Bombardearon cinco hospitales y escuelas en Siria y matan 50 civiles

Lo denunció la Secretaría General de Naciones Unidas. Una serie de bombardeados en el norte del país golpearon al menos cinco hospitales y clínicas y dos escuelas, en "una violación flagrante del derecho internacional".

El horror que no cesa en el castigado país de Oriente Medio.
15 FEB 2016 - 15:59 | Actualizado

El vocero de Ban Ki-moon, Farhan Haq, no acusó al Ejército sirio ni a las potencias extranjeras que bombardea desde el aire esa región, pero destacó que los nuevos ataques "degradan aún más el sistema de salud y el acceso a la educación en Siria", un país en guerra desde hace casi cinco años. 

Horas antes, la organización Médicos Sin Fronteras denunció que uno de los hospitales que financia en el norte de Siria había sido atacado.

La denuncia de MSF
Bombardeos aéreos destruyeron hoy dos hospitales en el norte de Siria, uno de ellos financiado por Médicos Sin Fronteras (MSF), con un saldo de casi 20 muertos y decenas de heridos, mientras que Rusia y Turquía, sin admitir responsabilidad en lo ocurrido, advirtieron hoy que continuarán atacando desde el aire esa devastada aérea. 

"Condenamos este nuevo ataque contra una estructura médica, que además parece haber sido deliberadamente dirigido contra la misma", denunció el coordinador general de MSF en Siria, Massimiliano Rebaudengo, en un comunicado difundido por la organización, que financiaba el hospital desde septiembre de 2015.

Según MSF, el hospital de la localidad de Marat Al Numan, en la provincia noroccidental de Idleb, fue golpeado esta mañana cuatro veces en dos ataques, separados apenas por unos minutos, en un hecho donde siete personas fallecieron y otras ocho continúan desaparecidas.

La organización médica internacional no acusó a ninguna de las fuerzas por el hecho pero demandó su pronto esclarecimiento.
Poco antes, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización opositora con sede en Londres y con una red de contactos en el país árabe, había informado que al menos nueve personas fallecieron en los ataques y decenas resultaron heridos. 

MSF destacó que el hospital, que contaba con 54 empleados, 30 camas, dos quirófanos, una clínica ambulatoria y un servicio de urgencias, quedó completamente destruido y dejó sin atención médica a unas 40.000 personas que viven en una zona de conflicto abierto.

No es la primera vez que un centro médico que recibe apoyo de MSF es atacado en un conflicto armado. Estados Unidos lo hizo en Afganistán, Arabia Saudita lo hace sistemáticamente en Yemen y, en el último año, se cree que Rusia lo hizo varias veces en Siria, país donde desde hace casi cinco años la guerra mató a más de 260.000 personas y forzó a más de la mitad del población a abandonar sus casas. La última vez que un hospital de MSF fue atacado fue en el sur de Siria el 5 de febrero pasado. Tres personas murieron y otras seis, entre ellas una enfermera, resultaron heridas por un bombardeo contra el hospital de Tafas.

Luego que se conociera hoy la noticia de un nuevo ataque contra un hospital apoyado por MSF, una organización internacional que siempre informa a todos los actores beligerantes de las coordenadas de sus centros médicos para evitar ser golpeado por error, otro hospital fue atacado y destruido al noreste de allí, muy cerca de la frontera con Turquía. 
El Observatorio informó que un bombardeo aéreo golpeó un hospital en la localidad siria de Azaz y mató a casi 10 civiles, entre ellos tres menores y dos mujeres, una de ellas embarazada. El centro médico se especializaba en niños y mujeres.

Azaz se encuentra bajo el control del Frente del Levante, la principal coalición armada insurgente de la provincia norteña de Alepo, que incluye entre otros grupos al Frente al Nusra, la rama local de Al Qaeda, y está ubicada en el corazón de uno de los frentes de batalla más complejos de la guerra en Siria. 

Por un lado, el Ejército sirio, la Fuerza Aérea rusa y milicias aliadas, como la libanesa Hezbollah, bombardean desde el aire y combaten por tierra a grupos armados insurgentes islamistas y laicos, que desde hace años controlan esta zona rebelde. 
Por otro lado, Estados Unidos y sus aliados internacionales y regionales bombardean desde el aire las posiciones de la milicia del Estado Islámico (EI) en la zona y también apoyan con armas, dinero y logística a muchos de los grupos insurgentes que resisten en esa zona al avance del Ejército.

En el medio de ese fuego cruzado, las Unidades de Protección del Pueblo de los kurdos sirios oscilan en un rol ambiguo de aliado de todas las fuerzas y los grupos que pelean contra el EI, ya sea Estados Unidos, Rusia, Siria e, inclusive, el resto de las milicias opositoras locales. 

Las milicias kurdas sirias se convirtieron en 2015 en la principal línea de defensa en el terreno contra el EI en el norte del país, algo que celebraron todos los enemigos del grupo extremista, pero que prendió todo tipo de alarmas en el gobierno turco, que hace poco reabrió el conflicto separatista con la guerrilla kurda turca, un grupo muy cercano a las Unidades de Protección del Pueblo, conocidas también por sus siglas YPG. Por eso, desde hace tres días Turquía bombardea el noroeste de Siria con el objetivo declarado de frenar el avance de las milicias kurdas. 

