Un cardenal chino confirma acercamiento entre Beijing y el Vaticano

En un paso más del lento pero seguro con el que el papa Francisco desea acercarse a Oriente para cumplir su "sueño" de visitar China, el cardenal de ese país y arzobispo de Hong Kong, John Tong, ratificó hoy la voluntad de Beijing para alcanzar un “entendimiento” con el Vaticano, poner fin a las disputas sobre el nombramiento de obispos y normalizar unas relaciones congeladas desde hace más de medio siglo.

05 AGO 2016 - 13:49 | Actualizado

"Afortunadamente, después de trabajar muchos años en este tema la Iglesia Católica obtuvo gradualmente la reconsideración del gobierno chino, que se muestra complaciente ahora para alcanzar un entendimiento con la Santa Sede sobre la cuestión del nombramiento de obispos", escribió Tong en una carta pastoral publicada en la web de la diócesis de Hong Kong.

Tong se refiere en la carta a las relaciones diplomáticas entre ambos Estados, prácticamente rotas tras la expulsión en 1951, luego de la revolución de Mao, del entonces Nuncio Apostólico Antonio Riberi, y complicada con las trabas que venía mostrando Beijing para el normal nombramiento de Obispos de la Iglesia Católica en el país.

A diferencia del resto de los países, los Obispos en China no son nombrados desde Roma sino que son nominados por una estructura afín a Beijing y paralela a la reconocida por el Vaticano, la Asociación Patriótica Católica China.

El nombramiento de Obispos se ha convertido hoy en el principal eje de un acercamiento silencioso que desde la Santa Sede, según reconstruyó Télam de fuentes vaticanas, tiene como principales estandartes "la convicción del Papa Francisco, la visión de los jesuitas y el trabajo que hace más de diez años hace el ahora secretario de Estado Pietro Parolin, a quien su dedicación a Oriente le abrió las puertas para ser nombrado en 2013 como número dos de Bergoglio".

Durante su viaje a Corea en 2014, Francisco se convirtió en el primer Pontífice de la historia en sobrevolar el espacio aéreo chino y no ha ocultado su admiración por el jesuita Matteo Ricci, quien en el siglo XVI se convirtió en el primer occidental que logró entrar en la Ciudad Prohibida de Beijing.

La carta del cardenal de 77 años llega quince días después de que el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lu Kang, afirmara que las relaciones entre China y el Vaticano están procediendo de manera positiva y serena, gracias a los canales de comunicación fluidos y eficaces.

En febrero pasado, el entonces portavoz papal Federico Lombardi había reconocido a medios acreditados ante el Vaticano la existencia de contactos diplomáticos bilaterales en los últimos meses, incluida una delegación de la Santa Sede a Beinjing a fines de 2015.

Ese mes, el Papa dio una extensa entrevista al portal de noticias chino Asia News, en la que planteó su "admiración por China", al que describió como "un gran país que tiene mucho para ofrecer al mundo", al tiempo que llamó a un diálogo entre Occidente y Oriente "para mantener el balance de la paz" y pidió "no tener miedo" del "desafío" de la emergencia del país asiático en el contexto internacional.

En la misiva, divulgada en inglés, chino e italiano, el cardenal destaca el avance en la lectura que hace el gobierno chino, luego de "60 años en los que no entendió que el nombramiento de Obispos por el Papa es un tema interno y puramente religioso que no tiene nada que ver con la política", citando documentos del Concilio Vaticano II que sostienen que la nómina de Obispos "es la expresión de la comunión entre las Iglesias locales y la Iglesia universal".

"El objetivo del diálogo entre la Santa Sede y Beijing es que no haga daño a la unidad de la Iglesia Católica y a los derechos esenciales del Pontífice a nombrar obispos y no permitir que el derecho del Papa a hacerlo sea considerado una injerencia en los asuntos internos de China", agrega Tong, para quien un eventual acuerdo bilateral será provechoso para la libertad religiosa.

La cuestión del nombramiento de obispos provoca además que en China no exista hoy una Conferencia Episcopal, otro escollo que debería atravesarse para el restablecimiento de las relaciones entre el Vaticano y el gigante asiático en el que viven unos 12 millones de católicos, algo menos del 1% de la población.

"Esperamos que estos buenos deseos para la Iglesia en China se cumplan pronto", finaliza la misiva de Tong.

En mayo pasado, en su última mención pública al país oriental, el obispo de Roma deseó "que en este Año de la Misericordia los católicos chinos puedan, junto a cuantos siguen otras nobles tradiciones religiosas, convertirse en signo concreto de caridad y de reconciliación".

