Crece el rechazo a la reforma laboral de Hollande

Miles de trabajadores y estudiantes volvieron hoy a protestar en Francia contra la reforma laboral del gobierno socialista, en una jornada con menos gente movilizada con respecto a las anteriores pero que se saldó con serios incidentes entre manifestantes y las fuerzas del orden y un mayor número de heridos y detenidos.

28 ABR 2016 - 18:47 | Actualizado

La cuarta gran manifestación nacional en dos meses de la intersindical contra el proyecto de ley impulsado por la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, buscó incrementar la presión para que se retire un texto que comenzará a ser debatido el martes en el Parlamento.

La reforma, según los siete sindicatos de trabajadores y estudiantes convocantes, "contiene grandes peligros para el mundo laboral", y ha provocado igualmente malestar en la patronal francesa Medef, que amenazó con romper las negociaciones con los agentes sociales si no se modifica.

La movilización de hoy, pese a la espectacularidad de las imágenes de los enfrentamientos -principalmente en París, Rennes, Nantes, Marsella y Lyon-, fue menor que las de anteriores convocatorias.

La intersindical cifró la movilización en toda Francia en 500.000 personas, mientras que la Policía rebajó el número a 170.000.

En cambio, en la huelga general del 31 de marzo la intersindical informó que se movilizaron 1.2 millones de personas contra los 390.000 admitidos por el ministerio del Interior.

En París, donde hubo importantes destrozos en el mobiliario urbano y en bancos, y otras ciudades el lanzamiento de piedras, latas de pintura y cócteles molotov por parte de algunos manifestantes fue inmediatamente respondido con gases lacrimógenos y cargas policiales.

El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, informó a la prensa que 24 agentes resultaron heridos, tres de ellos de forma "muy grave" en la capital, y que hubo 124 detenciones en toda Francia, que elevan a 382 el número de arrestos desde el inicio de las protestas.

"Le pido a los organizadores que condenen la violencia contra las fuerzas del orden", expresó Cazeneuve.

Poco después, el líder del sindicato de izquierda Fuerza Obrera (FO), Jean-Claude Mailly, remarcó en la cadena parlamentaria LCP "siempre condenamos ese tipo de violencia, pero ellas tuvieron lugar antes de la manifestación", al tiempo que reprochó a las autoridades el "excesivo uso de la fuerza de los agentes".

Como en la huelga general precedente, del 31 de marzo, el paro repercutió también hoy en los transportes.

El 20% de los vuelos fueron cancelados en los aeropuertos parisinos de Orly y Charles de Gaulle, mientras que el tránsito ferroviario se vio afectado en las líneas interurbanas.

"Somos partidarios de una reforma que esté a favor de los trabajadores, no de las empresas", explicó a la prensa el sindicalista de la Confederación General del Trabajo (CGT) Reynald Kubecki, quien insistió en la revocación del texto actual.

La oposición al proyecto gubernamental, que según el Ejecutivo socialista del presidente Francois Hollande favorecerá la contratación, comenzó el 9 de marzo.

Desde entonces, esta fue la cuarta manifestación y la segunda huelga general, no obstante, la activa participación de los estudiantes secundarios dio lugar a otra decena de marchas en las principales ciudades del país, la mayoría de ellas finalizaron con disturbios y enfrentamientos con las fuerzas del orden.

A un año de las elecciones presidenciales al gobierno socialista le espera un "Mayo caliente", según anticipó hoy en un comunicado el sindicato estudiantil Unef.

La tradicional marcha del 1 de mayo, Día del Trabajador, servirá este domingo de nuevo de termómetro contra esa reforma, y la movilización se reflejará igualmente dos días después, cuando comience su trámite parlamentario.

Además, el fin de semana del 7 y 8 mayo se realizará una "llamada a los habitantes del mundo entero” para “encontrarse, debatir, compartir experiencias y comenzar a construir juntos perspectivas y soluciones comunes” en la plaza de la República de París. Uno de los objetivos es preparar “una gran acción internacional para el 15 de mayo para ocupar masivamente las plazas públicas por todo el mundo en esta fecha”.

Una encuesta publicada hoy por el diario Le Parisien permite augurar que la movilización se extenderá, dado que el 78% de los franceses rechazan la nueva ley laboral por considerarla "conflictiva" y que "engendra un alto riesgo de conflicto social".

"Que cada uno asuma sus responsabilidades. En primer lugar el gobierno, retirando el texto, pero también los diputados, rechazándolo", reclamó el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, citado por la agencia de noticias EFE.

Los sindicatos están convencidos de que pueden mantener la presión hasta que el gobierno socialista renuncie a esa reforma, vista como demasiado liberal y que en su opinión da prioridad a los acuerdos en el seno de las empresas sobre los convenios colectivos, lo que debilita la posición de los trabajadores en la negociación.

Por su parte, el gobierno afirma que se debe flexibilizar el mercado laboral para que los empresarios creen empleo.

Firmes en sus planes, los socialistas realizaron algunas concesiones, como la imposición de una mayor fiscalidad a los contratos temporales para primar los indefinidos, pero estas no lograron frenar el descontento.

A la contestación sindical y estudiantil se sumó hace un mes el movimiento denominado "Nuit Debout" (Noche en pie), que tiene en la plaza parisina de la República el centro de sus operaciones y amplía en sus asambleas el debate sobre los cambios previstos.

Luego de la movilización en París, miles de personas se congregaron en la plaza de la República para debatir en la asamblea diaria de un movimiento incierto que poco a poco comienza a instalarse en la capital y en otras decenas de ciudades galas.

Asimismo, en la última semana se sumaron los artistas a los opositores a la segunda reforma laboral de Hollande en cuatro años. Grupos de artistas, que negocian una indemnización por desempleo, tomaron 10 teatros en todo el país en los últimos días y amenazan con realizar huelga durante los festivales de verano.