Pese a ello, las Fuerzas de Siria Democrática, una alianza armada que incluye a milicias árabes y kurdas sirias, apoyada por Estados Unidos, avanzaron nuevamente hoy y lograron tomar el control de la población de Kafr Naya de manos de grupos opositores islamistas, que como ellos también pelean por derrocar al presidente Bashar al Assad. 
Si esta coalición laica logra continuar con su ofensiva, podría llegar hasta la zona del noreste de Alepo controlada por el EI y cerrar completamente el asedio a la ciudad de Tel Refat, en manos del Frente al Nusra.

Sin embargo, no será fácil pues Turquía ya dejó en claro que no lo permitirá.
"Ahora las YPG se alejaron de Azaz, pero si vuelven a acercarse, habrá una reacción muy fuerte. No permitiremos que Azaz caiga (en manos kurdas). El mundo debe saberlo esto", amenazó el primer ministro turco Ahmet Davutoglu en diálogo con la prensa cuando viajaba hacia Kiev para una visita oficial. 

El premier, que adelantó que los bombardeos sobre territorio sirio continuarán hasta que el avance kurdo se detenga, fue además fulminante con Rusia, la otra potencia extranjera que ataca desde el aire esa zona fronteriza. 
Davutoglu acusó de a Moscú de utilizar a las milicias kurdas como "peones de su política de expansión" y de actuar "como una organización terrorista", pese a que las YPG han sido uno de los grupos armados sirios que más ayuda han recibido en los últimos tiempos de las potencias occidentales, entre ellas Estados Unidos, su aliado en la OTAN. 

Desde Moscú, en tanto, el gobierno rechazó las acusaciones de Turquía y también los reclamos de las potencias occidentales, que lo señalan como el responsable del fracaso de la débil tregua acordada entre Rusia y Estados Unidos la semana pasada. 
"Los ataques aéreos contra los objetivos ligados a los terroristas continuarán aunque si se alcanzara un acuerdo sobre el cese el fuego en Siria.

El punto es que la tregua se aplica a quien está verdaderamente interesado en comenzar el proceso de negociaciones y no a los terroristas", sentenció el vicecanciller ruso, Gennady Gatilov en una entrevista con Der Spiegel. 
Mientras Estados Unidos y sus aliados sólo califican de terroristas al EI y al Frente al Nusra en Siria, Rusia extiende esa denominación a otros grupos armados islamistas..

El horror que no cesa en el castigado país de Oriente Medio.
15 FEB 2016 - 15:59

El vocero de Ban Ki-moon, Farhan Haq, no acusó al Ejército sirio ni a las potencias extranjeras que bombardea desde el aire esa región, pero destacó que los nuevos ataques "degradan aún más el sistema de salud y el acceso a la educación en Siria", un país en guerra desde hace casi cinco años. 

Horas antes, la organización Médicos Sin Fronteras denunció que uno de los hospitales que financia en el norte de Siria había sido atacado.

La denuncia de MSF
Bombardeos aéreos destruyeron hoy dos hospitales en el norte de Siria, uno de ellos financiado por Médicos Sin Fronteras (MSF), con un saldo de casi 20 muertos y decenas de heridos, mientras que Rusia y Turquía, sin admitir responsabilidad en lo ocurrido, advirtieron hoy que continuarán atacando desde el aire esa devastada aérea. 

"Condenamos este nuevo ataque contra una estructura médica, que además parece haber sido deliberadamente dirigido contra la misma", denunció el coordinador general de MSF en Siria, Massimiliano Rebaudengo, en un comunicado difundido por la organización, que financiaba el hospital desde septiembre de 2015.

Según MSF, el hospital de la localidad de Marat Al Numan, en la provincia noroccidental de Idleb, fue golpeado esta mañana cuatro veces en dos ataques, separados apenas por unos minutos, en un hecho donde siete personas fallecieron y otras ocho continúan desaparecidas.

La organización médica internacional no acusó a ninguna de las fuerzas por el hecho pero demandó su pronto esclarecimiento.
Poco antes, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una organización opositora con sede en Londres y con una red de contactos en el país árabe, había informado que al menos nueve personas fallecieron en los ataques y decenas resultaron heridos. 

MSF destacó que el hospital, que contaba con 54 empleados, 30 camas, dos quirófanos, una clínica ambulatoria y un servicio de urgencias, quedó completamente destruido y dejó sin atención médica a unas 40.000 personas que viven en una zona de conflicto abierto.

