Ataque terrorista en un shopping de Tel Aviv

Dos palestinos dispararon hoy con armas automáticas contra civiles, mataron a cuatro israelíes y dejaron otros 10 heridos, al menos uno de gravedad, en una zona de restaurantes frente a un shopping en el centro de Tel Aviv, en lo que autoridades calificaron como "un ataque terrorista".

Enfermeros y paramédicos ingresan a uno de los heridos de un ataque terrorista en Tel Aviv.
09 JUN 2016 - 11:08 | Actualizado

El ataque ocurrió en el elegante centro comercial Sarona Market, que está ubicado en una de la zonas de la ciudad que se caracteriza por su activa vida nocturna y, además, está enfrente del Ministerio de Defensa y el Estado Mayor del Ejército israelí, así como cerca de varios edificios gubernamentales.

En el momento del ataque, el flamante ministro de Defensa y uno de los hombres más duros dentro del gobierno, Avigdor Lieberman, estaba en su oficina, según el portal de noticias local Ynet.

Según testigos, los dos atacantes palestinos se sentaron en un local de comidas, pidieron dos brownies y luego abrieron fuego contra las personas que se encontraban en el lugar.

Un mozo que dijo haberlos atendido contó al diario The Times of Israel que vestían sacos negros, camisa blanca y corbata, lo que pareció desmentir versiones previas de que habían llegado al lugar vestidos como judíos ultraortodoxos.

Uno de los atacantes corrió hacía una de las calles cercanas y continuó disparando.

El servicio de emergencias israelí Estrella Roja de David informó que cuatro israelíes fallecieron y otros 10 resultaron heridos, entre ellos uno de gravedad.

Toda la entrada del shopping fue cerrada por la policía, y varios charcos con sangre se podían ver en el suelo alrededor de las mesas y las sillas de una de las terrazas de los restaurantes de esa cuadra, según imágenes difundidas por el Canal 2 de televisión.

La policía informó a la prensa que los dos atacantes palestinos fueron detenidos. Uno estaba siendo interrogado en una dependencia de la fuerza, mientras que el otro fue herido, trasladado a un hospital y respondía a las preguntas de los oficiales allí.

La policía no reveló la identidad de los atacantes, pero informó que se trataba de dos palestinos de una misma familia, oriunda del pueblo de Yatta, al sur de la ciudad de Hebrón, una de las más violentas y tensas del ocupado territorio de Cisjordania.

El diario local Haaretz agregó que los dos atacantes no tienen antecedentes ni eran conocidos por la policía israelí.

Desde la Franja de Gaza, el principal líder de Hamas, la organización islamista palestina que gobierna ese territorio, Ismail Haniyeh, celebró la noticia del atentado y confirmó el origen de los atacantes.

"Gloria y felicitaciones a los habitantes de Hebrón", escribió el líder de Hamas en la red social Twitter, según la agencia de noticias DPA.

Pese a la conmoción que dominó la noche en Israel, el vocero policial, Micky Rosenfeld, afirmó a la cadena de noticias CNN, una hora después del ataque, que la situación se encontraba "bajo control" y que "la investigación sigue en proceso" para determinar cómo ingresaron a Tel Aviv desde Cisjordania.

Imágenes difundidas por la televisión israelí mostraron cómo un civil armado disparó varias veces contra uno de los atacantes. La policía no ofreció ninguna información sobre este civil armado.

"Estaba a un metro del terrorista. Estábamos celebrando el cumpleaños de mi hijo y echamos a correr con el carrito, estaba lleno el lugar", contó Meital Sasi, uno de los testigos del ataque, al Canal 10 de televisión.

El tiroteo desató el terror en la zona del Sarona Market y rápidamente el miedo y la conmoción se instalaron en el resto de la ciudad, que a diferencia de Jerusalén, no está habituada a los atentados o, en los últimos años, siquiera a la violencia producto del conflicto israelí-palestino.

Entre los israelíes Tel Aviv muchas veces es referida como "la burbuja" ya que en esa ciudad cosmopolita, con playa mediterránea y poca presencia de población ortodoxa, la vida cotidiana es mucho más descontracturada que en Jerusalén o en otras regiones lindantes con los territorios palestinos ocupados.

