Pese al toque de queda no ceden las protestas en Charlotte

Cientos de personas protestaron de modo mayormente pacífico en las calles de una militarizada ciudad estadounidense de Charlotte en la tercera noche de manifestaciones raciales, pese a que regía un toque de queda decretado después del fallecimiento de un hombre herido de bala el miércoles pasado.

23 SEP 2016 - 11:26 | Actualizado

Las protestas de anoche fueron menos violentas que las de los dos días anteriores, pese a que la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a algunos de los manifestantes y que dos agentes fueron atendidos después de que los rociaran con un agente químico, de acuerdo con información del cuerpo.

Las protestas estallaron el martes después de que un policía matara a tiros al afroamericano Keith Lamont Scott, de 43 años, en el estacionamiento de un edificio de apartamentos mientras esperaba que su hijo regresara del colegio para recogerlo.

Pasada la medianoche y en vista de que los manifestantes, que protestaban de forma pacífica, no tenían intención alguna de abandonar las calles, la policía optó por no imponer el toque de queda y esperar.

Hacia la 1.30, la mayoría de las personas dieron por terminada la protesta y se dispersaron.

Las calles de Charlotte estaban llenas de soldados y blindados de la Guardia Nacional después de que el gobernador de Carolina del Norte, Pat Mc Crory, decretara ayer el estado de emergencia tras dos noches de fuertes disturbios que dejaron un muerto, varios heridos y decenas de detenidos.

Al estado de emergencia se le unió el toque de queda que decretó la alcaldesa de Charlotte, Jennifer Roberts, a partir de la medianoche y hasta las 6 ante la tercera noche de protestas, una medida que "estará en vigor cada día" hasta que concluyan los disturbios.

"Se prohíbe desplazarse por la calle, callejón, carretera o cualquier otra propiedad pública, excepto aquellos que estén buscando asistencia médica, comida o servicio necesario para el bienestar de sí mismos o sus familias", señaló Roberts en un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.

La alcaldesa decretó el toque de queda luego de informarse que un joven herido de bala durante los disturbios del miércoles a la noche falleció en el hospital.

Además del muerto, los disturbios han dejado numerosos heridos y medio centenar de detenidos.

La policía ha acusado a Scott de ir armado -en un estado en el que llevar una pistola es legal si se tiene permiso- y de suponer una "amenaza de muerte inminente" para los agentes, un relato que familiares y testigos rechazaron.

Los familiares de Scott, precisamente, tuvieron ayer acceso a los videos del suceso grabados por policías y pidieron que las imágenes se hagan públicas "inmediatamente".

El jefe de la Policía de Charlotte, Kerr Putney, dijo al diario The Charlotte Observer que, según lo que él pudo ver en las imágenes del video, la actuación del agente Brentley Vinson, autor de los disparos, estuvo justificada, y su postura fue compartida por la alcaldesa Roberts.

El abogado de la familia, Justin Bamberg, afirmó por su parte que de acuerdo con lo que pudieron observar en la cinta, Scott no muestra signos de agresividad y no se aprecia si empuña un arma, como aseguraron los uniformados en su reporte, o un libro, como afirma su familia.

El representante legal de la familia indicó que en las imágenes, tomadas por las cámaras de los agentes, es "imposible distinguir" lo que Scott sostiene en sus manos, si es que portaba algo, pero cuando fue abatido tenía las manos en sus costados y "caminaba lentamente hacia atrás".

Ante la diversidad de opiniones, la familia pidió a la Oficina Estatal de Investigación de Carolina del Norte (SBI) que investigue lo sucedido, y esta agencia informó que comenzó sus pesquisas y determinará si el agente que disparó es imputado o no.

Mientras en Charlotte seguían las protestas, en Tulsa, estado de Oklahoma, también en el ojo del huracán por un caso de presunta violencia policial, el fiscal del condado presentó cargos contra una agente acusada de haber disparado contra un afroamericano desarmado.

La Fiscalía de Tulsa anunció anoche que Betty Shelby, una agente de policía blanca, tendrá que enfrentarse a un cargo de homicidio en primer grado por la muerte de Terence Crutcher, un hombre de 40 años al que se le averió la furgoneta en una zona boscosa de la ciudad, lugar en el que fue abatido.

