España: otra vez ganó el PP, pero quedó lejos de la mayoría

El Partido Popular ganó las elecciones generales de España aunque sin lograr mayoría para gobernar, Los socialistas finalmente lograron el segundo lugar, superando a Unidos Podemos.

26 JUN 2016 - 18:38 | Actualizado

El conservador Partido Popular (PP) volvió a ganar hoy las elecciones generales de España sin una mayoría suficiente para gobernar pero fortalecido, mientras el Partido Socialista (PSOE) resistió en el segundo puesto contra todos los pronósticos, con lo que España sigue en una situación de bloqueo aunque la derecha estaría en mejores condiciones para negociar.

El PP del presidente Mariano Rajoy obtuvo 137 bancas, 14 escaños más que el 20 de diciembre, reforzando su posición de cara a las futuras negociaciones, a costa de Ciudadanos, que mantiene la cuarta posición pero se debilita al pasar de 40 a 32 bancas, escrutados prácticamente el 100% de los votos.

Con la mayoría absoluta situada en 176 escaños de los 350 del parlamento, Rajoy necesitaría de la abstención del PSOE de Pedro Sánchez, segundo aunque con 85 escaños frente a los 90 de hace seis meses.

Contrariamente a lo que vaticinaron todos los sondeos previos a la repetición electoral, no se produjo el "sorpasso" (adelantamiento) al PSOE de la coalición de izquierda Unidos Podemos, que lejos de las expectativas generadas quedó en tercer lugar, con 71 escaños.

"Hemos ganado las elecciones, reclamamos el derecho a gobernar para todos los españoles, pero de lo que se trata es de ser útiles", aseguró Rajoy tras la victoria desde el balcón de la sede del PP en la calle Génova de Madrid, entre gritos de "¡Presidente, presidente!" y "Sí se puede", un lema de sus adversarios de Podemos.

"A partir de mañana tendremos que empezar a hablar con todo el mundo y lo haremos, y vamos a hablar con el único horizonte de defender a España y al cien por cien de los españoles", añadió.

El líder conservador, que pese a los recortes y a los escándalos de corrupción ganó dos elecciones consecutivas en seis meses -con 29% y 33% de los votos-, recordó que los últimos cuatro años de gobierno "han sido difíciles, pero España levantó la cabeza y vamos en la buena dirección".

Rajoy dijo que daría el discurso más importante de su vida pero más allá de pedir "respeto" para el PP y realizar arengas patrióticas no dio pistas de su estrategia de negociación, que pasaría por pedir la abstención del PSOE, o formar una gran coalición.

El PP se aferra a que sumó 658.000 votos más y le sacó 53 escaños a los socialistas, que perdieron 125.000 votos y cinco escaños. También Ciudadanos quedó debilitado al retroceder en casi 400.000 votos y ceder ocho escaños, mientras Unidos Podemos se dejó un millón de votos con respecto a lo que sumaban Podemos e Izquierda Unida por separado y obtuvo igual cantidad de escaños, lo que supone un fracaso.

"Tengo que decir que los resultados no son satisfactorios, teníamos unas expectativas diferentes; nos preocupa la perdida de apoyos del bloque progresista", aseguró Pablo Iglesias, candidato de Unidos Podemos, que fue el primero en comparecer para valorar los resultados.

"Es verdad que nos consolidamos como espacio, y que lo que hicimos cambió la historia de nuestro país, pero nos preocupa que el PP y el bloque conservador sume más apoyos", añadió el dirigente antiajuste, que se mostró sorprendido por los resultados y reconoció que el PP es claro ganador.

Sanchez, que salió vivo pese a que nuevamente obtuvo los peores resultados históricos del PSOE, deberá tomar la difícil decisión de permitir que el PP siga gobernando o no.
"Espero que el señor Iglesias reflexione sobre estos resultados, tuvo en sus manos poner fin al gobierno de Mariano Rajoy que tanto daño ha hecho a la clase media y trabajadora, pero su intransigencia ha provocado la mejora de los resultados de la derecha", aseguró Sánchez, reprochando una vez más al líder de Podemos que no lo haya apoyado cuando intentó formar gobierno.

"No estoy satisfecho, los socialistas queríamos ganar, pero con todo en contra hemos logrado mantener la condición de partido hegemónico de la izquierda", añadió.
Sánchez sostuvo que el PSOE pondrá sus resultados "en beneficio de los ciudadanos, que han reclamado cambio", pero no insinuó que vaya a intentar un gobierno alternativo al PP como hizo después de las elecciones de diciembre.

"Nuestro compromiso con la ciudadanía será el mismo: erradicar la pobreza, reivindicar un trabajo digno, regenerar la vida democrática, acabar con la corrupción y reformar la constitución española", subrayó.
PP y Ciudadanos suman 169 escaños frente a los 163 de hace seis meses, en comparación al PSOE y Podemos, que tenían 159 y ahora obtiene 156.

