Una sonda de la NASA ingresa a la atmósfera de Júpiter

La sonda Juno de la NASA llegará esta noche a la órbita de Júpiter, el planeta más grande del sistema solar, tras cinco años de vuelo y más de 3.000 millones de kilómetros recorridos y con los récords de ser la primera nave impulsada por energía solar en una misión tan lejana y la primera que orbita un planeta exterior (los que están más allá del cinturón de asteroides) de polo a polo.

04 JUL 2016 - 10:25 | Actualizado

Juno (JupiterNear-polarOrbiter) es el primer vehículo espacial a energía solar comprometido en una misión tan lejana del sol, el primero en estudiar los polos de Júpiter y en analizar el núcleo interno.

Lanzada el 5 de agosto de 2011, está previsto que a las 22.30 EDT (23.30 de Argentina) la sonda ejecute una maniobra de inserción en la órbita de Júpiter con una reducción de velocidad de 1.950 kilómetros por hora. Una vez allí, se aproximará a las nubes superiores del planeta cada 14 días hasta culminar la misión en febrero de 2018, cuando está previsto que choque intencionadamente en la atmósfera del planeta.

La nave no tripulada, que con los paneles solares desplegados ocupa un tamaño similar al de una cancha de básquet, es la primera diseñada para operar en el corazón de los cinturones de radiación de Júpiter, la primera en llegar a 2.575 kilómetros de sus nubes superiores y la que tomará las imágenes con mayor resolución vistas nunca del planeta gigante.

El objetivo de la misión, informó la NASA en su sitio web, es reconstruir el origen de este planeta gigante, que con su presencia condicionó la estructura del sistema solar. Además de capturar las imágenes de las auroras polares, la nave estudiará los estratos superiores de la atmósfera en busca de metano, vapor líquido, amoníaco y fosfina.

La sonda estadounidense será también la primera en observar lo que hay debajo de las densas nubes del planeta, por eso la misión lleva el nombre de la diosa Juno, hermana y esposa de Júpiter, que según la mitología romana, podía ver a través de las nubes.

Para la agencia espacial estadounidense, esta misión supone "dar un paso de gigante hacia la comprensión de cómo se formaron los planetas gigantes y del papel que jugaron en la formación del resto del sistema solar".

Los planetas gigantes, también llamados exteriores o gaseosos, son aquellos que están situados más allá del cinturón de asteroides, es decir, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Júpiter fue probablemente el primero de los planetas en formarse alrededor del sol porque contiene muchos de los mismos gases ligeros de los que está hecho el astro, hidrógeno y helio, explica la NASA en la extensa documentación que ha publicado sobre esta misión.

Para estar compuesto principalmente de hidrógeno y helio, Júpiter se debió haber formado mientras había muchos de esos gases ligeros alrededor, es decir, cuando el sistema solar era joven.

La misión de Juno tiene una inversión total de 1.300 millones de dólares y es la segunda sonda diseñada por el programa de la NASA "New Frontiers", tras "New Horizons", que se aproximó a Plutón en julio de 2015 después de nueve años y medio de travesía espacial.

Júpiter brilla con una aurora polar que lo corona, que en el pasado fue fotografiada por el telescopio Hubble. Al igual que en la Tierra, las auroras se producen por el encuentro de partículas arrojadas por el viento solar con el campo magnético del planeta.

Cuando la sonda de la agencia espacial estadounidense esté orbitando Júpiter, el Hubble continuará observando y midiendo las auroras, mientras que Juno desmenuzará las características del viento solar.

"Las de Júpiter son las auroras más activas jamás vistas y parece casi que el planeta prepara una fiesta con fuegos artificiales para el arribo de Juno", dijo Jonathan Nichols, responsable de la investigación y especialista de la universidad británica de Leicester.

Vistas por primera vez en 1979, por la sonda Voyager 1, las auroras de Júpiter fueron observadas de nuevo en 2000 por la sonda Cassini, enviada con la colaboración entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI).