28 ABR 2016 - 18:47

La cuarta gran manifestación nacional en dos meses de la intersindical contra el proyecto de ley impulsado por la ministra de Trabajo, Myriam El Khomri, buscó incrementar la presión para que se retire un texto que comenzará a ser debatido el martes en el Parlamento.

La reforma, según los siete sindicatos de trabajadores y estudiantes convocantes, "contiene grandes peligros para el mundo laboral", y ha provocado igualmente malestar en la patronal francesa Medef, que amenazó con romper las negociaciones con los agentes sociales si no se modifica.

La movilización de hoy, pese a la espectacularidad de las imágenes de los enfrentamientos -principalmente en París, Rennes, Nantes, Marsella y Lyon-, fue menor que las de anteriores convocatorias.

La intersindical cifró la movilización en toda Francia en 500.000 personas, mientras que la Policía rebajó el número a 170.000.

En cambio, en la huelga general del 31 de marzo la intersindical informó que se movilizaron 1.2 millones de personas contra los 390.000 admitidos por el ministerio del Interior.

En París, donde hubo importantes destrozos en el mobiliario urbano y en bancos, y otras ciudades el lanzamiento de piedras, latas de pintura y cócteles molotov por parte de algunos manifestantes fue inmediatamente respondido con gases lacrimógenos y cargas policiales.

El ministro francés del Interior, Bernard Cazeneuve, informó a la prensa que 24 agentes resultaron heridos, tres de ellos de forma "muy grave" en la capital, y que hubo 124 detenciones en toda Francia, que elevan a 382 el número de arrestos desde el inicio de las protestas.

"Le pido a los organizadores que condenen la violencia contra las fuerzas del orden", expresó Cazeneuve.

Poco después, el líder del sindicato de izquierda Fuerza Obrera (FO), Jean-Claude Mailly, remarcó en la cadena parlamentaria LCP "siempre condenamos ese tipo de violencia, pero ellas tuvieron lugar antes de la manifestación", al tiempo que reprochó a las autoridades el "excesivo uso de la fuerza de los agentes".

Como en la huelga general precedente, del 31 de marzo, el paro repercutió también hoy en los transportes.

El 20% de los vuelos fueron cancelados en los aeropuertos parisinos de Orly y Charles de Gaulle, mientras que el tránsito ferroviario se vio afectado en las líneas interurbanas.

"Somos partidarios de una reforma que esté a favor de los trabajadores, no de las empresas", explicó a la prensa el sindicalista de la Confederación General del Trabajo (CGT) Reynald Kubecki, quien insistió en la revocación del texto actual.

La oposición al proyecto gubernamental, que según el Ejecutivo socialista del presidente Francois Hollande favorecerá la contratación, comenzó el 9 de marzo.

Desde entonces, esta fue la cuarta manifestación y la segunda huelga general, no obstante, la activa participación de los estudiantes secundarios dio lugar a otra decena de marchas en las principales ciudades del país, la mayoría de ellas finalizaron con disturbios y enfrentamientos con las fuerzas del orden.

A un año de las elecciones presidenciales al gobierno socialista le espera un "Mayo caliente", según anticipó hoy en un comunicado el sindicato estudiantil Unef.

La tradicional marcha del 1 de mayo, Día del Trabajador, servirá este domingo de nuevo de termómetro contra esa reforma, y la movilización se reflejará igualmente dos días después, cuando comience su trámite parlamentario.

Además, el fin de semana del 7 y 8 mayo se realizará una "llamada a los habitantes del mundo entero” para “encontrarse, debatir, compartir experiencias y comenzar a construir juntos perspectivas y soluciones comunes” en la plaza de la República de París. Uno de los objetivos es preparar “una gran acción internacional para el 15 de mayo para ocupar masivamente las plazas públicas por todo el mundo en esta fecha”.

Una encuesta publicada hoy por el diario Le Parisien permite augurar que la movilización se extenderá, dado que el 78% de los franceses rechazan la nueva ley laboral por considerarla "conflictiva" y que "engendra un alto riesgo de conflicto social".

"Que cada uno asuma sus responsabilidades. En primer lugar el gobierno, retirando el texto, pero también los diputados, rechazándolo", reclamó el secretario general de la CGT, Philippe Martínez, citado por la agencia de noticias EFE.

Los sindicatos están convencidos de que pueden mantener la presión hasta que el gobierno socialista renuncie a esa reforma, vista como demasiado liberal y que en su opinión da prioridad a los acuerdos en el seno de las empresas sobre los convenios colectivos, lo que debilita la posición de los trabajadores en la negociación.

Por su parte, el gobierno afirma que se debe flexibilizar el mercado laboral para que los empresarios creen empleo.

Firmes en sus planes, los socialistas realizaron algunas concesiones, como la imposición de una mayor fiscalidad a los contratos temporales para primar los indefinidos, pero estas no lograron frenar el descontento.

A la contestación sindical y estudiantil se sumó hace un mes el movimiento denominado "Nuit Debout" (Noche en pie), que tiene en la plaza parisina de la República el centro de sus operaciones y amplía en sus asambleas el debate sobre los cambios previstos.

Luego de la movilización en París, miles de personas se congregaron en la plaza de la República para debatir en la asamblea diaria de un movimiento incierto que poco a poco comienza a instalarse en la capital y en otras decenas de ciudades galas.

Asimismo, en la última semana se sumaron los artistas a los opositores a la segunda reforma laboral de Hollande en cuatro años. Grupos de artistas, que negocian una indemnización por desempleo, tomaron 10 teatros en todo el país en los últimos días y amenazan con realizar huelga durante los festivales de verano.


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