Israel aprobó controvertida ley que restringe los DDHH

El Parlamento de Israelí aprobó una ley que impone requisitos más severos a las organizaciones defensoras de los derechos humanos y que afecta principalmente a las de tendencia de izquierda.

12 JUL 2016 - 11:55 | Actualizado

La ley, que generó controversias, obliga a todas las organizaciones que en Israel reciban más de la mitad de su dinero de Gobiernos extranjeros, a señalar este dato en sus publicaciones. Las infracciones se castigarán con multas equivalentes a 7.000 euros.

Los críticos denuncian que la ley afecta de forma injusta a organizaciones defensoras de los derechos humanos de tendencia izquierda, como Betselem y Breaking the Silence, y estigmatiza a quienes se oponen a la política israelí de ampliar los asentamientos judíos en Cisjordania.

Las organizaciones de tendencia derechista en Israel se financian sobre todo con donaciones privadas, que no están contempladas en la ley.

Al respecto, la radio israelí informó hoy que en estos momentos 27 organizaciones se verán afectadas por la ley, la mayoría de izquierda.

La ministra de Justicia de Israel, Ayelet Shaked, de la derechista Casa Judía, el partido de los colonos, explicó que la ley tiene como objetivo impedir la injerencia de países extranjeros en asuntos israelíes, informó la agencia de noticias DPA.

Por su parte, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, saludó la decisión. "La ley debe poner fin a una situación absurda en la que otros países se inmiscuyen en cuestiones internas de Israel a través de la financiación de organizaciones sin que la opinión pública israelí sea en absoluto consciente de ello", escribió en su Facebook.

El líder opositor Isaac Herzog, del Partido Laborista, en cambio, consideró que la ley es una "deshonra" par la Knesset (Parlamento) al simbolizar "signos de un fascismo en germen en la sociedad israelí".

La ley aprobada es una versión más débil de la propuesta inicial, ya que entre otras cosas se suprimió un artículo que pretendía obligar a los miembros de las organizaciones afectadas a llevar un distintivo especial en visitas al Parlamento.

La versión aprobada se limita a exigirles que hagan pública la financiación que reciben del extranjero cuando participen en sesiones en la Knesset.

12 JUL 2016 - 11:55

La ley, que generó controversias, obliga a todas las organizaciones que en Israel reciban más de la mitad de su dinero de Gobiernos extranjeros, a señalar este dato en sus publicaciones. Las infracciones se castigarán con multas equivalentes a 7.000 euros.

Los críticos denuncian que la ley afecta de forma injusta a organizaciones defensoras de los derechos humanos de tendencia izquierda, como Betselem y Breaking the Silence, y estigmatiza a quienes se oponen a la política israelí de ampliar los asentamientos judíos en Cisjordania.

Las organizaciones de tendencia derechista en Israel se financian sobre todo con donaciones privadas, que no están contempladas en la ley.

Al respecto, la radio israelí informó hoy que en estos momentos 27 organizaciones se verán afectadas por la ley, la mayoría de izquierda.

La ministra de Justicia de Israel, Ayelet Shaked, de la derechista Casa Judía, el partido de los colonos, explicó que la ley tiene como objetivo impedir la injerencia de países extranjeros en asuntos israelíes, informó la agencia de noticias DPA.

Por su parte, el primer ministro, Benjamin Netanyahu, saludó la decisión. "La ley debe poner fin a una situación absurda en la que otros países se inmiscuyen en cuestiones internas de Israel a través de la financiación de organizaciones sin que la opinión pública israelí sea en absoluto consciente de ello", escribió en su Facebook.

El líder opositor Isaac Herzog, del Partido Laborista, en cambio, consideró que la ley es una "deshonra" par la Knesset (Parlamento) al simbolizar "signos de un fascismo en germen en la sociedad israelí".

La ley aprobada es una versión más débil de la propuesta inicial, ya que entre otras cosas se suprimió un artículo que pretendía obligar a los miembros de las organizaciones afectadas a llevar un distintivo especial en visitas al Parlamento.

La versión aprobada se limita a exigirles que hagan pública la financiación que reciben del extranjero cuando participen en sesiones en la Knesset.


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