Un Dakar pasado por agua donde sorprenden Benavides y Peugeot

Tan condicionado en su primera semana por la lluvia que hasta obligó a suspender una etapa, la prueba llegó a la mitad de la competencia en Salta con sólo un 10 % de abandonos (57), el predominio en autos de la novata escudería y la grata sorpresa del salteño en motos.

10 ENE 2016 - 13:39 | Actualizado

La ausencia de Chile en el recorrido de este año, y con ello la falta del desierto, hicieron atípica la edición actual, de primeras etapas disputadas sobre trazados más afines al Campeonato de Rally que a esta carrera nacida en África hace casi 40 años.

La lluvia fue una constante, obligó de entrada a cancelar la primera etapa entre Rosario y Carlos Paz, y después a hacer modificaciones de especiales en los dos tramos siguientes.

Desde que el Dakar llegó a Sudamérica, fue la tercera vez que se suspende una etapa: la primera ocurrió en 2009, entre Copiapó y Fiambalá a raíz de una densa niebla, y en 2012 ese mismo trayecto pero a la inversa fue cancelado debido a las bajas temperaturas y heladas en el cruce de frontera con Chile.

El sábado, la crecida de un río imposibilitó que la mayoría de los pilotos pudieran largar la segunda parte de la especial, que se corría íntegramente en territorio argentino.

“Tenemos el fenómeno El Niño y eso nos ha complicado bastante, más de lo usual en esta época, pero vamos buscando siempre la manera”, le dijo a Télam el ex piloto Marc Coma, flamante director deportivo de la competencia.

Para la mayoría de los pilotos, el Dakar 2016 comenzó a asomarse recién en las últimas dos etapas disputadas en Bolivia, donde la arena se hizo más presente y la navegación comenzó a asomarse, aunque todos también coinciden en que lo más difícil está por venir.

En ese sentido, el campeón y ganador de la séptima etapa, Carlos Sainz (Peugeot), afirmó tras la victoria que “hay que ser muy prudentes porque quedan dos días muy complicados”.

Es que a partir de mañana lunes llegarán las etapas argentinas más tramposas y traicioneras, como las de Fiambalá y las de Belén, que oficiarán de filtro para lo que queda hasta el sábado 16 de enero, cuando el rally termine en Rosario, previo paso por San Juan y Córdoba.

En la primera partes la dificultad comenzó a notarse con el cruce a Bolivia y prueba de ello fue que el mayor número de abandonos se dio durante los tres días de carrera disputados allí: 15 en la 5º etapa entre Jujuy y Uyuni; 12 en la siguiente Uyuni-Uyuni y 7 en la que unió Uyuni con Salta.

De esas bajas, algunas fueron por caídas que terminaron en quebraduras como las del chileno Ignacio Casale, el portugués Ruben Faria (Husqvarna) y el austriaco Matthias Walkner (KTM).

En el aspecto deportivo la primera semana dejó buenas nuevas para los argentinos con el salteño Kevin Benavides (Honda), primer piloto de nuestro país en la historia del Dakar en ganar en motos.

Benavides, con 27 años recién cumplidos y debutante en este Dakar, regresó a su tierra con una victoria, dos segundos puestos y un cuarto lugar en la clasificación general.

Las comparaciones son odiosas pero no se puede dejar de mencionar al español Joan Barreda, experimentado piloto oficial Honda y siempre candidato al podio, quien sólo ganó el prólogo de 11 kilómetros en la salida desde Buenos Aires y luego cosechó apenas un cuarto puesto, para terminar abandonando en Bolivia.

A Barreda no le faltan condiciones pero el Dakar es mucho más que subir a una moto y acelerar, Benavides piloto internacional de enduro, entendió que la calma y la estrategia son claves en el Dakar, y con lo hecho hasta ahora le alcanzó para meterse en la historia.

A otro argentino, Federico “Coyote” Villagra, también le sobran títulos y muñeca y si algo le faltaba era demostrar su talento arriba de un camión, algo que dejó para este Dakar, el tercero en su historial.

