Denuncian represalias contra opositores chinos antes de la cumbre G-20

Activistas, abogados y una ONG denunciaron hoy que las autoridades chinas han detenido o forzado a "viajar" a disidentes y otros ciudadanos en varias partes del país para prevenir protestas durante la cumbre del G20 que se celebra este fin de semana en la ciudad de Hangzhou.

01 SEP 2016 - 11:09 | Actualizado

El destacado defensor de los derechos humanos Hu Jia figura entre los activistas que fueron blanco de esta campaña del gobierno comunista, informó la agencia de noticias EFE.

Como es habitual en este tipo de ocasiones, la policía busca limitar los movimientos de personas que pueda intentar denunciar violaciones de derechos humanos frente a los líderes extranjeros que China ha empezado a recibir para el G20, y casi 50 personas se han visto afectadas, según confirmaron activistas.

"(El Gobierno) quiere que el G20 sea todo un éxito y no permitirá ningún error", consideró hoy Hu Jia desde la ciudad de Zhongshan, en el sur del país, adonde la policía le forzó a viajar hace unos días.

Hu, que habitualmente se encuentra en Beijing bajo arresto domiciliario, aseguró en declaraciones a EFE que otros activistas también están en las mismas condiciones que él.

Frances Eve, investigadora de Chinese Human Rights Defenders (CHRD), explicó que la ONG para la que trabaja desde Hong Kong ha podido confirmar que al menos seis personas han sido arrestadas, forzadas a viajar o se encuentran desaparecidas, si bien precisó que la cifra real "puede ser mucho mayor".

Desde el colectivo de abogados e intelectuales Weiquan (literalmente "Salvaguardar el Derecho"), elevaron esa cifra a 46, mientras que informan que otras dos personas han sido agredidas y amenazadas en su domicilio.

"La policía aumenta su control para prevenir ataques terroristas pero también para evitar que peticionarios, activistas o disidentes aprovechen la cumbre del G20 para hablar de las violaciones de derechos humanos con canales de televisión de otros países", consideró Hu Jia, veterano defensor de los derechos humanos y de los enfermos de sida y hepatitis B, enfermedad que él mismo padece.

Las detenciones se han producido en la ciudad que acogerá la cumbre, Hangzhou, pero también en la cercana metrópolis de Shanghái, distante 177 kilómetros, o en Beijing, como es el caso de Hu Jia.

"El G20 le ha dado la oportunidad a China de arrebatar derechos a activistas locales", denunció el abogado chino Teng Biao, que actualmente se encuentra en Estados Unidos como catedrático invitado en la Universidad de Harvard.

Teng y otros disidentes chinos se reunieron el martes pasado en Washington con la consejera de seguridad nacional de Estados Unidos, Susan Rice, para pedir que el presidente Barack Obama trate con su par Xi Jinping lo que consideran la peor crisis de derechos humanos en China desde la matanza de Tiananmen en 1989.

Teng esperó que Obama, en su último viaje a Asia antes de dejar el cargo, pueda reunirse con algunos prisioneros políticos o activistas detenidos en Hangzhou, y consideró que el líder estadounidense también debe pedir la liberación del disidente Liu Xiaobo, encarcelado desde 2009.

Liu, a igual que Obama, fue condecorado con el Nobel de la Paz, pero a diferencia del mandatario estadounidense, el disidente chino "recibió" su galardón desde la prisión china en la que aún se encuentra.

01 SEP 2016 - 11:09

El destacado defensor de los derechos humanos Hu Jia figura entre los activistas que fueron blanco de esta campaña del gobierno comunista, informó la agencia de noticias EFE.

Como es habitual en este tipo de ocasiones, la policía busca limitar los movimientos de personas que pueda intentar denunciar violaciones de derechos humanos frente a los líderes extranjeros que China ha empezado a recibir para el G20, y casi 50 personas se han visto afectadas, según confirmaron activistas.

"(El Gobierno) quiere que el G20 sea todo un éxito y no permitirá ningún error", consideró hoy Hu Jia desde la ciudad de Zhongshan, en el sur del país, adonde la policía le forzó a viajar hace unos días.

Hu, que habitualmente se encuentra en Beijing bajo arresto domiciliario, aseguró en declaraciones a EFE que otros activistas también están en las mismas condiciones que él.

Frances Eve, investigadora de Chinese Human Rights Defenders (CHRD), explicó que la ONG para la que trabaja desde Hong Kong ha podido confirmar que al menos seis personas han sido arrestadas, forzadas a viajar o se encuentran desaparecidas, si bien precisó que la cifra real "puede ser mucho mayor".

Desde el colectivo de abogados e intelectuales Weiquan (literalmente "Salvaguardar el Derecho"), elevaron esa cifra a 46, mientras que informan que otras dos personas han sido agredidas y amenazadas en su domicilio.

"La policía aumenta su control para prevenir ataques terroristas pero también para evitar que peticionarios, activistas o disidentes aprovechen la cumbre del G20 para hablar de las violaciones de derechos humanos con canales de televisión de otros países", consideró Hu Jia, veterano defensor de los derechos humanos y de los enfermos de sida y hepatitis B, enfermedad que él mismo padece.

Las detenciones se han producido en la ciudad que acogerá la cumbre, Hangzhou, pero también en la cercana metrópolis de Shanghái, distante 177 kilómetros, o en Beijing, como es el caso de Hu Jia.

"El G20 le ha dado la oportunidad a China de arrebatar derechos a activistas locales", denunció el abogado chino Teng Biao, que actualmente se encuentra en Estados Unidos como catedrático invitado en la Universidad de Harvard.

Teng y otros disidentes chinos se reunieron el martes pasado en Washington con la consejera de seguridad nacional de Estados Unidos, Susan Rice, para pedir que el presidente Barack Obama trate con su par Xi Jinping lo que consideran la peor crisis de derechos humanos en China desde la matanza de Tiananmen en 1989.

Teng esperó que Obama, en su último viaje a Asia antes de dejar el cargo, pueda reunirse con algunos prisioneros políticos o activistas detenidos en Hangzhou, y consideró que el líder estadounidense también debe pedir la liberación del disidente Liu Xiaobo, encarcelado desde 2009.

Liu, a igual que Obama, fue condecorado con el Nobel de la Paz, pero a diferencia del mandatario estadounidense, el disidente chino "recibió" su galardón desde la prisión china en la que aún se encuentra.


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