12.45 para ir a trabajar a otra casa de familia en Cabildo y Larralde. En esas cuatro horas, realizó tareas en la cocina y recordó que Axel, el hijo de Sergio Opatowski, estaba en su habitación porque no había ido al colegio ya que estaba enfermo.

La mujer le contó a los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas que los lunes Ángeles solía regresar de gimnasia entre las 9 y las 9.30, cosa que no hizo ese día.

Además, afirmó que habitualmente la adolescente "se daba un baño, desayunaba, preparaba la comida de sus gatitos y se preparaba para ir al colegio".

Respecto a Mangeri, la mujer dijo que habitualmente lo veía cuando llegaba a trabajar, pero que ese lunes no lo vio y que la puerta de calle del edificio estaba cerrada.

A preguntas del fiscal Sandro Abraldes, Torres dijo que tenía una "relación distante con Mangeri" y que no tenía "ningún concepto de él".

Además, explicó que si bien el departamento de la Planta Baja A de Ángeles se solían escuchar los ruidos del hall de entrada, aquella mañana no escuchó "absolutamente nada".

En medio de su testimonio, Dominga se quebró cuando el abogado querellante Pablo Lanusse le preguntó cómo era Ángeles: "Era una chica muy buena, muy amorosa, muy sencilla. Era una compañera en la casa, muy buena chica", dijo entre lágrimas.

También recordó que cerca de las 22 de ese lunes 10 de junio recibió un llamado de la mamá de Ángeles, María Elena "Jimena" Arduriz, para preguntarle si sabía algo de Ángeles.

"A la noche me llamaron para contarme esta desgracia. Me llamó Jimena para ver si sabía algo de 'Mumi' y le dije que (a la mañana) no había llegado. El martes me llamaron para contarme lo sucedido", declaró.


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