A bordo de un Iveco del equipo de Gerard De Rooy, y junto a Jorge Pérez Companc y Andrés Memi, el cordobés cosechó tres terceros puestos, llegó a encabezar la clasificación general -en la que ahora está sexto- y hasta recibió la visita del equipo Kamaz, interesado en el “debutante” que da que hablar a la categoría de los más pesados.

En cuatriciclos, el regreso de los hermanos Patronelli no pasó desapercibido y al concluir la primera semana la general tiene como líder a Alejandro y como escolta a Marcos.

Emiliano Spataro, quien está corriendo su quinto Dakar, es el mejor argentino en la general de autos con un décimo puesto, ratificando que la dupla que conforma con Benjamín Lozada y el trabajo del equipo sobre la

Duster es cada vez más sólido y productivo.

La primera semana también dejó en evidencia la caída de los MINI del X-Raid ante el imbatible Peugeot, equipo que ganó todas las etapas de la mano de sus tres de sus campeones: el debutante Loeb, su compatriota francés Stephane Peterhansel y el español Sainz.

“La clave de esto no es otra cosa que el trabajo y nosotros hemos trabajado mucho todo el año”, le dijo a Télam el director del equipo francés, Bruno Famin.

Loeb, múltiple campeón mundial de Rally, ganó tres etapas, obtuvo un tercer puesto, un cuarto lugar y una segunda posición, lo que demostró que su talento innato aunque Famin asegura que más allá de su talento “Seb es un gran estudioso y trabajador”.

Además de dos podios consecutivos de etapa, el equipo francés ocupa los tres primeros lugares de la general con Loeb, Peterhansel y Sainz.

En cambio, es poco lo que pudo hacer MINI frente a Peugeot y el honor lo salvó en esta primera semana el qatarí Nasser Al Attiyah, cuyo mejor resultado fue un tercer lugar en la etapa disputada el sábado.

El campeón del Dakar pasado se mantuvo optimista hasta Jujuy pero tras la primera etapa boliviana admitió que “es poco lo que se puede hacer” frente a la potencia de los Peugeot aunque advierte que los autos franceses “pueden fallar” porque falta mucho aún.

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10 ENE 2016 - 13:39

La ausencia de Chile en el recorrido de este año, y con ello la falta del desierto, hicieron atípica la edición actual, de primeras etapas disputadas sobre trazados más afines al Campeonato de Rally que a esta carrera nacida en África hace casi 40 años.

La lluvia fue una constante, obligó de entrada a cancelar la primera etapa entre Rosario y Carlos Paz, y después a hacer modificaciones de especiales en los dos tramos siguientes.

Desde que el Dakar llegó a Sudamérica, fue la tercera vez que se suspende una etapa: la primera ocurrió en 2009, entre Copiapó y Fiambalá a raíz de una densa niebla, y en 2012 ese mismo trayecto pero a la inversa fue cancelado debido a las bajas temperaturas y heladas en el cruce de frontera con Chile.

El sábado, la crecida de un río imposibilitó que la mayoría de los pilotos pudieran largar la segunda parte de la especial, que se corría íntegramente en territorio argentino.

“Tenemos el fenómeno El Niño y eso nos ha complicado bastante, más de lo usual en esta época, pero vamos buscando siempre la manera”, le dijo a Télam el ex piloto Marc Coma, flamante director deportivo de la competencia.

Para la mayoría de los pilotos, el Dakar 2016 comenzó a asomarse recién en las últimas dos etapas disputadas en Bolivia, donde la arena se hizo más presente y la navegación comenzó a asomarse, aunque todos también coinciden en que lo más difícil está por venir.

En ese sentido, el campeón y ganador de la séptima etapa, Carlos Sainz (Peugeot), afirmó tras la victoria que “hay que ser muy prudentes porque quedan dos días muy complicados”.

Es que a partir de mañana lunes llegarán las etapas argentinas más tramposas y traicioneras, como las de Fiambalá y las de Belén, que oficiarán de filtro para lo que queda hasta el sábado 16 de enero, cuando el rally termine en Rosario, previo paso por San Juan y Córdoba.

