OMS decretó el fin de la epidemia de Ébola en África

La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró hoy el fin del brote de ébola que se prolongó durante dos años en África occidental y provocó 11.300 muertos, aunque advirtió que hay riesgos de que surjan "pequeños brotes adicionales" en los próximos meses, por lo que especialistas argentinos llamaron a "no bajar los brazos" y a "medir el júbilo".

14 ENE 2016 - 16:33 | Actualizado

"Todas las cadenas de transmisión (del virus) conocidas fueron detenidas en África occidental", afirmó el director de Gestión de Emergencia y Respuesta Humanitaria de la organización, Rick Brennan, según reprodujo la agencia EFE.

Por primera vez desde que se detectó el primer caso de esta epidemia, en diciembre de 2013, todas las cadenas de contagio quedaron interrumpidas en los tres países afectados por la epidemia: Liberia, Guinea-Conakri y Sierra Leona.

El anuncio se realizó al cumplirse los 42 días desde que la última persona infectada en Liberia dio negativo en dos ocasiones consecutivas al test que revela la presencia del virus en la sangre, lo que permitió declarar a este país libre de ébola.

"Éste es un día importante porque se declaró el fin de la epidemia al cumplirse lo que reglamentariamente está estipulado, 42 días sin un nuevo caso", expresó en diálogo con Télam Carolina Nanclares, médica argentina de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) que trabajó como coordinadora en las zonas afectadas de África occidental.

Guinea-Conakri había sido declarada libre de ébola el pasado 29 de diciembre y Sierra Leona, el 7 de noviembre.

"Para mí es una gran alegría, esperábamos que llegue este día, pero esperamos también que este fin no sea el fin de las acciones que se vienen realizando", enfatizó Nanclares, aunque hizo un llamado a "no bajar los brazos y que estos dos años sirvan para aprender; que el mundo esté mejor preparado y que las acciones siempre sean teniendo en cuenta al paciente y sus necesidades y no cuestiones políticas o económicas".

La médica explicó que el hecho de estar libres de ébola "no quiere decir que el virus haya dejado de existir: sigue en la naturaleza y siempre tenemos el potencial de una nueva epidemia".

"Sabemos que el virus tiende a quedarse en el cuerpo, en algunos órganos como protegidos de la respuesta inmunitaria, y en casos muy raros el virus puede reactivarse, por eso hay que seguir con los esfuerzos de vigilancia epidemiológica y de detección rápida de casos", afirmó.

Además, sostuvo que las consecuencias continúan desde el punto de vista de lo que son los sistemas de salud de estos países, muy frágiles, muy pobres, y que "con el ébola colapsaron completamente porque se focalizó en los dos años en esta epidemia, dejando todo el resto de lado".

"Ahora tienen que reconstruir sus sistemas de salud y necesitan el apoyo de la comunidad internacional", enfatizó.

Asimismo, hay "una población muy grande de supervivientes que están con secuelas, problemas oculares, auditivos, articulares, psicológicos y además está el tema social de estigmatización que crea dificultad para reinsertarse en la sociedad, tanto los supervivientes como los trabajadores de la salud involucrados".

En el mismo sentido, el sacerdote argentino Jorge Crisafulli, quien vive en África desde hace 20 años y el trabajo de su misión está focalizado en la prevención y distribución de material sanitario, los programas de alimentación y, especialmente, la atención a niños y niñas que quedaron huérfanos debido al ébola, remarcó que "se ha ganado una batalla pero no la guerra".

En diálogo con Télam, Crisafulli señaló que "el júbilo tiene que ser medido", y que es mejor "sentir optimismo, pero con mucho realismo porque el ébola es un enemigo invisible y latente que puede atacar en cualquier momento y en cualquier lugar".

El sacerdote coincidió con Nanclares al afirmar que entre las "varias causas" que generaron la epidemia se conjugaron "pobreza, falta de higiene, infraestructura sanitaria precaria, falta de personal médico y sanitario, entre otras".

Crisafulli destacó la labor de "los doctores, las enfermeras locales, y los voluntarios internacionales de organizaciones como Médicos sin Fronteras y Doctores para África", a quienes ha calificado como "verdaderos héroes".

"El trabajo más delicado ha sido el de la rehabilitación de los niños huérfanos por el ébola", consideró, y mencionó por ejemplo la labor de "contactar las familias extendidas y estudiar las posibilidades de reunificación, para recibir a los niños y niñas con necesidades especiales debido a las circunstancias traumáticas que tuvieron que vivir".

Como tareas pendientes, indicó que se ha "pasado la etapa de la crisis y las intervenciones de emergencia", y ahora se debe "pensar en la recuperación económica, social y moral" de los países africanos.