Las muertes de Crutcher y Scott se enmarcan dentro de los episodios de tensión racial que ha vivido Estados Unidos desde hace dos años, especialmente tras la muerte en Ferguson, estado de Missouri, en agosto de 2014 del joven negro Michael Brown.

23 SEP 2016 - 11:26

Las protestas de anoche fueron menos violentas que las de los dos días anteriores, pese a que la policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a algunos de los manifestantes y que dos agentes fueron atendidos después de que los rociaran con un agente químico, de acuerdo con información del cuerpo.

Las protestas estallaron el martes después de que un policía matara a tiros al afroamericano Keith Lamont Scott, de 43 años, en el estacionamiento de un edificio de apartamentos mientras esperaba que su hijo regresara del colegio para recogerlo.

Pasada la medianoche y en vista de que los manifestantes, que protestaban de forma pacífica, no tenían intención alguna de abandonar las calles, la policía optó por no imponer el toque de queda y esperar.

Hacia la 1.30, la mayoría de las personas dieron por terminada la protesta y se dispersaron.

Las calles de Charlotte estaban llenas de soldados y blindados de la Guardia Nacional después de que el gobernador de Carolina del Norte, Pat Mc Crory, decretara ayer el estado de emergencia tras dos noches de fuertes disturbios que dejaron un muerto, varios heridos y decenas de detenidos.

Al estado de emergencia se le unió el toque de queda que decretó la alcaldesa de Charlotte, Jennifer Roberts, a partir de la medianoche y hasta las 6 ante la tercera noche de protestas, una medida que "estará en vigor cada día" hasta que concluyan los disturbios.

"Se prohíbe desplazarse por la calle, callejón, carretera o cualquier otra propiedad pública, excepto aquellos que estén buscando asistencia médica, comida o servicio necesario para el bienestar de sí mismos o sus familias", señaló Roberts en un comunicado, citado por la agencia de noticias EFE.

La alcaldesa decretó el toque de queda luego de informarse que un joven herido de bala durante los disturbios del miércoles a la noche falleció en el hospital.

Además del muerto, los disturbios han dejado numerosos heridos y medio centenar de detenidos.

La policía ha acusado a Scott de ir armado -en un estado en el que llevar una pistola es legal si se tiene permiso- y de suponer una "amenaza de muerte inminente" para los agentes, un relato que familiares y testigos rechazaron.

Los familiares de Scott, precisamente, tuvieron ayer acceso a los videos del suceso grabados por policías y pidieron que las imágenes se hagan públicas "inmediatamente".

El jefe de la Policía de Charlotte, Kerr Putney, dijo al diario The Charlotte Observer que, según lo que él pudo ver en las imágenes del video, la actuación del agente Brentley Vinson, autor de los disparos, estuvo justificada, y su postura fue compartida por la alcaldesa Roberts.

El abogado de la familia, Justin Bamberg, afirmó por su parte que de acuerdo con lo que pudieron observar en la cinta, Scott no muestra signos de agresividad y no se aprecia si empuña un arma, como aseguraron los uniformados en su reporte, o un libro, como afirma su familia.

El representante legal de la familia indicó que en las imágenes, tomadas por las cámaras de los agentes, es "imposible distinguir" lo que Scott sostiene en sus manos, si es que portaba algo, pero cuando fue abatido tenía las manos en sus costados y "caminaba lentamente hacia atrás".

Ante la diversidad de opiniones, la familia pidió a la Oficina Estatal de Investigación de Carolina del Norte (SBI) que investigue lo sucedido, y esta agencia informó que comenzó sus pesquisas y determinará si el agente que disparó es imputado o no.

Mientras en Charlotte seguían las protestas, en Tulsa, estado de Oklahoma, también en el ojo del huracán por un caso de presunta violencia policial, el fiscal del condado presentó cargos contra una agente acusada de haber disparado contra un afroamericano desarmado.

La Fiscalía de Tulsa anunció anoche que Betty Shelby, una agente de policía blanca, tendrá que enfrentarse a un cargo de homicidio en primer grado por la muerte de Terence Crutcher, un hombre de 40 años al que se le averió la furgoneta en una zona boscosa de la ciudad, lugar en el que fue abatido.

Las muertes de Crutcher y Scott se enmarcan dentro de los episodios de tensión racial que ha vivido Estados Unidos desde hace dos años, especialmente tras la muerte en Ferguson, estado de Missouri, en agosto de 2014 del joven negro Michael Brown.


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