La Ley de emergencia demostró que puede haber acuerdos, y también un bajo nivel de discusión

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Estamos todos. Impactante concentración petrolera en Comodoro Rivadavia. Unas 20 mil personas, en defensa del trabajo.
23 ENE 2016 - 21:57 | Actualizado

Finalmente la discusión por la Ley de Emergencia se saldó a favor del Gobierno con guarismos sorprendentes: la norma más discutida de los últimos años se terminó aprobando por goleada (25-1) en el cierre de la semana dándole al Ejecutivo la herramienta que pidió aun antes de instalarse en Fontana 50. Así se abre ahora la chance de tomar deuda por unos 650 millones de dólares y la posibilidad de soslayar pasos administrativos en función de reordenar las finanzas. Y con el resultado que arrojó la Sesión Extraordinaria bien puede concluirse, sin volar demasiado bajo, que todos –o una abrumadora mayoría- terminó conforme con el final de esta larga y muy discutida historia.

No obstante subyace un tema que con aguas ahora más calmas la política no debería soslayar, autocrítica mediante. El camino hasta aquí resultó tortuoso, no por los desacuerdos respecto a la primera versión de esta Ley que presentó el Ejecutivo, que obviamente existieron, sino por lo que generó esa confrontación de ideas de lo que era –es- una norma que el propio gobierno calificó en todo momento como clave para la marcha del Estado en este complejo inicio de ciclo.

En la previa e incluso en las discusiones que se dieron en la Legislatura, que es el recinto que más cabalmente representa la idea de la participación popular en una democracia, se instaló un bajísimo nivel de discusión, casi de cloaca, en donde abundaron descalificaciones de escasa estofa, alusiones personales de dudoso gusto, expresiones escatológicas dignas de barrabravas y comparaciones que remitieron más al escaso nivel de quien las propaló que al aludido en sus comentarios.

Es la degradación de la política puesta en práctica en el peor lugar para hacerlo, pues si una característica marca a la casa de las leyes es la resonancia que genera cada vez que funciona, o cuanto menos cuando lo hace tratando temas de relevancia como el que se alude. Hay una tendencia -cada vez más instalada- a la descalificación como todo argumento frente a la idea opuesta, a la chicana brutal de quien no está en la misma línea de pensamiento, y a las opiniones más rayanas con el insulto personal que con la puesta en valor de un pensamiento superador.

El desprestigio de la política, que lleva décadas, se ha profundizado a niveles preocupantes en los últimos tiempos y acaso sea hora de abandonar los argumentos facilistas, como atarlo y justificarlo en las pasiones, para repensar la forma en que se debe representar al pueblo. Difícilmente sea un espectáculo deseado el cruce de insultos entre gente a la que la sociedad ha puesto allí para que maneje la cosa pública, sus intereses más profundos y también su dinero, nada menos.

Carrera contra reloj

Con Das Neves como protagonista clave, pero no único, la Casa Rosada será escenario en pocas horas de un encuentro que puede marcar a fuego los próximos meses de la provincia. El gobernador se verá las caras una vez con los ministros nacionales para tratar de destrabar la crisis del petróleo que tiene en vilo a la zona sur de la provincia y en jaque a las cuentas provinciales, pues una profundización de la crisis del sector se pagará en metálico constante y sonante.

La semana, que tuvo un pico con la poderosa movilización de los trabajadores del petróleo y los dichos de Jorge Ávila, no se consumió sin embargo con los hidrocarburos como tema excluyente pues estuvo atravesada de principio a fin por los conciliábulos, dimes, diretes y medidas extraordinarias en rededor de la Ley de Emergencia Económica –aludidos en la génesis de esta columna-, que terminó aprobándose con guarismos inesperados: 25-1, con la sola negativa de Caminoa, por Cambiemos.

El camino a esta votación resultó tortuoso, por cierto. Tensó cuerdas a gran nivel y se plagó de actores. Desde las furiosas críticas de Das Neves, tratado poco menos que de vagos a los diputados de la oposición que pegaron el faltazo a la recordada Sesión Extraordinaria que quedó trunca, hasta el vicegobernador Mariano Arcioni, que tomó un fuerte protagonismo anunciando esa misma jornada la caída de gastos de bloques y la quita de pasajes para los diputados, y a media semana determinó el descuento del día a los legisladores que no concurrieron a sus bancas ante esa convocatoria. En paralelo, Cisterna encabezó reuniones y las presiones se hicieron sentir, sobre todo mediáticamente, desde diversos ángulos, pues jefes comunales, cámaras empresariales y dirigentes de distintas organizaciones salieron a expresar su apoyo a la Ley de Emergencia.

