Héroe inesperado de apellido complicado

Gustavo Schischke es habitual suplente en Racing y atravesaba una sequía goleadora. Suele arrancar las prácticas veinte minutos tarde por su trabajo en Gaiman. Pero convirtió el gol en Cutral Có que mantuvo a la “Academia” con opciones. “Volvimos a estar en carrera”, comentó el atacante.

Una máquina fuera y dentro del área. Schischke recibió a Jornada en pleno uso de la cortadora de césped.
10 OCT 2016 - 21:49 | Actualizado

Al ser infrecuente, pronunciar o escribir su apellido correctamente acarrea cierta difilcutad. Se lo nombra y redacta de cien modos. No es sencillo hacerlo. Quizás eso sea un reflejo de su vida deportiva y personal, asociada al sacrificio.

Pero tanto obstáculo superado tuvo su recompensa. Gustavo Schischke, tal como consignó Jornada ayer, marcó el gol del triunfo ante Alianza de Cutral Có. No era un partido accesible por el impacto sufrido post derrota ante Germinal en el clásico. Pero la conquista de Schischke le dio a la “Academia” el oxígeno que precisaba.

La tenacidad

“No venía dulce, no venía haciendo buenos partidos. El sábado, un día antes de jugar, charlamos con el técnico. Me jugaba mucho y el equipo se jugaba mucho. Estoy contento por mi gol y la asistencia de taco al “Piojo”, pero lo importante es haber ganado un partido duro”, le comentó Schischke a Jornada, a quien recibió en su hogar en Gaiman, mientras cortaba el césped de su domicilio.

Haber sido el salvador del fin de semana para un Racing acostumbrado a ganar con el corazón en la mano, es una culminación de un largo camino para el “Tanque”, que empezó a inicios de este año.

Procedente de Gaiman FC, este delantero de 25 años arribó con nueve kilos de sobrepeso. Acondicionarse físicamente para disputar un torneo federal, significó ceder terreno.

Fue un habitual suplente, inclusive en el ámbito de la Liga del Valle, donde convertir un gol en el último tiempo, le resultaba sumamente dificil. Pero las lesiones de Jonathan Price y Patricio Costa Repetto, le abrieron una hendija, que aprovechó al máximo el pasado domingo

“Agradezco al cuerpo técnico y a los compañeros. Pero la familia también es clave. Ellos están siempre. Me acompañan siempre. Cuando no juego o lo hago mal, me aluno fácilmente y no les hablo. Y me entienden”, indicó el artillero.

“Por eso, mi gol es también para ellos, para mis padres, para mi mujer Lucía y para mi hijo Ignacio, de tres años”, reseñó Schischke, mientras uno de sus perros, el caniche Toby, correteaba en el living. El otro, Oso, un “mantonegro”, estaba atado en el jardín.

El preceptor

Hay otro condimento que le da un toque más sabroso a la conquista del domingo: el obstáculo laboral. “También quiero agradecer la comprensión de todos para entrenar a destiempo. Trabajo de preceptor y preparador físico en el Colegio Aliwen. Arreglé salir más temprano. Aún así, suelo llegar con la práctica empezada. Hay quince kilómetros entre Gaiman y Trelew”, comentó.

“Ese viaje todos los días es una dificultad. Salgo de trabajar y me cambio todo apurado. No me gusta llegar tarde. Por suerte, entienden esa situación en el club”, indicó Schischke, que integra un plantel con otros futbolistas cuyos trabajos les dificultan el entrenamiento: Daniel Romero, Pablo Fierro y Daniel Rodrigo.

Fiel reflejo

La historia de Schischke es la imagen de esta “Academia”. No brilla como en el torneo pasado. Le cuesta crear juego. Por momentos, no coordina movimientos. Pese a eso, a pura tenacidad, se encuentra a tres puntos de Deportivo Rincón y a uno de Germinal, segundo y tercero en la tabla. Está en una posición expectante. Y el sábado a las 16.30, recibe por la décima fecha, a Sol de Mayo, cómodo líder de la Subzona Norte. “Volvimos a estar en carrera. Ahora viene Sol de Mayo, el mejor. Si se logra ganar y jugar como el torneo pasado, bien. Y sino, habrá que correr y meter como en Cutral Có, por ejemplo, donde terminamos acalambrados”, concluyó. Este es Gustavo Schischke, el héroe inesperado del apellido complicado.

