Una chubutense pelea por formar una familia con su marido iraquí

Se llama Natalia y es de Comodoro Rivadavia. Se casó a distancia con Naser, un kurdo nacido en Irak. Las autoridades aprobaron un matrimonio a distancia pero ahora le niegan a él un permiso para ingresar en Argentina. Ella asegura que “están pasando sobre todas las leyes y tratados internacionales”. Una fundación de Trelew se involucró en el tema y esperan respuestas de Migraciones.

Natalia y Naser cuando se encontraron en Turquía
02 SEP 2016 - 1:20 | Actualizado


Más de 14 mil kilómetros separan hoy a Natalia Sandobal de Naser Tahseen Noori, su esposo iraquí. Ella es argentina y vive en Comodoro Rivadavia. Él está en Bastora, un pueblo cercano a Erbil, la capital del Kurdistán autónomo dentro de Irak.
Desde diciembre del año pasado están casados legalmente para la ley argentina, pero el país impide el ingreso de Naser y la lucha que inició la joven comodorense en solitario, recibió desde hace algunas semanas la colaboración de la “Fundación Los Cedros” que dirige Gustavo Chaina, institución que ha concretado una presentación ante la sede de Migraciones en Rawson para que expliquen porque no permiten el ingreso del esposo de Natalia al país.

“Naser es kurdo iraquí. Kurdistan es una nación sin estado, la cual no es reconocida, entonces si un kurdo nace en Irak es iraquí, si nace en Siria es sirio, en Irán es iraní o si nace en Turquía es turco” cuenta Natalia Sandoval, una joven profesora de inglés de Comodoro Rivadavia, que el 7 de diciembre de 2015 se casó a distancia con el hombre con quien sueña formar una familia en la Patagonia.

Ellos se conocieron en el 2013 a través de las redes sociales y por amigos en común. A principios del 2014 Naser tramitó una visa de turista ante la embajada argentina en Irán –en Irak no hay representación diplomática de nuestro país- pero el pedido fue denegado “porque no cumplía con los requisitos” según consignaron en aquel momento momento las autoridades, y según Natalia “sin dar detalles” sobre las exigencias que por aquel entonces el joven iraquí no cumplía. La joven asegura que se presentó toda la documentación, incluso aquella que certificaba que no poseía antecedentes en su país de origen ni en interpol.

Ese mismo acortaron las distancias cibernéticas y ambos viajaron a Turquía, donde se vieron cara a cara sin una pantalla de por medio.  Ambos programaron encuentros a futuros, pero la permanente situación de tensión y escalada bélica en medio oriente hicieron que Natalia no viajara nuevamente a la zona donde vive Naser.

El año pasado tomaron la decisión de casarse, amparados en la legislación nacional que permite que dos personas contraigan matrimonio a distancia, siempre cumpliendo los requisitos que la normativa establece para validar tal acto. La ceremonia se concretó a principios de diciembre del año pasado en un registro civil de Comodoro Rivadavia y el 4 de enero del 2016 Natalia presentó la documentación para solicitar el ingreso de Naser a Argentina por ramificación familiar.

“El trámite iba a llevar 90 días y ya llevamos 8 meses con este tema” cuenta Natalia y explica que las autoridades de nuestro país le niegan el permiso a su marido “diciendo que la razón de la denegación es el rechazo a la VISA de turista que pidió en 2014, que era porque supuestamente no cumplía los requisitos, pero no sabemos, y nunca nos informaron cuales eran esos motivos”.

La lucha de la joven comodorense, que presentó un recurso de reconsideración ante la negativa de que su esposo ingrese al país y puedan formar una familia, sumó en los últimos días el acompañamiento de la Fundación Los Cedros de Trelew que dirige Gustavo Chaina.

“Esta odisea que nos ha llevado a contactar por suerte a Gustavo, a la fundación Los Cedros. Apenas lo contacte ofreció su ayuda y comenzó a realizar las gestiones necesarias ante Migraciones. Mi familia, mi esposo y yo estamos sumamente agradecidos por lo que está haciendo, por su compromiso con nuestra causa, y por su actitud optimista  y de aliento que nos da día a día. Sin prejuicio alguno decidió transitar este camino burocrático difícil pero no imposible junto a nosotros” dice Natalia sobre la labor de Chaina, que a través de su fundación concretó una presentación en la delegación provincial de Migraciones en Rawson para pedir que se informen los motivos del rechazo al pedido de ingreso de Naser Tahseen Noori al país.