Pero recién ahora se lograron las imágenes más detalladas, que permiten determinar, por ejemplo, que ocupan una superficie mayor a la de la Tierra y que tienen centenares de veces más energía que las observadas en nuestro planeta.

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04 JUL 2016 - 10:25

Juno (JupiterNear-polarOrbiter) es el primer vehículo espacial a energía solar comprometido en una misión tan lejana del sol, el primero en estudiar los polos de Júpiter y en analizar el núcleo interno.

Lanzada el 5 de agosto de 2011, está previsto que a las 22.30 EDT (23.30 de Argentina) la sonda ejecute una maniobra de inserción en la órbita de Júpiter con una reducción de velocidad de 1.950 kilómetros por hora. Una vez allí, se aproximará a las nubes superiores del planeta cada 14 días hasta culminar la misión en febrero de 2018, cuando está previsto que choque intencionadamente en la atmósfera del planeta.

La nave no tripulada, que con los paneles solares desplegados ocupa un tamaño similar al de una cancha de básquet, es la primera diseñada para operar en el corazón de los cinturones de radiación de Júpiter, la primera en llegar a 2.575 kilómetros de sus nubes superiores y la que tomará las imágenes con mayor resolución vistas nunca del planeta gigante.

El objetivo de la misión, informó la NASA en su sitio web, es reconstruir el origen de este planeta gigante, que con su presencia condicionó la estructura del sistema solar. Además de capturar las imágenes de las auroras polares, la nave estudiará los estratos superiores de la atmósfera en busca de metano, vapor líquido, amoníaco y fosfina.

La sonda estadounidense será también la primera en observar lo que hay debajo de las densas nubes del planeta, por eso la misión lleva el nombre de la diosa Juno, hermana y esposa de Júpiter, que según la mitología romana, podía ver a través de las nubes.

Para la agencia espacial estadounidense, esta misión supone "dar un paso de gigante hacia la comprensión de cómo se formaron los planetas gigantes y del papel que jugaron en la formación del resto del sistema solar".

Los planetas gigantes, también llamados exteriores o gaseosos, son aquellos que están situados más allá del cinturón de asteroides, es decir, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.

Júpiter fue probablemente el primero de los planetas en formarse alrededor del sol porque contiene muchos de los mismos gases ligeros de los que está hecho el astro, hidrógeno y helio, explica la NASA en la extensa documentación que ha publicado sobre esta misión.

Para estar compuesto principalmente de hidrógeno y helio, Júpiter se debió haber formado mientras había muchos de esos gases ligeros alrededor, es decir, cuando el sistema solar era joven.

La misión de Juno tiene una inversión total de 1.300 millones de dólares y es la segunda sonda diseñada por el programa de la NASA "New Frontiers", tras "New Horizons", que se aproximó a Plutón en julio de 2015 después de nueve años y medio de travesía espacial.

Júpiter brilla con una aurora polar que lo corona, que en el pasado fue fotografiada por el telescopio Hubble. Al igual que en la Tierra, las auroras se producen por el encuentro de partículas arrojadas por el viento solar con el campo magnético del planeta.

Cuando la sonda de la agencia espacial estadounidense esté orbitando Júpiter, el Hubble continuará observando y midiendo las auroras, mientras que Juno desmenuzará las características del viento solar.

"Las de Júpiter son las auroras más activas jamás vistas y parece casi que el planeta prepara una fiesta con fuegos artificiales para el arribo de Juno", dijo Jonathan Nichols, responsable de la investigación y especialista de la universidad británica de Leicester.

Vistas por primera vez en 1979, por la sonda Voyager 1, las auroras de Júpiter fueron observadas de nuevo en 2000 por la sonda Cassini, enviada con la colaboración entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI).

Pero recién ahora se lograron las imágenes más detalladas, que permiten determinar, por ejemplo, que ocupan una superficie mayor a la de la Tierra y que tienen centenares de veces más energía que las observadas en nuestro planeta.


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