Pediatras argentinas salvan la vida a una beba de Comodoro por WhatsApp

Dos pediatras argentinas salvaron la vida de una beba de un año y diez meses a través de WhatsApp. La nena estaba de vacaciones con su familia en Punta Cana cuando el viaje se convirtió en dramático. Apenas se instalaron en el hotel debió recibir asistencia por una fuerte diarrea pero nadie acertaba en el diagnóstico.

Liliana Doldán, una de las pediatras que atendió a Federica Román.
11 MAR 2016 - 22:21 | Actualizado

El sábado 13 de febrero los Román, una familia de Comodoro Rivadavia, partió desde Buenos Aires hacia Punta Cana. Ese día, en el avión, Federica, la nena de casi dos años, comenzó a tener diarrea. En el hotel concurrieron a la asistencia del lugar, pero desde allí la derivaron a una clínica de la localidad de La Romana. Ahí comenzó la odisea.

Tamara Rial, madre de la nena, contó al diario La Nación: “En La Romana nos dicen que Federica estaba deshidratada y que la iban a dejar internada para hacerle estudios e investigar a qué se debía la diarrea. Pensamos que era una pavada, le dije a mi marido que se fuera con Jazmín, la nena más grande, pero al otro día Federica no se despertaba”.

El domingo a la mañana a Federica le sacaron sangre y le hicieron estudios pero no le diagnosticaron nada hasta la tarde. “Nos dijeron que tenía amebas (microorganismos que viven como parásitos en intestinos de humanos y perros) pero nos hizo ruido porque Fede fue desde Argentina con el problema y esa enfermedad es típica de allá”.

Fue después de esto cuando Tamara se puso en contacto, a través de su hermano que vive en San Pedro, con dos pediatras de esa ciudad: Liliana Doldán y Francisca Urrutia. “Ellas nos dicen que no es una ameba y se comunican con la pediatra de la clínica de La Romana. Vuelven a sacarle sangre, le dan los valores a Liliana y nos responde que es Síndrome Urémico Hemolítico. Cuando nombramos esta enfermedad en la clínica nos responden: ‘Acá se medican y los nenes salen como nada’. Eso no es así por lo que nos dimos cuenta de que no sabían de qué se trataba”, explicó Rial.

Odisea

De ahí Federica fue trasladada en ambulancia a la capital en un viaje que duró dos horas. Allí internaron a la nena en la clínica privada Corazones Unidos donde la doctora Michelle Aimee Romero Licairac empezó a estabilizar a la pequeña, que luego fue trasladada al Hospital de Santo Domingo, donde continuó internada: le hicieron diálisis, transfusiones y le regularizaron los valores.

Cuatro días más tarde habilitaron a Federica a volver a la Argentina. Junto a su familia retornó al país en un avión sanitario y acá la esperaban en el Hospital Italiano, donde fue internada en terapia intensiva. “La atención fue increíble pero si no hubiera sido por Lili y por Fran hoy Federica no estaría. Estuvimos constantemente en contacto con ellas, volvimos con mucho miedo, cuando llegamos a Argentina nos dijeron: ‘ya está, olvídense de todo lo que pasaron’”.

Seis días después, un sábado, Federica fue dada de alta y el domingo los Román viajaron a San Pedro para encontrarse y conocer a las pediatras. “Cuando nos vimos fue un abrazo increíble, fue como si nos hubiéramos conocido de toda la vida”, dijo Tamara. Aunque la pesadilla ya pasó, los Román no saben cómo Federica contrajo el Síndrome. En cuanto a las médicas, aseguraron que no quieren reconocimiento y le dijeron a la familia que ellas hicieron su trabajo. Sin embargo los Román están eternamente agradecidos como así también con toda la sociedad de Comodoro Rivadavía que se unió en cadenas de oraciones y a través de mensajes y redes mostraron su constante preocupación.

Cumplir con el deber

Aunque Liliana Doldán y Francisca Urrutia prefirieron mantener el perfil bajo y subrayaron en su círculo íntimo que lo que hicieron fue su deber, Doldán se tomó unos minutos para escribir en Facebook lo que sintió. “Estoy muy emocionada con todo lo ocurrido, y leer tantos mensajes dichos desde el corazón me gratifican. Disfruto siendo pediatra, no es ningún sacrificio para mí. Lo que me tocó vivir fue algo muy raro, lo extraño de todo esto es que no nos conocíamos con Federica, pero la circunstancias hicieron que nos involucrásemos para evitar consecuencias fatales. El Síndrome Urémico Hemolítico es una enfermedad grave que los pediatras argentinos estamos acostumbrados a diagnosticar y manejar. En Punta Cana no, porque no es una enfermedad prevalente en esa zona. Pero a pesar de eso en la ciudad de Santo Domingo intervinieron excelentes profesionales que le salvaron la vida a Federica. ¡¡Gracias a ellos también por entregarse a esta profesión!!”, publicó.#

(Fuente: La Nación)

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Liliana Doldán, una de las pediatras que atendió a Federica Román.
11 MAR 2016 - 22:21

El sábado 13 de febrero los Román, una familia de Comodoro Rivadavia, partió desde Buenos Aires hacia Punta Cana. Ese día, en el avión, Federica, la nena de casi dos años, comenzó a tener diarrea. En el hotel concurrieron a la asistencia del lugar, pero desde allí la derivaron a una clínica de la localidad de La Romana. Ahí comenzó la odisea.

