Pirámides: hallaron los restos de un cazador tehuelche y de su bebé de un año

Estaban en una caja metálica enterrada en la playa. Tendrían más de 100 años.

21 ABR 2015 - 22:35 | Actualizado

Ayer por la mañana se produjo un asombroso hallazgo en las costas de Puerto Pirámides. Una docente encontró una caja metálica semienterrada en la arena. Dentro encontró huesos que presumía humanos. Intervino Policía en una comitiva encabezada por el comisario inspector José de la Cruz Castillo quien ordenó a Criminalística que examinaran los restos.

Cerca de las 14, la reconocida arqueóloga Julieta Gómez Otero pudo determinar que se trataba de restos humanos, cuya antigüedad data de más de 100 años. La conclusión preliminar es que se trata de huesos de un tehuelche cazador recolector y de un niño, también “Aonikenk”.

Presumen que el hombre ancestral murió en sus tiempos de estadía de verano, lejos de los refugios cordilleranos, en momentos que las tribus se trasladaban a la costa. También encontraron los restos de un niño que sería su hijo. Los restos del pequeño eran pocos a diferencia de los huesos del tehuelche grande. La caja oxidada, mide unos 20 por 30 centímetros.

Había restos de mandíbulas, cráneo, esternón, falanges de dedos grandes, costillas, pelvis, vértebra restos de una enorme columna vertebral. Todos corresponderían al cuerpo de mayor tamaño.

Además, según los primeros datos fueron encontradas costillas, partes del húmero, radio y cúbito dorsal de un bebé de menos de un año, según trascendió.

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21 ABR 2015 - 22:35

Ayer por la mañana se produjo un asombroso hallazgo en las costas de Puerto Pirámides. Una docente encontró una caja metálica semienterrada en la arena. Dentro encontró huesos que presumía humanos. Intervino Policía en una comitiva encabezada por el comisario inspector José de la Cruz Castillo quien ordenó a Criminalística que examinaran los restos.

Cerca de las 14, la reconocida arqueóloga Julieta Gómez Otero pudo determinar que se trataba de restos humanos, cuya antigüedad data de más de 100 años. La conclusión preliminar es que se trata de huesos de un tehuelche cazador recolector y de un niño, también “Aonikenk”.

Presumen que el hombre ancestral murió en sus tiempos de estadía de verano, lejos de los refugios cordilleranos, en momentos que las tribus se trasladaban a la costa. También encontraron los restos de un niño que sería su hijo. Los restos del pequeño eran pocos a diferencia de los huesos del tehuelche grande. La caja oxidada, mide unos 20 por 30 centímetros.

Había restos de mandíbulas, cráneo, esternón, falanges de dedos grandes, costillas, pelvis, vértebra restos de una enorme columna vertebral. Todos corresponderían al cuerpo de mayor tamaño.

Además, según los primeros datos fueron encontradas costillas, partes del húmero, radio y cúbito dorsal de un bebé de menos de un año, según trascendió.


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