La aritmética es bastante similar, pero el hecho de que los conservadores hayan crecido en detrimento de Ciudadanos permite a Rajoy presionar a Rivera, quien pidió su cabeza a cambio de apoyar al PP.
Ante los resultados, el líder liberal ya se mostró hoy dispuesto a negociar pero dejó claro que su apoyo tendrá un costo político, aunque esta vez, por cortesía, no nombró a Rajoy.

"Quiero decirles al PP y al PSOE que si están dispuestos a sentarse en una mesa para formar gobierno, nosotros estaremos. Pero si la condición son sillones, estaremos en la oposición", remarcó.
"No hemos venido para que nada cambie", insistió el líder de Ciudadanos, quien reivindicó el papel de centrista de su partido y pidió una reforma urgente del sistema electoral, que castigó a su partido.

Ante la repetición de las elecciones, una de las claves era la movilización, ya que todos los partidos apostaban por sumar nuevos apoyos para reforzar sus posiciones. Sin embargo, la participación apenas varió unas décimas, ya que fue de 69,84% frente a 69,67% de diciembre.

Las elecciones tuvieron lugar en un contexto de hartazgo y decepción de los ciudadanos con sus dirigentes políticos, que fueron incapaces de formar gobierno tras los comicios de diciembre, que pusieron fin al bipartidismo e inauguraron una etapa más plural, pero al mismo tiempo sumieron al país en un bloqueo político inédito.

Además, los españoles votaron en plena conmoción por la decisión del Reino Unido de dejar la Unión Europea, una noticia que abrió una crisis sin precedentes en el bloque regional, lo que pudo haber influido en los resultados, beneficiando a Rajoy, que explotó el discurso del miedo y pidió a los ciudadanos envíen un mensaje de "estabilidad".

Lo que no parece haber tenido impacto en la votación es el escándalo de conspiración contra dirigentes independentistas catalanes que irrumpió en el final de la campaña y que compromete directamente a Rajoy y a su ministro del interior, Jorge Fernández Díaz.

Un nuevo fracaso para formar una coalición de gobierno en este momento sería inasumible, puesto que España sería el único país de la UE sin gobierno y con un gran agujero fiscal en plena transición de la salida del Reino Unido del bloque europeo.
Por lo tanto, Londres le sumó a la dirigencia española un incentivo más para pactar; sin embargo, aún es muy pronto para saber si esto sucederá.

26 JUN 2016 - 18:38

El conservador Partido Popular (PP) volvió a ganar hoy las elecciones generales de España sin una mayoría suficiente para gobernar pero fortalecido, mientras el Partido Socialista (PSOE) resistió en el segundo puesto contra todos los pronósticos, con lo que España sigue en una situación de bloqueo aunque la derecha estaría en mejores condiciones para negociar.

El PP del presidente Mariano Rajoy obtuvo 137 bancas, 14 escaños más que el 20 de diciembre, reforzando su posición de cara a las futuras negociaciones, a costa de Ciudadanos, que mantiene la cuarta posición pero se debilita al pasar de 40 a 32 bancas, escrutados prácticamente el 100% de los votos.

Con la mayoría absoluta situada en 176 escaños de los 350 del parlamento, Rajoy necesitaría de la abstención del PSOE de Pedro Sánchez, segundo aunque con 85 escaños frente a los 90 de hace seis meses.

Contrariamente a lo que vaticinaron todos los sondeos previos a la repetición electoral, no se produjo el "sorpasso" (adelantamiento) al PSOE de la coalición de izquierda Unidos Podemos, que lejos de las expectativas generadas quedó en tercer lugar, con 71 escaños.

"Hemos ganado las elecciones, reclamamos el derecho a gobernar para todos los españoles, pero de lo que se trata es de ser útiles", aseguró Rajoy tras la victoria desde el balcón de la sede del PP en la calle Génova de Madrid, entre gritos de "¡Presidente, presidente!" y "Sí se puede", un lema de sus adversarios de Podemos.

"A partir de mañana tendremos que empezar a hablar con todo el mundo y lo haremos, y vamos a hablar con el único horizonte de defender a España y al cien por cien de los españoles", añadió.

El líder conservador, que pese a los recortes y a los escándalos de corrupción ganó dos elecciones consecutivas en seis meses -con 29% y 33% de los votos-, recordó que los últimos cuatro años de gobierno "han sido difíciles, pero España levantó la cabeza y vamos en la buena dirección".

Rajoy dijo que daría el discurso más importante de su vida pero más allá de pedir "respeto" para el PP y realizar arengas patrióticas no dio pistas de su estrategia de negociación, que pasaría por pedir la abstención del PSOE, o formar una gran coalición.