Sin embargo, el atentado de hoy coincide con una ola de ataques cometidos por uno o dos palestinos, sin afiliación política clara, con cuchillos, autos y, en muy pocas ocasiones, armas de fuego, y dirigidos principalmente contra fuerzas de seguridad, colonos y ultraortodoxos. En total, unos 30 israelíes murieron en los últimos ocho meses.

Hasta ahora, la mayoría de estos ataques -que provocaron una represión israelí sistemática que ya se cobró la vida de más de 200 palestinos desde octubre pasado- se habían concentrado en Jerusalén y Cisjordania.

Por eso, el golpe de hoy contra Tel Aviv con armas automáticas y en medio de un lugar abarrotado de civiles no parece ser otro ataque más.

"Fue una noche dura en Tel Aviv. Le pedimos al público que mantenga la calma. En Tel Aviv somos un objetivo del terrorismo y ellos están tratando de alterar nuestras vidas. Continuaremos disfrutando de nuestra ciudad y no nos rendiremos ante el terrorismo. Le pido a todos que vuelvan mañana a su rutina diaria", aseguró el alcalde de la ciudad, Ron Huldai, antes de visitar a los heridos en el hospital.

Poco después del tiroteo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aterrizó en el país, de vuelta de su visita oficial a Moscú.

Ni bien pisó el territorio se trasladó a la sede del Ministerio de Defensa, muy cerca de donde fue el ataque, para una reunión de emergencia con Lieberman, el ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, el jefe de la Policía, Roni Alsheich, y el director del Shin Bet, el servicio de inteligencia interior, Nadav Argaman.

Mientras tanto, varias potencias occidentales repudiaron el atentado.

En Estados Unidos, el gobierno de Barack Obama condenó "en los términos más fuertes posibles" el "horrible ataque terrorista", según un comunicado del Departamento de Estado, citado por la agencia de noticias EFE.

De modo similar, el embajador británico en Israel, David Quarrey "condenó el ataque" y destacó que "no existe ninguna justificación posible para el terrorismo", según escribió en su cuenta de Twitter.

El ataque de hoy no hace más que alimentar un clima de creciente violencia y tensión entre israelíes y palestinos, quienes no se sientan en una mesa de negociación desde 2010. La última propuesta internacional de paz llegó hace unas semanas de la mano de Francia y fue tajantemente rechazada por Tel Aviv.

Enfermeros y paramédicos ingresan a uno de los heridos de un ataque terrorista en Tel Aviv.
09 JUN 2016 - 11:08

El ataque ocurrió en el elegante centro comercial Sarona Market, que está ubicado en una de la zonas de la ciudad que se caracteriza por su activa vida nocturna y, además, está enfrente del Ministerio de Defensa y el Estado Mayor del Ejército israelí, así como cerca de varios edificios gubernamentales.

En el momento del ataque, el flamante ministro de Defensa y uno de los hombres más duros dentro del gobierno, Avigdor Lieberman, estaba en su oficina, según el portal de noticias local Ynet.

Según testigos, los dos atacantes palestinos se sentaron en un local de comidas, pidieron dos brownies y luego abrieron fuego contra las personas que se encontraban en el lugar.

Un mozo que dijo haberlos atendido contó al diario The Times of Israel que vestían sacos negros, camisa blanca y corbata, lo que pareció desmentir versiones previas de que habían llegado al lugar vestidos como judíos ultraortodoxos.

Uno de los atacantes corrió hacía una de las calles cercanas y continuó disparando.

El servicio de emergencias israelí Estrella Roja de David informó que cuatro israelíes fallecieron y otros 10 resultaron heridos, entre ellos uno de gravedad.

Toda la entrada del shopping fue cerrada por la policía, y varios charcos con sangre se podían ver en el suelo alrededor de las mesas y las sillas de una de las terrazas de los restaurantes de esa cuadra, según imágenes difundidas por el Canal 2 de televisión.

La policía informó a la prensa que los dos atacantes palestinos fueron detenidos. Uno estaba siendo interrogado en una dependencia de la fuerza, mientras que el otro fue herido, trasladado a un hospital y respondía a las preguntas de los oficiales allí.

La policía no reveló la identidad de los atacantes, pero informó que se trataba de dos palestinos de una misma familia, oriunda del pueblo de Yatta, al sur de la ciudad de Hebrón, una de las más violentas y tensas del ocupado territorio de Cisjordania.