Ante ese panorama todo terminó con la aprobación del viernes que, para muchos observadores, colocó al comodorense Arcioni como un ganador claro en la puja de poder tras aquel par de movimientos arriesgados, a todo o nada, que sumaron puntos fuertes para la conquista.

Patagonia Rebelde

“Tienen 5 días o habrá una Patagonia Rebelde y un país en llamas sin gas y sin petróleo”. El líder petrolero Jorge Ávila remató así su alocución frente a la histórica concentración petrolera de esta semana, que reunió a una multitud estimada en 20 mil personas, en la lucha por sostener la actividad del sector y mantener así los puestos de trabajo.

Ávila, que juega fuerte siempre, dejó para otros ámbitos las elegancias y con un discurso apasionado –no exento de coherencia- marcó la cancha respecto al posicionamiento de su poderoso gremio ante el conflicto. Sin decirlo, dejó en claro también que puede coquetear en la política, ocupando cargos incluso, pero que su ámbito natural de desenvolvimiento está allí entre los trabajadores del crudo y que allí pondrá todas sus fichas a la hora de la verdad.

Su encendida oratoria, lo sabe, trasciende la cuenca del golfo San Jorge, la más golpeada por las circunstancias actuales: es escuchada incluso en Nación, en donde busca condicionar decisiones plasmando sin medias tintas su lugar en esta puja. Ávila es el más interesado en que la reunión que se sostendrá este lunes en la Casa Rosada se salde en buenos términos, pero avisó por las dudas que los acuerdos no se alcanzan a cualquier precio, y que la pelea será hasta el final y sin demasiados matices si es que la moneda de cambio resulta ser, como ocurre de ordinario, la estabilidad laboral.

En llamas

Otra vez el fuego tomó protagonismo en la cordillera. Esta vez en el Parque Nacional Los Alerces. Ayer mismo el gobernador Das Neves concurrió al lugar para comprobar personalmente el alcance de los estragos que provocaron las llamas. Entre los pobladores, no obstante, se habla de sospechosos aunque no han trascendido nombres. Se sindica como posible autor, incluso, a un sujeto con antecedentes similares y, dicen, experiencia en este tipo de tropelías. Y aunque por otro lado se desmiente, sí es cierto que existen tensiones entre quienes moran allí y las autoridades de Parques Nacionales, aunque no vinculan los incendios a tal cosa.

Es clave investigar el hecho. El daño ambiental es enorme y ni siquiera se puede cuantificar en metálico pues, aunque las cifras resulten millonarias, el estrago de aniquilar especies milenarias carece de precio, o es incalculable.

Inseguridad

Ese fuego en la cordillera chubutense, el temporal que causó estragos en Puerto Madryn, la discusión por la Ley de Emergencia Económica en Legislatura y la puja por sostener el precio interno del barril del petróleo ocuparon la mayoría de los titulares esta semana. Sin embargo, un tema siempre delicado para la sociedad no solo subsiste sino que se acrecienta en los centros más poblados de la provincia: la inseguridad.

Ejemplos sobran: esta misma semana, en Trelew, el propio intendente Maderna se hizo presente en el barrio Constitución en donde los vecinos, autoconvocados, les pidieron a los autoridades que declaren la emergencia en seguridad en ese sector de la ciudad y se quejaron que aun cuando los llaman, los policías no concurren.

Ese mismo día un funcionario suyo, Héctor López, se encontró con vecinos del barrio Los Sauces para tratar la misma preocupación, que no es exclusiva de Trelew tal como muestra, por ejemplo, el pedido de los vecinos de las 630 de Madryn reclamando mayor vigilancia ante la ola de hechos que sufren, algo similar a lo que se da en el San Benito de Trelew.