No es la primera vez que un centro médico que recibe apoyo de MSF es atacado en un conflicto armado. Estados Unidos lo hizo en Afganistán, Arabia Saudita lo hace sistemáticamente en Yemen y, en el último año, se cree que Rusia lo hizo varias veces en Siria, país donde desde hace casi cinco años la guerra mató a más de 260.000 personas y forzó a más de la mitad del población a abandonar sus casas. La última vez que un hospital de MSF fue atacado fue en el sur de Siria el 5 de febrero pasado. Tres personas murieron y otras seis, entre ellas una enfermera, resultaron heridas por un bombardeo contra el hospital de Tafas.

Luego que se conociera hoy la noticia de un nuevo ataque contra un hospital apoyado por MSF, una organización internacional que siempre informa a todos los actores beligerantes de las coordenadas de sus centros médicos para evitar ser golpeado por error, otro hospital fue atacado y destruido al noreste de allí, muy cerca de la frontera con Turquía. 
El Observatorio informó que un bombardeo aéreo golpeó un hospital en la localidad siria de Azaz y mató a casi 10 civiles, entre ellos tres menores y dos mujeres, una de ellas embarazada. El centro médico se especializaba en niños y mujeres.

Azaz se encuentra bajo el control del Frente del Levante, la principal coalición armada insurgente de la provincia norteña de Alepo, que incluye entre otros grupos al Frente al Nusra, la rama local de Al Qaeda, y está ubicada en el corazón de uno de los frentes de batalla más complejos de la guerra en Siria. 

Por un lado, el Ejército sirio, la Fuerza Aérea rusa y milicias aliadas, como la libanesa Hezbollah, bombardean desde el aire y combaten por tierra a grupos armados insurgentes islamistas y laicos, que desde hace años controlan esta zona rebelde. 
Por otro lado, Estados Unidos y sus aliados internacionales y regionales bombardean desde el aire las posiciones de la milicia del Estado Islámico (EI) en la zona y también apoyan con armas, dinero y logística a muchos de los grupos insurgentes que resisten en esa zona al avance del Ejército.

En el medio de ese fuego cruzado, las Unidades de Protección del Pueblo de los kurdos sirios oscilan en un rol ambiguo de aliado de todas las fuerzas y los grupos que pelean contra el EI, ya sea Estados Unidos, Rusia, Siria e, inclusive, el resto de las milicias opositoras locales. 

Las milicias kurdas sirias se convirtieron en 2015 en la principal línea de defensa en el terreno contra el EI en el norte del país, algo que celebraron todos los enemigos del grupo extremista, pero que prendió todo tipo de alarmas en el gobierno turco, que hace poco reabrió el conflicto separatista con la guerrilla kurda turca, un grupo muy cercano a las Unidades de Protección del Pueblo, conocidas también por sus siglas YPG. Por eso, desde hace tres días Turquía bombardea el noroeste de Siria con el objetivo declarado de frenar el avance de las milicias kurdas. 

Pese a ello, las Fuerzas de Siria Democrática, una alianza armada que incluye a milicias árabes y kurdas sirias, apoyada por Estados Unidos, avanzaron nuevamente hoy y lograron tomar el control de la población de Kafr Naya de manos de grupos opositores islamistas, que como ellos también pelean por derrocar al presidente Bashar al Assad. 
Si esta coalición laica logra continuar con su ofensiva, podría llegar hasta la zona del noreste de Alepo controlada por el EI y cerrar completamente el asedio a la ciudad de Tel Refat, en manos del Frente al Nusra.

Sin embargo, no será fácil pues Turquía ya dejó en claro que no lo permitirá.
"Ahora las YPG se alejaron de Azaz, pero si vuelven a acercarse, habrá una reacción muy fuerte. No permitiremos que Azaz caiga (en manos kurdas). El mundo debe saberlo esto", amenazó el primer ministro turco Ahmet Davutoglu en diálogo con la prensa cuando viajaba hacia Kiev para una visita oficial. 

El premier, que adelantó que los bombardeos sobre territorio sirio continuarán hasta que el avance kurdo se detenga, fue además fulminante con Rusia, la otra potencia extranjera que ataca desde el aire esa zona fronteriza. 
Davutoglu acusó de a Moscú de utilizar a las milicias kurdas como "peones de su política de expansión" y de actuar "como una organización terrorista", pese a que las YPG han sido uno de los grupos armados sirios que más ayuda han recibido en los últimos tiempos de las potencias occidentales, entre ellas Estados Unidos, su aliado en la OTAN. 

Desde Moscú, en tanto, el gobierno rechazó las acusaciones de Turquía y también los reclamos de las potencias occidentales, que lo señalan como el responsable del fracaso de la débil tregua acordada entre Rusia y Estados Unidos la semana pasada. 
"Los ataques aéreos contra los objetivos ligados a los terroristas continuarán aunque si se alcanzara un acuerdo sobre el cese el fuego en Siria.

El punto es que la tregua se aplica a quien está verdaderamente interesado en comenzar el proceso de negociaciones y no a los terroristas", sentenció el vicecanciller ruso, Gennady Gatilov en una entrevista con Der Spiegel. 
Mientras Estados Unidos y sus aliados sólo califican de terroristas al EI y al Frente al Nusra en Siria, Rusia extiende esa denominación a otros grupos armados islamistas..


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