Ambientalistas advierten por las represas de Santa Cruz

Un total de seis organizaciones ambientalistas reclamaron al gobierno Nacional que deje sin efecto la construcción de las dos represas proyectadas sobre el río Santa Cruz, y aseguraron que se trata de "un mal negocio desde lo técnico, ambiental, y económico".

25 MAY 2016 - 10:44 | Actualizado

En su lugar, propusieron orientar los recursos del Estado al "cumplimiento de los compromisos pre-electorales de promoción de energías renovables y alternativas, y políticas de eficiencia energética".

El reclamo fue planteado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Aves Argentinas, Banco de Bosques, Flora y Fauna, Fundación Naturaleza para el Futuro (FuNaFu) y Fundación Vida Silvestre Argentina.

El planteo está relacionado con la construcción de las represas del complejo hidroeléctrico Kirchner-Cepernic sobre el lecho del río Santa Cruz, ubicado en esa provincia del sur y "último río glaciario de la Patagonia que corre libre desde la cordillera hasta el mar", dijeron las entidades.

Así, las organizaciones ambientalistas salieron al cruce de las informaciones oficiales que dieron cuenta de la renegociación del gobierno con la República Popular China para el financiamiento de la obra. Al ratificar la continuidad del proyecto, la canciller Susana Malcorra manifestó a principios de mayo que "será menos ambicioso que lo presupuestado, pero se logrará".

En esa línea, se informó que las represas en cuestión pasarán de tener 11 a 8 turbinas, se reducirá el monto de la obra de US$ 7.600 millones a US$ 4.000 millones, se aplazarán los tiempos de la misma y que la provincia de Santa Cruz obtendrá un 12% de regalías por la energía transportada al país, aunque el Estado Nacional mantendrá la propiedad de las obras.

Las entidades ambientalistas argumentaron tres razones para desestimar las construcciones: "carecen de justificación energética y económica, producirán un impacto socio-ambiental, además de presentar un déficit en materia de información pública y ambiental".

Indicaron, además, que la productividad o factor de planta de las represas "sería del 34% (comparada con Yacyretá que tiene un 71%), y sólo el 43% de la energía que generarían podría ser aprovechada por la capacidad de los tendidos eléctricos actuales".

Un complejo hidroeléctrico como éste, aseguraron, "convertiría al río Santa Cruz en grandes embalses artificiales, devastando un ecosistema irreemplazable como el área de influencia del Parque Nacional Los Glaciares (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) que alberga los glaciares Perito Moreno y Upsala, y el Parque Nacional Monte León".

Recordaron, además, que la confluencia y desembocadura de los ríos Chico y Santa Cruz "ha sido declarada como Area de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA)" ya que se trata de "un sitio clave como lugar de invernada para el críticamente amenazado macá tobiano (podiceps gallardoi), ave endémica de la Argentina registrada sólo en la provincia de Santa Cruz y declarada Monumento Natural Provincial".

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25 MAY 2016 - 10:44

En su lugar, propusieron orientar los recursos del Estado al "cumplimiento de los compromisos pre-electorales de promoción de energías renovables y alternativas, y políticas de eficiencia energética".

El reclamo fue planteado por la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), Aves Argentinas, Banco de Bosques, Flora y Fauna, Fundación Naturaleza para el Futuro (FuNaFu) y Fundación Vida Silvestre Argentina.

El planteo está relacionado con la construcción de las represas del complejo hidroeléctrico Kirchner-Cepernic sobre el lecho del río Santa Cruz, ubicado en esa provincia del sur y "último río glaciario de la Patagonia que corre libre desde la cordillera hasta el mar", dijeron las entidades.

Así, las organizaciones ambientalistas salieron al cruce de las informaciones oficiales que dieron cuenta de la renegociación del gobierno con la República Popular China para el financiamiento de la obra. Al ratificar la continuidad del proyecto, la canciller Susana Malcorra manifestó a principios de mayo que "será menos ambicioso que lo presupuestado, pero se logrará".

En esa línea, se informó que las represas en cuestión pasarán de tener 11 a 8 turbinas, se reducirá el monto de la obra de US$ 7.600 millones a US$ 4.000 millones, se aplazarán los tiempos de la misma y que la provincia de Santa Cruz obtendrá un 12% de regalías por la energía transportada al país, aunque el Estado Nacional mantendrá la propiedad de las obras.

Las entidades ambientalistas argumentaron tres razones para desestimar las construcciones: "carecen de justificación energética y económica, producirán un impacto socio-ambiental, además de presentar un déficit en materia de información pública y ambiental".

Indicaron, además, que la productividad o factor de planta de las represas "sería del 34% (comparada con Yacyretá que tiene un 71%), y sólo el 43% de la energía que generarían podría ser aprovechada por la capacidad de los tendidos eléctricos actuales".

Un complejo hidroeléctrico como éste, aseguraron, "convertiría al río Santa Cruz en grandes embalses artificiales, devastando un ecosistema irreemplazable como el área de influencia del Parque Nacional Los Glaciares (declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco) que alberga los glaciares Perito Moreno y Upsala, y el Parque Nacional Monte León".

Recordaron, además, que la confluencia y desembocadura de los ríos Chico y Santa Cruz "ha sido declarada como Area de Importancia para la Conservación de las Aves (AICA)" ya que se trata de "un sitio clave como lugar de invernada para el críticamente amenazado macá tobiano (podiceps gallardoi), ave endémica de la Argentina registrada sólo en la provincia de Santa Cruz y declarada Monumento Natural Provincial".


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