El diario local Haaretz agregó que los dos atacantes no tienen antecedentes ni eran conocidos por la policía israelí.

Desde la Franja de Gaza, el principal líder de Hamas, la organización islamista palestina que gobierna ese territorio, Ismail Haniyeh, celebró la noticia del atentado y confirmó el origen de los atacantes.

"Gloria y felicitaciones a los habitantes de Hebrón", escribió el líder de Hamas en la red social Twitter, según la agencia de noticias DPA.

Pese a la conmoción que dominó la noche en Israel, el vocero policial, Micky Rosenfeld, afirmó a la cadena de noticias CNN, una hora después del ataque, que la situación se encontraba "bajo control" y que "la investigación sigue en proceso" para determinar cómo ingresaron a Tel Aviv desde Cisjordania.

Imágenes difundidas por la televisión israelí mostraron cómo un civil armado disparó varias veces contra uno de los atacantes. La policía no ofreció ninguna información sobre este civil armado.

"Estaba a un metro del terrorista. Estábamos celebrando el cumpleaños de mi hijo y echamos a correr con el carrito, estaba lleno el lugar", contó Meital Sasi, uno de los testigos del ataque, al Canal 10 de televisión.

El tiroteo desató el terror en la zona del Sarona Market y rápidamente el miedo y la conmoción se instalaron en el resto de la ciudad, que a diferencia de Jerusalén, no está habituada a los atentados o, en los últimos años, siquiera a la violencia producto del conflicto israelí-palestino.

Entre los israelíes Tel Aviv muchas veces es referida como "la burbuja" ya que en esa ciudad cosmopolita, con playa mediterránea y poca presencia de población ortodoxa, la vida cotidiana es mucho más descontracturada que en Jerusalén o en otras regiones lindantes con los territorios palestinos ocupados.

Sin embargo, el atentado de hoy coincide con una ola de ataques cometidos por uno o dos palestinos, sin afiliación política clara, con cuchillos, autos y, en muy pocas ocasiones, armas de fuego, y dirigidos principalmente contra fuerzas de seguridad, colonos y ultraortodoxos. En total, unos 30 israelíes murieron en los últimos ocho meses.

Hasta ahora, la mayoría de estos ataques -que provocaron una represión israelí sistemática que ya se cobró la vida de más de 200 palestinos desde octubre pasado- se habían concentrado en Jerusalén y Cisjordania.

Por eso, el golpe de hoy contra Tel Aviv con armas automáticas y en medio de un lugar abarrotado de civiles no parece ser otro ataque más.

"Fue una noche dura en Tel Aviv. Le pedimos al público que mantenga la calma. En Tel Aviv somos un objetivo del terrorismo y ellos están tratando de alterar nuestras vidas. Continuaremos disfrutando de nuestra ciudad y no nos rendiremos ante el terrorismo. Le pido a todos que vuelvan mañana a su rutina diaria", aseguró el alcalde de la ciudad, Ron Huldai, antes de visitar a los heridos en el hospital.

Poco después del tiroteo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, aterrizó en el país, de vuelta de su visita oficial a Moscú.

Ni bien pisó el territorio se trasladó a la sede del Ministerio de Defensa, muy cerca de donde fue el ataque, para una reunión de emergencia con Lieberman, el ministro de Seguridad Pública, Gilad Erdan, el jefe de la Policía, Roni Alsheich, y el director del Shin Bet, el servicio de inteligencia interior, Nadav Argaman.

Mientras tanto, varias potencias occidentales repudiaron el atentado.

En Estados Unidos, el gobierno de Barack Obama condenó "en los términos más fuertes posibles" el "horrible ataque terrorista", según un comunicado del Departamento de Estado, citado por la agencia de noticias EFE.

De modo similar, el embajador británico en Israel, David Quarrey "condenó el ataque" y destacó que "no existe ninguna justificación posible para el terrorismo", según escribió en su cuenta de Twitter.

El ataque de hoy no hace más que alimentar un clima de creciente violencia y tensión entre israelíes y palestinos, quienes no se sientan en una mesa de negociación desde 2010. La última propuesta internacional de paz llegó hace unas semanas de la mano de Francia y fue tajantemente rechazada por Tel Aviv.


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