Esta misma semana una nena de doce años fue atada, golpeada y asfixiada por dos encapuchados, en su casa de Trelew, sólo porque querían robarle. La actividad delictiva es frondosa y enumerarla ocuparía mucho más que esta columna, por sintético que se exprese cada caso. Y la violencia con que se comenten muchos de esos delitos genera una preocupación extra en una sociedad que no sabe cómo reaccionar ante ellos, salvo reclamando por medidas que evidentemente no sacian su necesidad.

La coyuntura económica, que no se desconoce, no debería obrar de menosprecio sobre esta situación que está atada directamente a la calidad de vida de la sociedad. Es un tema para sostener en la agenda, entre los principales lugares.

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23 ENE 2016 - 21:57

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No obstante subyace un tema que con aguas ahora más calmas la política no debería soslayar, autocrítica mediante. El camino hasta aquí resultó tortuoso, no por los desacuerdos respecto a la primera versión de esta Ley que presentó el Ejecutivo, que obviamente existieron, sino por lo que generó esa confrontación de ideas de lo que era –es- una norma que el propio gobierno calificó en todo momento como clave para la marcha del Estado en este complejo inicio de ciclo.

En la previa e incluso en las discusiones que se dieron en la Legislatura, que es el recinto que más cabalmente representa la idea de la participación popular en una democracia, se instaló un bajísimo nivel de discusión, casi de cloaca, en donde abundaron descalificaciones de escasa estofa, alusiones personales de dudoso gusto, expresiones escatológicas dignas de barrabravas y comparaciones que remitieron más al escaso nivel de quien las propaló que al aludido en sus comentarios.

Es la degradación de la política puesta en práctica en el peor lugar para hacerlo, pues si una característica marca a la casa de las leyes es la resonancia que genera cada vez que funciona, o cuanto menos cuando lo hace tratando temas de relevancia como el que se alude. Hay una tendencia -cada vez más instalada- a la descalificación como todo argumento frente a la idea opuesta, a la chicana brutal de quien no está en la misma línea de pensamiento, y a las opiniones más rayanas con el insulto personal que con la puesta en valor de un pensamiento superador.

El desprestigio de la política, que lleva décadas, se ha profundizado a niveles preocupantes en los últimos tiempos y acaso sea hora de abandonar los argumentos facilistas, como atarlo y justificarlo en las pasiones, para repensar la forma en que se debe representar al pueblo. Difícilmente sea un espectáculo deseado el cruce de insultos entre gente a la que la sociedad ha puesto allí para que maneje la cosa pública, sus intereses más profundos y también su dinero, nada menos.

Carrera contra reloj

Con Das Neves como protagonista clave, pero no único, la Casa Rosada será escenario en pocas horas de un encuentro que puede marcar a fuego los próximos meses de la provincia. El gobernador se verá las caras una vez con los ministros nacionales para tratar de destrabar la crisis del petróleo que tiene en vilo a la zona sur de la provincia y en jaque a las cuentas provinciales, pues una profundización de la crisis del sector se pagará en metálico constante y sonante.

La semana, que tuvo un pico con la poderosa movilización de los trabajadores del petróleo y los dichos de Jorge Ávila, no se consumió sin embargo con los hidrocarburos como tema excluyente pues estuvo atravesada de principio a fin por los conciliábulos, dimes, diretes y medidas extraordinarias en rededor de la Ley de Emergencia Económica –aludidos en la génesis de esta columna-, que terminó aprobándose con guarismos inesperados: 25-1, con la sola negativa de Caminoa, por Cambiemos.

El camino a esta votación resultó tortuoso, por cierto. Tensó cuerdas a gran nivel y se plagó de actores. Desde las furiosas críticas de Das Neves, tratado poco menos que de vagos a los diputados de la oposición que pegaron el faltazo a la recordada Sesión Extraordinaria que quedó trunca, hasta el vicegobernador Mariano Arcioni, que tomó un fuerte protagonismo anunciando esa misma jornada la caída de gastos de bloques y la quita de pasajes para los diputados, y a media semana determinó el descuento del día a los legisladores que no concurrieron a sus bancas ante esa convocatoria. En paralelo, Cisterna encabezó reuniones y las presiones se hicieron sentir, sobre todo mediáticamente, desde diversos ángulos, pues jefes comunales, cámaras empresariales y dirigentes de distintas organizaciones salieron a expresar su apoyo a la Ley de Emergencia.

