La CAI ganó y Madryn cayó de visitante

Cuando la necesidad aprieta a veces hay que obviar algunos detalles. A la CAI le salió bien la pulseada con un rival directo para quedarse en el Federal A porque ganó, pescó con fortuna y nunca miró atrás, ni buscó razones.

El viento dijo presente ayer en el estadio Municipal. La CAI hizo su partido y derrotó a Tiro Federal de Rosario.
16 AGO 2015 - 22:18 | Actualizado

Tiro, el rival rosarino con el que no se veía las caras desde los tiempos de la B Nacional sufrió la peor de las caras que puede mostrar la Patagonia rebelde. El temporal quiso llevarse todo, nunca amainó y castigó por igual a los jugadores y el público. Imposible todo. El viento volvió a hacer de las suyas en una tarde imposible. Tiro Federal que lo tuvo en contra el primer tiempo, lo sufrió casi impiadosamente. La pelota, caprichosa, nunca salio de su campo por acción del clima sureño que rodeó a los de barrio Ludueña, encerrados en su territorio y acosado -como debe ser- por el local que lo atacó desde el minuto cero y le pateó hasta de las posiciones más impensadas. Los primeros minutos fueron un tormento para Tiro acosado por cada pelota endiablada y salidas que le devolvían la bocha como un boomerang. No se podía adivinar el curso ni la trayectoria del balón. El arquero Alejandro Dianda tuvo trabajo extra y riesgo en cada acción, inclusive con las que parecían no llevar peligro. El uno estuvo en jaque entre los corners y los despejes de sus defensores y porque la CAI no respetó su desconcierto. De arranque el chileno Núñez tuvo un cabezazo servido tras un corner de Reynoso y después se dio una maniobra que sólo puede observarse en Patagonia. Intentó sacar largo Dianda, la pelota dibujó una parábola y volvió potenciada a las manos del uno generando una falta técnica. Sí, un tiro libre indirecto a cinco metros de la línea que generó un alboroto, metiendo a los veintidós en el área chica. El 0-0 siempre pendió de un hilo. Y tanto sopló Eolo que el gol llegó. A los 18’ probó Gaitán desde veinte metros, Dianda fue abajo dando rebote y Rodrigo Linares aprovechó las manos inseguras para tocarla a la red, marcando el primero en su vuelta al club.

En el medio, Tiro tuvo las suyas con Fondacaro y con el viento pegándole en la cara, como principal impedimento. El partido no admitia claridad y el futbol parecía estar en otro lado. La CAI perdió puntería y terminó enroscado en la misma confusión. Apenas se insinuó con un zurdazo de Leguiza que con esfuerzo, sacó el arquero al corner. El clima marcó influencia, y negativa, en el desarrollo. Poco se pudo hacer, se jugó al error y con ese panorama, ninguno pudo romper el equilibrio. El viento siguió siendo el dueño, casi un jugador más. En el complemento, un par de intervenciones de Reynoso y Gaitán sirvieron para clarificar. Y en ese respiro, al menos el trámite amagó cambiar. Tarnavasso aprovechó un mal cierre de Reynoso para rematar cruzado, exigiendo a Ronco. Enseguida, CAI se acomodó para definirlo: Gaitán encaró el área a puro amague, alargó para Linares quien arrastró marcas y piernas para que Jesús Molina facture en el espacio liberado. Penal en movimiento y 2-0 que hizo olvidar las ráfagas de más de 120 kms. por hora que cortaron la cancha como un cuchillo. La necesidad estaba. Y la actitud también. La casi obligacion de ganarle a un rival que también quiere quedarse y de poder recuperar la confianza en casa.El viento lo ayudó hasta ahi aunque el equipo de Tula cumplió con su parte. Para Tiro, Comodoro y su clima, representarán el peor de los recuerdos, ascenso y descenso aéreo incluído.

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El viento dijo presente ayer en el estadio Municipal. La CAI hizo su partido y derrotó a Tiro Federal de Rosario.
16 AGO 2015 - 22:18

Tiro, el rival rosarino con el que no se veía las caras desde los tiempos de la B Nacional sufrió la peor de las caras que puede mostrar la Patagonia rebelde. El temporal quiso llevarse todo, nunca amainó y castigó por igual a los jugadores y el público. Imposible todo. El viento volvió a hacer de las suyas en una tarde imposible. Tiro Federal que lo tuvo en contra el primer tiempo, lo sufrió casi impiadosamente. La pelota, caprichosa, nunca salio de su campo por acción del clima sureño que rodeó a los de barrio Ludueña, encerrados en su territorio y acosado -como debe ser- por el local que lo atacó desde el minuto cero y le pateó hasta de las posiciones más impensadas. Los primeros minutos fueron un tormento para Tiro acosado por cada pelota endiablada y salidas que le devolvían la bocha como un boomerang. No se podía adivinar el curso ni la trayectoria del balón. El arquero Alejandro Dianda tuvo trabajo extra y riesgo en cada acción, inclusive con las que parecían no llevar peligro. El uno estuvo en jaque entre los corners y los despejes de sus defensores y porque la CAI no respetó su desconcierto. De arranque el chileno Núñez tuvo un cabezazo servido tras un corner de Reynoso y después se dio una maniobra que sólo puede observarse en Patagonia. Intentó sacar largo Dianda, la pelota dibujó una parábola y volvió potenciada a las manos del uno generando una falta técnica. Sí, un tiro libre indirecto a cinco metros de la línea que generó un alboroto, metiendo a los veintidós en el área chica. El 0-0 siempre pendió de un hilo. Y tanto sopló Eolo que el gol llegó. A los 18’ probó Gaitán desde veinte metros, Dianda fue abajo dando rebote y Rodrigo Linares aprovechó las manos inseguras para tocarla a la red, marcando el primero en su vuelta al club.

En el medio, Tiro tuvo las suyas con Fondacaro y con el viento pegándole en la cara, como principal impedimento. El partido no admitia claridad y el futbol parecía estar en otro lado. La CAI perdió puntería y terminó enroscado en la misma confusión. Apenas se insinuó con un zurdazo de Leguiza que con esfuerzo, sacó el arquero al corner. El clima marcó influencia, y negativa, en el desarrollo. Poco se pudo hacer, se jugó al error y con ese panorama, ninguno pudo romper el equilibrio. El viento siguió siendo el dueño, casi un jugador más. En el complemento, un par de intervenciones de Reynoso y Gaitán sirvieron para clarificar. Y en ese respiro, al menos el trámite amagó cambiar. Tarnavasso aprovechó un mal cierre de Reynoso para rematar cruzado, exigiendo a Ronco. Enseguida, CAI se acomodó para definirlo: Gaitán encaró el área a puro amague, alargó para Linares quien arrastró marcas y piernas para que Jesús Molina facture en el espacio liberado. Penal en movimiento y 2-0 que hizo olvidar las ráfagas de más de 120 kms. por hora que cortaron la cancha como un cuchillo. La necesidad estaba. Y la actitud también. La casi obligacion de ganarle a un rival que también quiere quedarse y de poder recuperar la confianza en casa.El viento lo ayudó hasta ahi aunque el equipo de Tula cumplió con su parte. Para Tiro, Comodoro y su clima, representarán el peor de los recuerdos, ascenso y descenso aéreo incluído.


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