La joven dijo “estamos haciendo las cosas de manera legal, siempre apostamos a eso” y opinó que a su parecer la decisión “tiene que ver con esto prejuicio sobre su nacionalidad. No veo yo que motivos existen para impedir un ingreso por ramificación familiar; están pasando sobre todas las leyes, sobre los tratados internacionales, sobre la Constitución Nacional, sobre la ley de migraciones que garantiza la ramificación familiar, entonces a mí lo que me parece es que tiene que ver sobre el prejuicio que hay sobre su nacionalidad”.
 

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Más de 14 mil kilómetros separan hoy a Natalia Sandobal de Naser Tahseen Noori, su esposo iraquí. Ella es argentina y vive en Comodoro Rivadavia. Él está en Bastora, un pueblo cercano a Erbil, la capital del Kurdistán autónomo dentro de Irak.
Desde diciembre del año pasado están casados legalmente para la ley argentina, pero el país impide el ingreso de Naser y la lucha que inició la joven comodorense en solitario, recibió desde hace algunas semanas la colaboración de la “Fundación Los Cedros” que dirige Gustavo Chaina, institución que ha concretado una presentación ante la sede de Migraciones en Rawson para que expliquen porque no permiten el ingreso del esposo de Natalia al país.

“Naser es kurdo iraquí. Kurdistan es una nación sin estado, la cual no es reconocida, entonces si un kurdo nace en Irak es iraquí, si nace en Siria es sirio, en Irán es iraní o si nace en Turquía es turco” cuenta Natalia Sandoval, una joven profesora de inglés de Comodoro Rivadavia, que el 7 de diciembre de 2015 se casó a distancia con el hombre con quien sueña formar una familia en la Patagonia.

Ellos se conocieron en el 2013 a través de las redes sociales y por amigos en común. A principios del 2014 Naser tramitó una visa de turista ante la embajada argentina en Irán –en Irak no hay representación diplomática de nuestro país- pero el pedido fue denegado “porque no cumplía con los requisitos” según consignaron en aquel momento momento las autoridades, y según Natalia “sin dar detalles” sobre las exigencias que por aquel entonces el joven iraquí no cumplía. La joven asegura que se presentó toda la documentación, incluso aquella que certificaba que no poseía antecedentes en su país de origen ni en interpol.

Ese mismo acortaron las distancias cibernéticas y ambos viajaron a Turquía, donde se vieron cara a cara sin una pantalla de por medio.  Ambos programaron encuentros a futuros, pero la permanente situación de tensión y escalada bélica en medio oriente hicieron que Natalia no viajara nuevamente a la zona donde vive Naser.

El año pasado tomaron la decisión de casarse, amparados en la legislación nacional que permite que dos personas contraigan matrimonio a distancia, siempre cumpliendo los requisitos que la normativa establece para validar tal acto. La ceremonia se concretó a principios de diciembre del año pasado en un registro civil de Comodoro Rivadavia y el 4 de enero del 2016 Natalia presentó la documentación para solicitar el ingreso de Naser a Argentina por ramificación familiar.

“El trámite iba a llevar 90 días y ya llevamos 8 meses con este tema” cuenta Natalia y explica que las autoridades de nuestro país le niegan el permiso a su marido “diciendo que la razón de la denegación es el rechazo a la VISA de turista que pidió en 2014, que era porque supuestamente no cumplía los requisitos, pero no sabemos, y nunca nos informaron cuales eran esos motivos”.

La lucha de la joven comodorense, que presentó un recurso de reconsideración ante la negativa de que su esposo ingrese al país y puedan formar una familia, sumó en los últimos días el acompañamiento de la Fundación Los Cedros de Trelew que dirige Gustavo Chaina.

“Esta odisea que nos ha llevado a contactar por suerte a Gustavo, a la fundación Los Cedros. Apenas lo contacte ofreció su ayuda y comenzó a realizar las gestiones necesarias ante Migraciones. Mi familia, mi esposo y yo estamos sumamente agradecidos por lo que está haciendo, por su compromiso con nuestra causa, y por su actitud optimista  y de aliento que nos da día a día. Sin prejuicio alguno decidió transitar este camino burocrático difícil pero no imposible junto a nosotros” dice Natalia sobre la labor de Chaina, que a través de su fundación concretó una presentación en la delegación provincial de Migraciones en Rawson para pedir que se informen los motivos del rechazo al pedido de ingreso de Naser Tahseen Noori al país.

La joven dijo “estamos haciendo las cosas de manera legal, siempre apostamos a eso” y opinó que a su parecer la decisión “tiene que ver con esto prejuicio sobre su nacionalidad. No veo yo que motivos existen para impedir un ingreso por ramificación familiar; están pasando sobre todas las leyes, sobre los tratados internacionales, sobre la Constitución Nacional, sobre la ley de migraciones que garantiza la ramificación familiar, entonces a mí lo que me parece es que tiene que ver sobre el prejuicio que hay sobre su nacionalidad”.
 


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