Trelew: querer es poder

Una joven con espina bífida fue mamá. Creen que es el primer caso que se da en la provincia. “No creía que iba a nacer hasta que lo tuve en mis brazos”, le dijo a Jornada.

Feliz. Candelaria junto a Juana, después del parto. “Con amor y cuidados, todo se puede lograr”, dice.
10 AGO 2016 - 21:12 | Actualizado

Por Lorena Leeming

El martes llegó al mundo Juana. Pesó 2,450 kilos. Su mamá, Candelaria Gutiérrez, es una joven de 24 años que padece mielomeningocele, anomalía conocida comúnmente como espina bífida. Por las características de su enfermedad llegó a temer por el desarrollo de su embarazo y el estado de salud del bebé pero todo salió muy bien. Hoy disfruta de la presencia de su hija junto a Emanuel, su pareja. “Estoy más que feliz, no lo creí hasta no tenerla en mis brazos”.

A horas de obtener el alta médica y llevar por fin a Juana a su casa, Candelaria contó su experiencia a Jornada.

Se convirtió en un ejemplo de lucha. Transmitió con hechos el mejor mensaje a mujeres que atraviesan sus mismas dificultades: “Con amor y cuidados todo se puede lograr”. Reveló que se enteró a los 3 meses que estaba embarazada y eso no le permitió prepararse, como hubiese sido conveniente, con la administración de ácido fólico pero igualmente todo marchó bien.

“Tengo muchos problemas, pero gracias a Dios todo estuvo bien. No tuve que estar mucho internada. Al quinto mes tuve un problema pero se solucionó, pude sobrellevar bien el embarazo. Fueron descomposturas normales. Después me empezó a doler la columna”, relató, sin dejar de mirar ni un segundo a su pequeña bebé.

Candelaria explicó que “mi enfermedad es mielomeningocele: espina bífida. Es cuando la columna vertebral está dividida en dos y la unen al nacer”, especificó.

La joven reveló que “me enteré del embarazo cuando estaba de tres meses. Gracias a Dios nació y está en perfectas condiciones. Estoy más que feliz”.

“Sentí mucho miedo porque tendría que haber estado tomando ácido fólico cuatro meses antes de quedar embarazada. Me hicieron ecografía urgente y me dijeron que todo estaba bien”, recordó.

Transitar los 9 meses de embarazo no fue fácil para Candelaria. Si bien nada hacía indicar que tendría algún inconveniente, no pudo evitar sentir temor. Como cualquier madre primeriza pero, en su caso, un poquito más. “La verdad es que mucho no creía que iba a nacer, hasta que la tuve en mis brazos. Gracias a Dios está muy bien y pesó 2,450 kilos”, expresó.

Su enfermedad no fue un impedimento para llegar al escalón más alto que muchas mujeres añoran: ser madre. Candelaria transmitió su experiencia y aceptó la entrevista para transmitir que todo se puede lograr. “Lo más importante es que se cuiden. Es para que el bebé esté bien”.

Se refirió a su estado. “Lo que suelo tener son problemas urinarios. Tenía miedo, más que nada, por ella. Pero está bien. Ahora tengo que cuidarme durante el proceso de la cesárea pero estoy bien”.

“Lo más importante era ella y salió todo bien”.

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Feliz. Candelaria junto a Juana, después del parto. “Con amor y cuidados, todo se puede lograr”, dice.
10 AGO 2016 - 21:12

Por Lorena Leeming

El martes llegó al mundo Juana. Pesó 2,450 kilos. Su mamá, Candelaria Gutiérrez, es una joven de 24 años que padece mielomeningocele, anomalía conocida comúnmente como espina bífida. Por las características de su enfermedad llegó a temer por el desarrollo de su embarazo y el estado de salud del bebé pero todo salió muy bien. Hoy disfruta de la presencia de su hija junto a Emanuel, su pareja. “Estoy más que feliz, no lo creí hasta no tenerla en mis brazos”.

A horas de obtener el alta médica y llevar por fin a Juana a su casa, Candelaria contó su experiencia a Jornada.

Se convirtió en un ejemplo de lucha. Transmitió con hechos el mejor mensaje a mujeres que atraviesan sus mismas dificultades: “Con amor y cuidados todo se puede lograr”. Reveló que se enteró a los 3 meses que estaba embarazada y eso no le permitió prepararse, como hubiese sido conveniente, con la administración de ácido fólico pero igualmente todo marchó bien.

“Tengo muchos problemas, pero gracias a Dios todo estuvo bien. No tuve que estar mucho internada. Al quinto mes tuve un problema pero se solucionó, pude sobrellevar bien el embarazo. Fueron descomposturas normales. Después me empezó a doler la columna”, relató, sin dejar de mirar ni un segundo a su pequeña bebé.

Candelaria explicó que “mi enfermedad es mielomeningocele: espina bífida. Es cuando la columna vertebral está dividida en dos y la unen al nacer”, especificó.

La joven reveló que “me enteré del embarazo cuando estaba de tres meses. Gracias a Dios nació y está en perfectas condiciones. Estoy más que feliz”.

“Sentí mucho miedo porque tendría que haber estado tomando ácido fólico cuatro meses antes de quedar embarazada. Me hicieron ecografía urgente y me dijeron que todo estaba bien”, recordó.

Transitar los 9 meses de embarazo no fue fácil para Candelaria. Si bien nada hacía indicar que tendría algún inconveniente, no pudo evitar sentir temor. Como cualquier madre primeriza pero, en su caso, un poquito más. “La verdad es que mucho no creía que iba a nacer, hasta que la tuve en mis brazos. Gracias a Dios está muy bien y pesó 2,450 kilos”, expresó.

Su enfermedad no fue un impedimento para llegar al escalón más alto que muchas mujeres añoran: ser madre. Candelaria transmitió su experiencia y aceptó la entrevista para transmitir que todo se puede lograr. “Lo más importante es que se cuiden. Es para que el bebé esté bien”.

Se refirió a su estado. “Lo que suelo tener son problemas urinarios. Tenía miedo, más que nada, por ella. Pero está bien. Ahora tengo que cuidarme durante el proceso de la cesárea pero estoy bien”.

“Lo más importante era ella y salió todo bien”.


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