Creen que la ballena que murió en Río Negro sufrió un grado de estrés extremo

La necropsia fue realizada por especialistas en el lugar donde el mamífero agonizó durante 6 días tras encallar.

07 JUL 2016 - 11:36 | Actualizado

Un equipo de biólogos del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (Cimas) de San Antonio Oeste y del programa de monitoreo sanitario de ballenas de Chubut realizó el martes la necropsia de Amancay, la ballena franca austral que quedó varada en estas costas y falleció tras una agonía de 6 días, pese a los esfuerzos por devolverla al mar.

El procedimiento servirá para tratar de determinar las posibles causas de su deceso, aunque los resultados sólo se tendrán en unos meses, tras el análisis en un laboratorio del material recabado.

Hasta ahora, del examen preliminar, se pudieron obtener dos valiosos datos. Uno de ellos es el alto grado de estrés al que estuvo expuesto el animal, lo que pudo ser determinado por el examen del líquido que se aloja detrás del cristalino de sus ojos. Esto explicaría el estado de deterioro que el cetáceo evidenciaba al momento de vararse, y su bajo nivel de respuesta ante los esfuerzos de los profesionales que intentaron ayudarlo a regresar al mar.

El otro, es que poseía unas antiguas cicatrices en su cola, que los expertos presumen que podrían haber sido por el ataque de una orca, ocurrido años atrás.

Los biólogos no trabajaron solos al realizar la necropsia, sino que pudieron reunir a un gran número de voluntarios, entre ellos, vecinos, miembros de ONG ambientalistas y estudiantes de la escuela superior de ciencias marinas de la Universidad del Comahue.

La tarea estuvo coordinada por el veterinario Matías de Martino, que lidera el programa que se desarrolla en Península Valdés. “Tomamos muestras de contenido estomacal, de piel, grasa, sangre y orina. También de imperfecciones o callosidades, porque allí suelen encontrarse virus llamados “pox” que pertenecen a una familia que ataca a los mamíferos marinos provocando manchas, cicatrices o alteraciones en su cuerpo” explicó Martino.

“Poder contar con ese material es muy importante, porque no sólo sabremos lo que podría haberle ocurrido a Amancay sino que también servirá para conocer mucho más acerca de esta especie” reflexionó el veterinario.

Uno de los temas que resta definir es si la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable provincial quiere resguardar el ejemplar y recuperar su esqueleto para su posterior exhibición.

“Todavía no nos dijeron si definieron eso. Si optan por hacerlo, el trabajo que habrá que realizar será distinto” manifestó el biólogo marino Guillermo Svendsen, que es investigador del Conicet y trabaja para el Cimas. “Es un procedimiento más engorroso porque consiste en retirar todo el músculo del cetáceo, y luego elegir un lugar para enterrarlo, para que la naturaleza complete el proceso de descomposición y los huesos queden limpios” agregó el biólogo. “Transcurrido ese tiempo, todo el material óseo se desentierra, para ser montado, un proceso que tampoco es sencillo” finalizó.

(Fuente: Diario Río Negro)

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07 JUL 2016 - 11:36

Un equipo de biólogos del Centro de Investigación Aplicada y Transferencia Tecnológica en Recursos Marinos Almirante Storni (Cimas) de San Antonio Oeste y del programa de monitoreo sanitario de ballenas de Chubut realizó el martes la necropsia de Amancay, la ballena franca austral que quedó varada en estas costas y falleció tras una agonía de 6 días, pese a los esfuerzos por devolverla al mar.

El procedimiento servirá para tratar de determinar las posibles causas de su deceso, aunque los resultados sólo se tendrán en unos meses, tras el análisis en un laboratorio del material recabado.

Hasta ahora, del examen preliminar, se pudieron obtener dos valiosos datos. Uno de ellos es el alto grado de estrés al que estuvo expuesto el animal, lo que pudo ser determinado por el examen del líquido que se aloja detrás del cristalino de sus ojos. Esto explicaría el estado de deterioro que el cetáceo evidenciaba al momento de vararse, y su bajo nivel de respuesta ante los esfuerzos de los profesionales que intentaron ayudarlo a regresar al mar.

El otro, es que poseía unas antiguas cicatrices en su cola, que los expertos presumen que podrían haber sido por el ataque de una orca, ocurrido años atrás.

Los biólogos no trabajaron solos al realizar la necropsia, sino que pudieron reunir a un gran número de voluntarios, entre ellos, vecinos, miembros de ONG ambientalistas y estudiantes de la escuela superior de ciencias marinas de la Universidad del Comahue.

La tarea estuvo coordinada por el veterinario Matías de Martino, que lidera el programa que se desarrolla en Península Valdés. “Tomamos muestras de contenido estomacal, de piel, grasa, sangre y orina. También de imperfecciones o callosidades, porque allí suelen encontrarse virus llamados “pox” que pertenecen a una familia que ataca a los mamíferos marinos provocando manchas, cicatrices o alteraciones en su cuerpo” explicó Martino.

“Poder contar con ese material es muy importante, porque no sólo sabremos lo que podría haberle ocurrido a Amancay sino que también servirá para conocer mucho más acerca de esta especie” reflexionó el veterinario.

Uno de los temas que resta definir es si la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable provincial quiere resguardar el ejemplar y recuperar su esqueleto para su posterior exhibición.

“Todavía no nos dijeron si definieron eso. Si optan por hacerlo, el trabajo que habrá que realizar será distinto” manifestó el biólogo marino Guillermo Svendsen, que es investigador del Conicet y trabaja para el Cimas. “Es un procedimiento más engorroso porque consiste en retirar todo el músculo del cetáceo, y luego elegir un lugar para enterrarlo, para que la naturaleza complete el proceso de descomposición y los huesos queden limpios” agregó el biólogo. “Transcurrido ese tiempo, todo el material óseo se desentierra, para ser montado, un proceso que tampoco es sencillo” finalizó.

(Fuente: Diario Río Negro)


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