Marcelo Isasi, una década reconstruyendo dinosaurios

Es desde 2006 uno de los diez técnicos que se dedican al armado de esqueletos de dinosaurios en Argentina, tarea que lo ha llevado a recorrer gran parte del territorio nacional y países limítrofes.

07 OCT 2015 - 13:46 | Actualizado

Isasi, de 42 años, comenzó a estudiar la licenciatura en Biología en la Universidad Nacional de La Plata, mientras trabajaba en el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" (MACN), asistiendo y colaborando con la tarea de los paleontólogos.

Además realizó la Carrera del Personal de Apoyo (CPA) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de la que forman parte profesionales, técnicos o artesanos con aptitudes para las tareas específicas de apoyo directo a los programas de investigación.

Isasi ya participó en más de cuarenta campañas, que pueden durar diez días o varios meses.

Al respecto, señaló que "son situaciones duras de aislamiento, pero también divertidas, adonde están todos los condimentos de las relaciones humanas sumadas a lo extenuante de subir montañas, montar caballos o acampar en la nieve".

Particularmente recordó una campaña de la que participó en la Antártida, "que fue la más difícil por las características hostiles del lugar por la nieve, el viento y lugares de difícil acceso"; y otra en el Amazonas boliviano a la que recuerda como "muy áspera, pasamos doce días durmiendo a la intemperie en la selva, picados por mosquitos de todos los tamaños y colores y cerca de cocodrilos y yaguaretés".

El científico explicó que "una vez que se descubren los huesos en campaña se hace el 'bochón' que cubre de yeso los huesos encontrados para protegerlos y trasladarlos de forma segura, y se envía el material al taller".

"Esa es la parte más linda, descubrir que se trata de huesos de hace millones de años, o descubrir las situaciones por las que pasó ese fósil", subrayó.

Ya con los huesos libres de roca, el investigador estudia cada uno de ellos y si amerita, se completan las partes faltantes para realizar una reconstrucción del esqueleto.

Luego se efectúa la moldería de cada hueso, con las cuales se obtienen copias en yeso, resina o poliuretano, y se montan en una estructura metálica que sirve de soporte, y se termina con el pintado de las piezas para simular el color original del fósil.

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07 OCT 2015 - 13:46

Isasi, de 42 años, comenzó a estudiar la licenciatura en Biología en la Universidad Nacional de La Plata, mientras trabajaba en el Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia" (MACN), asistiendo y colaborando con la tarea de los paleontólogos.

Además realizó la Carrera del Personal de Apoyo (CPA) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), de la que forman parte profesionales, técnicos o artesanos con aptitudes para las tareas específicas de apoyo directo a los programas de investigación.

Isasi ya participó en más de cuarenta campañas, que pueden durar diez días o varios meses.

Al respecto, señaló que "son situaciones duras de aislamiento, pero también divertidas, adonde están todos los condimentos de las relaciones humanas sumadas a lo extenuante de subir montañas, montar caballos o acampar en la nieve".

Particularmente recordó una campaña de la que participó en la Antártida, "que fue la más difícil por las características hostiles del lugar por la nieve, el viento y lugares de difícil acceso"; y otra en el Amazonas boliviano a la que recuerda como "muy áspera, pasamos doce días durmiendo a la intemperie en la selva, picados por mosquitos de todos los tamaños y colores y cerca de cocodrilos y yaguaretés".

El científico explicó que "una vez que se descubren los huesos en campaña se hace el 'bochón' que cubre de yeso los huesos encontrados para protegerlos y trasladarlos de forma segura, y se envía el material al taller".

"Esa es la parte más linda, descubrir que se trata de huesos de hace millones de años, o descubrir las situaciones por las que pasó ese fósil", subrayó.

Ya con los huesos libres de roca, el investigador estudia cada uno de ellos y si amerita, se completan las partes faltantes para realizar una reconstrucción del esqueleto.

Luego se efectúa la moldería de cada hueso, con las cuales se obtienen copias en yeso, resina o poliuretano, y se montan en una estructura metálica que sirve de soporte, y se termina con el pintado de las piezas para simular el color original del fósil.


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