Longo colaboró con el museo Garage de Moscú, fundado en 2008 por el multimillonario Román Abramóvich, para montar la exposición "Prueba", que repasa las conexiones entre los tres artistas, su desapego al poder y sus visiones de las turbulencias que les tocaron vivir, informó la agencia de noticias Efe.
Goya habla de la España de principios del siglo XIX que intentaba liberarse de la invasión napoleónica, Eisenstein de la Revolución Bolchevique de 1917 y Longo de finales del siglo XXI.
"Un artista nos puede ofrecer una visión fresca sobre lo que ocurre en el mundo, diferente a los medios. Por eso elegimos el blanco y negro, el color de las noticias", señaló a Efe Kate Fowle, curadora de la muestra.
Para ello, el Museo Central de Historia Contemporánea de Rusia cedió 49 trabajos de Goya, que incluyen los "Desastres de la Guerra", "Los disparates", "Los caprichos" y "Tauromaquia".
Instalados "en una especie de lugar santo", definió Longo, los aguafuertes llevan de la mano al visitante a la España de principios del siglo XIX, lastrada por la violencia, los prejuicios y la superstición.
Longo colaboró con el museo Garage de Moscú, fundado en 2008 por el multimillonario Román Abramóvich, para montar la exposición "Prueba", que repasa las conexiones entre los tres artistas, su desapego al poder y sus visiones de las turbulencias que les tocaron vivir, informó la agencia de noticias Efe.
Goya habla de la España de principios del siglo XIX que intentaba liberarse de la invasión napoleónica, Eisenstein de la Revolución Bolchevique de 1917 y Longo de finales del siglo XXI.
"Un artista nos puede ofrecer una visión fresca sobre lo que ocurre en el mundo, diferente a los medios. Por eso elegimos el blanco y negro, el color de las noticias", señaló a Efe Kate Fowle, curadora de la muestra.
Para ello, el Museo Central de Historia Contemporánea de Rusia cedió 49 trabajos de Goya, que incluyen los "Desastres de la Guerra", "Los disparates", "Los caprichos" y "Tauromaquia".
Instalados "en una especie de lugar santo", definió Longo, los aguafuertes llevan de la mano al visitante a la España de principios del siglo XIX, lastrada por la violencia, los prejuicios y la superstición.