El PP se aferra a que sumó 658.000 votos más y le sacó 53 escaños a los socialistas, que perdieron 125.000 votos y cinco escaños. También Ciudadanos quedó debilitado al retroceder en casi 400.000 votos y ceder ocho escaños, mientras Unidos Podemos se dejó un millón de votos con respecto a lo que sumaban Podemos e Izquierda Unida por separado y obtuvo igual cantidad de escaños, lo que supone un fracaso.

"Tengo que decir que los resultados no son satisfactorios, teníamos unas expectativas diferentes; nos preocupa la perdida de apoyos del bloque progresista", aseguró Pablo Iglesias, candidato de Unidos Podemos, que fue el primero en comparecer para valorar los resultados.

"Es verdad que nos consolidamos como espacio, y que lo que hicimos cambió la historia de nuestro país, pero nos preocupa que el PP y el bloque conservador sume más apoyos", añadió el dirigente antiajuste, que se mostró sorprendido por los resultados y reconoció que el PP es claro ganador.

Sanchez, que salió vivo pese a que nuevamente obtuvo los peores resultados históricos del PSOE, deberá tomar la difícil decisión de permitir que el PP siga gobernando o no.
"Espero que el señor Iglesias reflexione sobre estos resultados, tuvo en sus manos poner fin al gobierno de Mariano Rajoy que tanto daño ha hecho a la clase media y trabajadora, pero su intransigencia ha provocado la mejora de los resultados de la derecha", aseguró Sánchez, reprochando una vez más al líder de Podemos que no lo haya apoyado cuando intentó formar gobierno.

"No estoy satisfecho, los socialistas queríamos ganar, pero con todo en contra hemos logrado mantener la condición de partido hegemónico de la izquierda", añadió.
Sánchez sostuvo que el PSOE pondrá sus resultados "en beneficio de los ciudadanos, que han reclamado cambio", pero no insinuó que vaya a intentar un gobierno alternativo al PP como hizo después de las elecciones de diciembre.

"Nuestro compromiso con la ciudadanía será el mismo: erradicar la pobreza, reivindicar un trabajo digno, regenerar la vida democrática, acabar con la corrupción y reformar la constitución española", subrayó.
PP y Ciudadanos suman 169 escaños frente a los 163 de hace seis meses, en comparación al PSOE y Podemos, que tenían 159 y ahora obtiene 156.

La aritmética es bastante similar, pero el hecho de que los conservadores hayan crecido en detrimento de Ciudadanos permite a Rajoy presionar a Rivera, quien pidió su cabeza a cambio de apoyar al PP.
Ante los resultados, el líder liberal ya se mostró hoy dispuesto a negociar pero dejó claro que su apoyo tendrá un costo político, aunque esta vez, por cortesía, no nombró a Rajoy.

"Quiero decirles al PP y al PSOE que si están dispuestos a sentarse en una mesa para formar gobierno, nosotros estaremos. Pero si la condición son sillones, estaremos en la oposición", remarcó.
"No hemos venido para que nada cambie", insistió el líder de Ciudadanos, quien reivindicó el papel de centrista de su partido y pidió una reforma urgente del sistema electoral, que castigó a su partido.

Ante la repetición de las elecciones, una de las claves era la movilización, ya que todos los partidos apostaban por sumar nuevos apoyos para reforzar sus posiciones. Sin embargo, la participación apenas varió unas décimas, ya que fue de 69,84% frente a 69,67% de diciembre.

Las elecciones tuvieron lugar en un contexto de hartazgo y decepción de los ciudadanos con sus dirigentes políticos, que fueron incapaces de formar gobierno tras los comicios de diciembre, que pusieron fin al bipartidismo e inauguraron una etapa más plural, pero al mismo tiempo sumieron al país en un bloqueo político inédito.

Además, los españoles votaron en plena conmoción por la decisión del Reino Unido de dejar la Unión Europea, una noticia que abrió una crisis sin precedentes en el bloque regional, lo que pudo haber influido en los resultados, beneficiando a Rajoy, que explotó el discurso del miedo y pidió a los ciudadanos envíen un mensaje de "estabilidad".

Lo que no parece haber tenido impacto en la votación es el escándalo de conspiración contra dirigentes independentistas catalanes que irrumpió en el final de la campaña y que compromete directamente a Rajoy y a su ministro del interior, Jorge Fernández Díaz.

Un nuevo fracaso para formar una coalición de gobierno en este momento sería inasumible, puesto que España sería el único país de la UE sin gobierno y con un gran agujero fiscal en plena transición de la salida del Reino Unido del bloque europeo.
Por lo tanto, Londres le sumó a la dirigencia española un incentivo más para pactar; sin embargo, aún es muy pronto para saber si esto sucederá.


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