La epidemia infectó a más de 28.000 personas, de las que 11.300 fallecieron, y provocó un grave impacto económico y social en los países afectados.

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14 ENE 2016 - 16:33

"Todas las cadenas de transmisión (del virus) conocidas fueron detenidas en África occidental", afirmó el director de Gestión de Emergencia y Respuesta Humanitaria de la organización, Rick Brennan, según reprodujo la agencia EFE.

Por primera vez desde que se detectó el primer caso de esta epidemia, en diciembre de 2013, todas las cadenas de contagio quedaron interrumpidas en los tres países afectados por la epidemia: Liberia, Guinea-Conakri y Sierra Leona.

El anuncio se realizó al cumplirse los 42 días desde que la última persona infectada en Liberia dio negativo en dos ocasiones consecutivas al test que revela la presencia del virus en la sangre, lo que permitió declarar a este país libre de ébola.

"Éste es un día importante porque se declaró el fin de la epidemia al cumplirse lo que reglamentariamente está estipulado, 42 días sin un nuevo caso", expresó en diálogo con Télam Carolina Nanclares, médica argentina de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) que trabajó como coordinadora en las zonas afectadas de África occidental.

Guinea-Conakri había sido declarada libre de ébola el pasado 29 de diciembre y Sierra Leona, el 7 de noviembre.

"Para mí es una gran alegría, esperábamos que llegue este día, pero esperamos también que este fin no sea el fin de las acciones que se vienen realizando", enfatizó Nanclares, aunque hizo un llamado a "no bajar los brazos y que estos dos años sirvan para aprender; que el mundo esté mejor preparado y que las acciones siempre sean teniendo en cuenta al paciente y sus necesidades y no cuestiones políticas o económicas".

La médica explicó que el hecho de estar libres de ébola "no quiere decir que el virus haya dejado de existir: sigue en la naturaleza y siempre tenemos el potencial de una nueva epidemia".

"Sabemos que el virus tiende a quedarse en el cuerpo, en algunos órganos como protegidos de la respuesta inmunitaria, y en casos muy raros el virus puede reactivarse, por eso hay que seguir con los esfuerzos de vigilancia epidemiológica y de detección rápida de casos", afirmó.

Además, sostuvo que las consecuencias continúan desde el punto de vista de lo que son los sistemas de salud de estos países, muy frágiles, muy pobres, y que "con el ébola colapsaron completamente porque se focalizó en los dos años en esta epidemia, dejando todo el resto de lado".

"Ahora tienen que reconstruir sus sistemas de salud y necesitan el apoyo de la comunidad internacional", enfatizó.

Asimismo, hay "una población muy grande de supervivientes que están con secuelas, problemas oculares, auditivos, articulares, psicológicos y además está el tema social de estigmatización que crea dificultad para reinsertarse en la sociedad, tanto los supervivientes como los trabajadores de la salud involucrados".

En el mismo sentido, el sacerdote argentino Jorge Crisafulli, quien vive en África desde hace 20 años y el trabajo de su misión está focalizado en la prevención y distribución de material sanitario, los programas de alimentación y, especialmente, la atención a niños y niñas que quedaron huérfanos debido al ébola, remarcó que "se ha ganado una batalla pero no la guerra".

En diálogo con Télam, Crisafulli señaló que "el júbilo tiene que ser medido", y que es mejor "sentir optimismo, pero con mucho realismo porque el ébola es un enemigo invisible y latente que puede atacar en cualquier momento y en cualquier lugar".

El sacerdote coincidió con Nanclares al afirmar que entre las "varias causas" que generaron la epidemia se conjugaron "pobreza, falta de higiene, infraestructura sanitaria precaria, falta de personal médico y sanitario, entre otras".

Crisafulli destacó la labor de "los doctores, las enfermeras locales, y los voluntarios internacionales de organizaciones como Médicos sin Fronteras y Doctores para África", a quienes ha calificado como "verdaderos héroes".

"El trabajo más delicado ha sido el de la rehabilitación de los niños huérfanos por el ébola", consideró, y mencionó por ejemplo la labor de "contactar las familias extendidas y estudiar las posibilidades de reunificación, para recibir a los niños y niñas con necesidades especiales debido a las circunstancias traumáticas que tuvieron que vivir".

Como tareas pendientes, indicó que se ha "pasado la etapa de la crisis y las intervenciones de emergencia", y ahora se debe "pensar en la recuperación económica, social y moral" de los países africanos.

La epidemia infectó a más de 28.000 personas, de las que 11.300 fallecieron, y provocó un grave impacto económico y social en los países afectados.


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