Tamara Rial, madre de la nena, contó al diario La Nación: “En La Romana nos dicen que Federica estaba deshidratada y que la iban a dejar internada para hacerle estudios e investigar a qué se debía la diarrea. Pensamos que era una pavada, le dije a mi marido que se fuera con Jazmín, la nena más grande, pero al otro día Federica no se despertaba”.

El domingo a la mañana a Federica le sacaron sangre y le hicieron estudios pero no le diagnosticaron nada hasta la tarde. “Nos dijeron que tenía amebas (microorganismos que viven como parásitos en intestinos de humanos y perros) pero nos hizo ruido porque Fede fue desde Argentina con el problema y esa enfermedad es típica de allá”.

Fue después de esto cuando Tamara se puso en contacto, a través de su hermano que vive en San Pedro, con dos pediatras de esa ciudad: Liliana Doldán y Francisca Urrutia. “Ellas nos dicen que no es una ameba y se comunican con la pediatra de la clínica de La Romana. Vuelven a sacarle sangre, le dan los valores a Liliana y nos responde que es Síndrome Urémico Hemolítico. Cuando nombramos esta enfermedad en la clínica nos responden: ‘Acá se medican y los nenes salen como nada’. Eso no es así por lo que nos dimos cuenta de que no sabían de qué se trataba”, explicó Rial.

Odisea

De ahí Federica fue trasladada en ambulancia a la capital en un viaje que duró dos horas. Allí internaron a la nena en la clínica privada Corazones Unidos donde la doctora Michelle Aimee Romero Licairac empezó a estabilizar a la pequeña, que luego fue trasladada al Hospital de Santo Domingo, donde continuó internada: le hicieron diálisis, transfusiones y le regularizaron los valores.

Cuatro días más tarde habilitaron a Federica a volver a la Argentina. Junto a su familia retornó al país en un avión sanitario y acá la esperaban en el Hospital Italiano, donde fue internada en terapia intensiva. “La atención fue increíble pero si no hubiera sido por Lili y por Fran hoy Federica no estaría. Estuvimos constantemente en contacto con ellas, volvimos con mucho miedo, cuando llegamos a Argentina nos dijeron: ‘ya está, olvídense de todo lo que pasaron’”.

Seis días después, un sábado, Federica fue dada de alta y el domingo los Román viajaron a San Pedro para encontrarse y conocer a las pediatras. “Cuando nos vimos fue un abrazo increíble, fue como si nos hubiéramos conocido de toda la vida”, dijo Tamara. Aunque la pesadilla ya pasó, los Román no saben cómo Federica contrajo el Síndrome. En cuanto a las médicas, aseguraron que no quieren reconocimiento y le dijeron a la familia que ellas hicieron su trabajo. Sin embargo los Román están eternamente agradecidos como así también con toda la sociedad de Comodoro Rivadavía que se unió en cadenas de oraciones y a través de mensajes y redes mostraron su constante preocupación.

Cumplir con el deber

Aunque Liliana Doldán y Francisca Urrutia prefirieron mantener el perfil bajo y subrayaron en su círculo íntimo que lo que hicieron fue su deber, Doldán se tomó unos minutos para escribir en Facebook lo que sintió. “Estoy muy emocionada con todo lo ocurrido, y leer tantos mensajes dichos desde el corazón me gratifican. Disfruto siendo pediatra, no es ningún sacrificio para mí. Lo que me tocó vivir fue algo muy raro, lo extraño de todo esto es que no nos conocíamos con Federica, pero la circunstancias hicieron que nos involucrásemos para evitar consecuencias fatales. El Síndrome Urémico Hemolítico es una enfermedad grave que los pediatras argentinos estamos acostumbrados a diagnosticar y manejar. En Punta Cana no, porque no es una enfermedad prevalente en esa zona. Pero a pesar de eso en la ciudad de Santo Domingo intervinieron excelentes profesionales que le salvaron la vida a Federica. ¡¡Gracias a ellos también por entregarse a esta profesión!!”, publicó.#

(Fuente: La Nación)


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