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Una máquina fuera y dentro del área. Schischke recibió a Jornada en pleno uso de la cortadora de césped.
10 OCT 2016 - 21:49

Al ser infrecuente, pronunciar o escribir su apellido correctamente acarrea cierta difilcutad. Se lo nombra y redacta de cien modos. No es sencillo hacerlo. Quizás eso sea un reflejo de su vida deportiva y personal, asociada al sacrificio.

Pero tanto obstáculo superado tuvo su recompensa. Gustavo Schischke, tal como consignó Jornada ayer, marcó el gol del triunfo ante Alianza de Cutral Có. No era un partido accesible por el impacto sufrido post derrota ante Germinal en el clásico. Pero la conquista de Schischke le dio a la “Academia” el oxígeno que precisaba.

La tenacidad

“No venía dulce, no venía haciendo buenos partidos. El sábado, un día antes de jugar, charlamos con el técnico. Me jugaba mucho y el equipo se jugaba mucho. Estoy contento por mi gol y la asistencia de taco al “Piojo”, pero lo importante es haber ganado un partido duro”, le comentó Schischke a Jornada, a quien recibió en su hogar en Gaiman, mientras cortaba el césped de su domicilio.

Haber sido el salvador del fin de semana para un Racing acostumbrado a ganar con el corazón en la mano, es una culminación de un largo camino para el “Tanque”, que empezó a inicios de este año.

Procedente de Gaiman FC, este delantero de 25 años arribó con nueve kilos de sobrepeso. Acondicionarse físicamente para disputar un torneo federal, significó ceder terreno.

Fue un habitual suplente, inclusive en el ámbito de la Liga del Valle, donde convertir un gol en el último tiempo, le resultaba sumamente dificil. Pero las lesiones de Jonathan Price y Patricio Costa Repetto, le abrieron una hendija, que aprovechó al máximo el pasado domingo

“Agradezco al cuerpo técnico y a los compañeros. Pero la familia también es clave. Ellos están siempre. Me acompañan siempre. Cuando no juego o lo hago mal, me aluno fácilmente y no les hablo. Y me entienden”, indicó el artillero.

“Por eso, mi gol es también para ellos, para mis padres, para mi mujer Lucía y para mi hijo Ignacio, de tres años”, reseñó Schischke, mientras uno de sus perros, el caniche Toby, correteaba en el living. El otro, Oso, un “mantonegro”, estaba atado en el jardín.

El preceptor

Hay otro condimento que le da un toque más sabroso a la conquista del domingo: el obstáculo laboral. “También quiero agradecer la comprensión de todos para entrenar a destiempo. Trabajo de preceptor y preparador físico en el Colegio Aliwen. Arreglé salir más temprano. Aún así, suelo llegar con la práctica empezada. Hay quince kilómetros entre Gaiman y Trelew”, comentó.

“Ese viaje todos los días es una dificultad. Salgo de trabajar y me cambio todo apurado. No me gusta llegar tarde. Por suerte, entienden esa situación en el club”, indicó Schischke, que integra un plantel con otros futbolistas cuyos trabajos les dificultan el entrenamiento: Daniel Romero, Pablo Fierro y Daniel Rodrigo.

Fiel reflejo

La historia de Schischke es la imagen de esta “Academia”. No brilla como en el torneo pasado. Le cuesta crear juego. Por momentos, no coordina movimientos. Pese a eso, a pura tenacidad, se encuentra a tres puntos de Deportivo Rincón y a uno de Germinal, segundo y tercero en la tabla. Está en una posición expectante. Y el sábado a las 16.30, recibe por la décima fecha, a Sol de Mayo, cómodo líder de la Subzona Norte. “Volvimos a estar en carrera. Ahora viene Sol de Mayo, el mejor. Si se logra ganar y jugar como el torneo pasado, bien. Y sino, habrá que correr y meter como en Cutral Có, por ejemplo, donde terminamos acalambrados”, concluyó. Este es Gustavo Schischke, el héroe inesperado del apellido complicado.


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