Además del nombramiento de obispos, el otro escollo que existe por el momento para el reestablecimiento pleno de relaciones entre la santa Sede y China es el reconocimiento de parte del Vaticano a Taiwán, algo que Beijing considera incompatible.

05 AGO 2016 - 13:49

"Afortunadamente, después de trabajar muchos años en este tema la Iglesia Católica obtuvo gradualmente la reconsideración del gobierno chino, que se muestra complaciente ahora para alcanzar un entendimiento con la Santa Sede sobre la cuestión del nombramiento de obispos", escribió Tong en una carta pastoral publicada en la web de la diócesis de Hong Kong.

Tong se refiere en la carta a las relaciones diplomáticas entre ambos Estados, prácticamente rotas tras la expulsión en 1951, luego de la revolución de Mao, del entonces Nuncio Apostólico Antonio Riberi, y complicada con las trabas que venía mostrando Beijing para el normal nombramiento de Obispos de la Iglesia Católica en el país.

A diferencia del resto de los países, los Obispos en China no son nombrados desde Roma sino que son nominados por una estructura afín a Beijing y paralela a la reconocida por el Vaticano, la Asociación Patriótica Católica China.

El nombramiento de Obispos se ha convertido hoy en el principal eje de un acercamiento silencioso que desde la Santa Sede, según reconstruyó Télam de fuentes vaticanas, tiene como principales estandartes "la convicción del Papa Francisco, la visión de los jesuitas y el trabajo que hace más de diez años hace el ahora secretario de Estado Pietro Parolin, a quien su dedicación a Oriente le abrió las puertas para ser nombrado en 2013 como número dos de Bergoglio".

Durante su viaje a Corea en 2014, Francisco se convirtió en el primer Pontífice de la historia en sobrevolar el espacio aéreo chino y no ha ocultado su admiración por el jesuita Matteo Ricci, quien en el siglo XVI se convirtió en el primer occidental que logró entrar en la Ciudad Prohibida de Beijing.

La carta del cardenal de 77 años llega quince días después de que el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Lu Kang, afirmara que las relaciones entre China y el Vaticano están procediendo de manera positiva y serena, gracias a los canales de comunicación fluidos y eficaces.

En febrero pasado, el entonces portavoz papal Federico Lombardi había reconocido a medios acreditados ante el Vaticano la existencia de contactos diplomáticos bilaterales en los últimos meses, incluida una delegación de la Santa Sede a Beinjing a fines de 2015.

Ese mes, el Papa dio una extensa entrevista al portal de noticias chino Asia News, en la que planteó su "admiración por China", al que describió como "un gran país que tiene mucho para ofrecer al mundo", al tiempo que llamó a un diálogo entre Occidente y Oriente "para mantener el balance de la paz" y pidió "no tener miedo" del "desafío" de la emergencia del país asiático en el contexto internacional.

En la misiva, divulgada en inglés, chino e italiano, el cardenal destaca el avance en la lectura que hace el gobierno chino, luego de "60 años en los que no entendió que el nombramiento de Obispos por el Papa es un tema interno y puramente religioso que no tiene nada que ver con la política", citando documentos del Concilio Vaticano II que sostienen que la nómina de Obispos "es la expresión de la comunión entre las Iglesias locales y la Iglesia universal".

"El objetivo del diálogo entre la Santa Sede y Beijing es que no haga daño a la unidad de la Iglesia Católica y a los derechos esenciales del Pontífice a nombrar obispos y no permitir que el derecho del Papa a hacerlo sea considerado una injerencia en los asuntos internos de China", agrega Tong, para quien un eventual acuerdo bilateral será provechoso para la libertad religiosa.

La cuestión del nombramiento de obispos provoca además que en China no exista hoy una Conferencia Episcopal, otro escollo que debería atravesarse para el restablecimiento de las relaciones entre el Vaticano y el gigante asiático en el que viven unos 12 millones de católicos, algo menos del 1% de la población.

"Esperamos que estos buenos deseos para la Iglesia en China se cumplan pronto", finaliza la misiva de Tong.

En mayo pasado, en su última mención pública al país oriental, el obispo de Roma deseó "que en este Año de la Misericordia los católicos chinos puedan, junto a cuantos siguen otras nobles tradiciones religiosas, convertirse en signo concreto de caridad y de reconciliación".

Además del nombramiento de obispos, el otro escollo que existe por el momento para el reestablecimiento pleno de relaciones entre la santa Sede y China es el reconocimiento de parte del Vaticano a Taiwán, algo que Beijing considera incompatible.


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