Ante ese panorama todo terminó con la aprobación del viernes que, para muchos observadores, colocó al comodorense Arcioni como un ganador claro en la puja de poder tras aquel par de movimientos arriesgados, a todo o nada, que sumaron puntos fuertes para la conquista.

Patagonia Rebelde

“Tienen 5 días o habrá una Patagonia Rebelde y un país en llamas sin gas y sin petróleo”. El líder petrolero Jorge Ávila remató así su alocución frente a la histórica concentración petrolera de esta semana, que reunió a una multitud estimada en 20 mil personas, en la lucha por sostener la actividad del sector y mantener así los puestos de trabajo.

Ávila, que juega fuerte siempre, dejó para otros ámbitos las elegancias y con un discurso apasionado –no exento de coherencia- marcó la cancha respecto al posicionamiento de su poderoso gremio ante el conflicto. Sin decirlo, dejó en claro también que puede coquetear en la política, ocupando cargos incluso, pero que su ámbito natural de desenvolvimiento está allí entre los trabajadores del crudo y que allí pondrá todas sus fichas a la hora de la verdad.

Su encendida oratoria, lo sabe, trasciende la cuenca del golfo San Jorge, la más golpeada por las circunstancias actuales: es escuchada incluso en Nación, en donde busca condicionar decisiones plasmando sin medias tintas su lugar en esta puja. Ávila es el más interesado en que la reunión que se sostendrá este lunes en la Casa Rosada se salde en buenos términos, pero avisó por las dudas que los acuerdos no se alcanzan a cualquier precio, y que la pelea será hasta el final y sin demasiados matices si es que la moneda de cambio resulta ser, como ocurre de ordinario, la estabilidad laboral.

En llamas

Otra vez el fuego tomó protagonismo en la cordillera. Esta vez en el Parque Nacional Los Alerces. Ayer mismo el gobernador Das Neves concurrió al lugar para comprobar personalmente el alcance de los estragos que provocaron las llamas. Entre los pobladores, no obstante, se habla de sospechosos aunque no han trascendido nombres. Se sindica como posible autor, incluso, a un sujeto con antecedentes similares y, dicen, experiencia en este tipo de tropelías. Y aunque por otro lado se desmiente, sí es cierto que existen tensiones entre quienes moran allí y las autoridades de Parques Nacionales, aunque no vinculan los incendios a tal cosa.

Es clave investigar el hecho. El daño ambiental es enorme y ni siquiera se puede cuantificar en metálico pues, aunque las cifras resulten millonarias, el estrago de aniquilar especies milenarias carece de precio, o es incalculable.

Inseguridad

Ese fuego en la cordillera chubutense, el temporal que causó estragos en Puerto Madryn, la discusión por la Ley de Emergencia Económica en Legislatura y la puja por sostener el precio interno del barril del petróleo ocuparon la mayoría de los titulares esta semana. Sin embargo, un tema siempre delicado para la sociedad no solo subsiste sino que se acrecienta en los centros más poblados de la provincia: la inseguridad.

Ejemplos sobran: esta misma semana, en Trelew, el propio intendente Maderna se hizo presente en el barrio Constitución en donde los vecinos, autoconvocados, les pidieron a los autoridades que declaren la emergencia en seguridad en ese sector de la ciudad y se quejaron que aun cuando los llaman, los policías no concurren.

Ese mismo día un funcionario suyo, Héctor López, se encontró con vecinos del barrio Los Sauces para tratar la misma preocupación, que no es exclusiva de Trelew tal como muestra, por ejemplo, el pedido de los vecinos de las 630 de Madryn reclamando mayor vigilancia ante la ola de hechos que sufren, algo similar a lo que se da en el San Benito de Trelew.

Esta misma semana una nena de doce años fue atada, golpeada y asfixiada por dos encapuchados, en su casa de Trelew, sólo porque querían robarle. La actividad delictiva es frondosa y enumerarla ocuparía mucho más que esta columna, por sintético que se exprese cada caso. Y la violencia con que se comenten muchos de esos delitos genera una preocupación extra en una sociedad que no sabe cómo reaccionar ante ellos, salvo reclamando por medidas que evidentemente no sacian su necesidad.

La coyuntura económica, que no se desconoce, no debería obrar de menosprecio sobre esta situación que está atada directamente a la calidad de vida de la sociedad. Es un tema para sostener en la agenda, entre los principales lugares.


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