En la primera partes la dificultad comenzó a notarse con el cruce a Bolivia y prueba de ello fue que el mayor número de abandonos se dio durante los tres días de carrera disputados allí: 15 en la 5º etapa entre Jujuy y Uyuni; 12 en la siguiente Uyuni-Uyuni y 7 en la que unió Uyuni con Salta.

De esas bajas, algunas fueron por caídas que terminaron en quebraduras como las del chileno Ignacio Casale, el portugués Ruben Faria (Husqvarna) y el austriaco Matthias Walkner (KTM).

En el aspecto deportivo la primera semana dejó buenas nuevas para los argentinos con el salteño Kevin Benavides (Honda), primer piloto de nuestro país en la historia del Dakar en ganar en motos.

Benavides, con 27 años recién cumplidos y debutante en este Dakar, regresó a su tierra con una victoria, dos segundos puestos y un cuarto lugar en la clasificación general.

Las comparaciones son odiosas pero no se puede dejar de mencionar al español Joan Barreda, experimentado piloto oficial Honda y siempre candidato al podio, quien sólo ganó el prólogo de 11 kilómetros en la salida desde Buenos Aires y luego cosechó apenas un cuarto puesto, para terminar abandonando en Bolivia.

A Barreda no le faltan condiciones pero el Dakar es mucho más que subir a una moto y acelerar, Benavides piloto internacional de enduro, entendió que la calma y la estrategia son claves en el Dakar, y con lo hecho hasta ahora le alcanzó para meterse en la historia.

A otro argentino, Federico “Coyote” Villagra, también le sobran títulos y muñeca y si algo le faltaba era demostrar su talento arriba de un camión, algo que dejó para este Dakar, el tercero en su historial.

A bordo de un Iveco del equipo de Gerard De Rooy, y junto a Jorge Pérez Companc y Andrés Memi, el cordobés cosechó tres terceros puestos, llegó a encabezar la clasificación general -en la que ahora está sexto- y hasta recibió la visita del equipo Kamaz, interesado en el “debutante” que da que hablar a la categoría de los más pesados.

En cuatriciclos, el regreso de los hermanos Patronelli no pasó desapercibido y al concluir la primera semana la general tiene como líder a Alejandro y como escolta a Marcos.

Emiliano Spataro, quien está corriendo su quinto Dakar, es el mejor argentino en la general de autos con un décimo puesto, ratificando que la dupla que conforma con Benjamín Lozada y el trabajo del equipo sobre la

Duster es cada vez más sólido y productivo.

La primera semana también dejó en evidencia la caída de los MINI del X-Raid ante el imbatible Peugeot, equipo que ganó todas las etapas de la mano de sus tres de sus campeones: el debutante Loeb, su compatriota francés Stephane Peterhansel y el español Sainz.

“La clave de esto no es otra cosa que el trabajo y nosotros hemos trabajado mucho todo el año”, le dijo a Télam el director del equipo francés, Bruno Famin.

Loeb, múltiple campeón mundial de Rally, ganó tres etapas, obtuvo un tercer puesto, un cuarto lugar y una segunda posición, lo que demostró que su talento innato aunque Famin asegura que más allá de su talento “Seb es un gran estudioso y trabajador”.

Además de dos podios consecutivos de etapa, el equipo francés ocupa los tres primeros lugares de la general con Loeb, Peterhansel y Sainz.

En cambio, es poco lo que pudo hacer MINI frente a Peugeot y el honor lo salvó en esta primera semana el qatarí Nasser Al Attiyah, cuyo mejor resultado fue un tercer lugar en la etapa disputada el sábado.

El campeón del Dakar pasado se mantuvo optimista hasta Jujuy pero tras la primera etapa boliviana admitió que “es poco lo que se puede hacer” frente a la potencia de los Peugeot aunque advierte que los autos franceses “pueden fallar” porque falta mucho aún.


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