Piden esclarecer el suicidio del sirio sospechoso de preparar atentado

Tras la noticia del suicidio del refugiado sirio de 22 años Yaber Albakr, quien fue detenido el lunes por sospechas de que planeaba un atentado en Berlín y que tenía lazos con el Estado Islámico, varios dirigentes reclamaron hoy explicaciones en un caso que, según ellos, tuvo desaciertos.

13 OCT 2016 - 11:11 | Actualizado

Lo ocurrido ayer tarde, dijo hoy el ministro del Interior, Thomas de Maizière, en declaraciones a la televisión pública alemana ZDF, "exige ahora realmente un esclarecimiento rápido y completo por parte de las autoridades judiciales locales".

La muerte de Jaber Albakr, refugiado sirio de 22 años en cuyo domicilio se hallaron explosivos y detonadores y cuya búsqueda tuvo en jaque al país durante el fin de semana, dificulta la investigación sobre posibles cómplices, cerebros y redes implicados en los planes de atentar en Alemania, agregó el funcionario.

"No debió haber pasado, pero lamentablemente ocurrió", agregó el titular regional de Justicia, Sebastian Gemkow, en Sajonia, quien explicó que el joven se ahorcó con una camiseta colgándose de los barrotes de su celda.

De acuerdo a la agencia de noticias EFE, la psicóloga de la prisión de Leipzig -donde estaba el joven sirio- había determinado que "no había un elevado riesgo de suicido".

Pero, antes de su ingreso, la jueza de instrucción había alertado de ese riesgo y, según manifestó el director de la prisión, Rolf Jacob, esa advertencia fue tomada en serio, por lo que se establecieron controles regulares del sospechoso primero cada 15 minutos y después cada 30.

Al entrar en la cárcel, el detenido comunicó que no aceptaría ni comida ni bebida, pero se mostró "tranquilo" en todo momento, dijo Jacob.

Y contó que durante su estadía en la prisión, Albakr rompió una lámpara y manipuló un enchufe, pero el incidente no fue considerado por los funcionarios como indicio de intento de suicidio, sino únicamente como "acto de vandalismo", agregó.

De acuerdo a los relatos oficiales, el último control fue ayer a las 19.30 y quince minutos después el sospechoso fue encontrado muerto en su celda por una guardia.

"Evidentemente, ha habido una serie de apreciaciones erróneas en lo que respecta tanto a la relevancia como al estado del preso", reconoció el viceprimer ministro sajón, Martin Dulig.

En tanto, el vicecanciller y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, sostuvo que "es un incidente aterrador que debe ser investigado", mientras que, desde la oposición, los Verdes reclamaron una reunión extraordinaria de la Comisión de Interior del Parlamento.

"Fracasar una vez es un fallo. Fracasar varias veces, es un desastre. Y si ocurre una y otra vez, hay que reflexionar si no estamos ante un fracaso institucional", advirtió la líder parlamentaria de Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt.

Albakr se escapó el sábado pasado tras una redada policial en torno a su domicilio en la localidad de Chemnitz. Aparentemente, y según información del servicio secreto, el refugiado podía cometer un atentado esta misma semana en uno de los aeropuertos de Berlín.

Según informaron medios locales, el cerco policial a su vivienda -donde se encontraron explosivos- fue poco discreto, incluso los vecinos sabían que alguien estaba siendo vigilado.

Hubo una persecución fallida y el sospechoso logró escapar y se fue, aparentemente en tren, a Leipzig, a pesar de que había cientos de agentes dedicados a su búsqueda, en un operativo de seguridad gigantesco, que tuvo en vilo a todo el país.

El joven fue arrestado en la madrugada del lunes gracias a la colaboración de otros tres refugiados sirios que lo habían acogido en su casa de Leipzig sin conocer en un primer momento de quién se trataba, según contaron ellos mismos.

El ministro de Interior alemán explicó ayer que no está claro cuándo se radicalizó el joven, que entró en Alemania en febrero del año pasado y fue reconocido como refugiado en junio. En otoño del año pasado viajó dos veces a Turquía y pasó algún tiempo en la localidad siria de Idlib, según informaciones difundidas por la cadena de televisión pública regional MDR.

13 OCT 2016 - 11:11

Lo ocurrido ayer tarde, dijo hoy el ministro del Interior, Thomas de Maizière, en declaraciones a la televisión pública alemana ZDF, "exige ahora realmente un esclarecimiento rápido y completo por parte de las autoridades judiciales locales".

La muerte de Jaber Albakr, refugiado sirio de 22 años en cuyo domicilio se hallaron explosivos y detonadores y cuya búsqueda tuvo en jaque al país durante el fin de semana, dificulta la investigación sobre posibles cómplices, cerebros y redes implicados en los planes de atentar en Alemania, agregó el funcionario.

"No debió haber pasado, pero lamentablemente ocurrió", agregó el titular regional de Justicia, Sebastian Gemkow, en Sajonia, quien explicó que el joven se ahorcó con una camiseta colgándose de los barrotes de su celda.

De acuerdo a la agencia de noticias EFE, la psicóloga de la prisión de Leipzig -donde estaba el joven sirio- había determinado que "no había un elevado riesgo de suicido".

Pero, antes de su ingreso, la jueza de instrucción había alertado de ese riesgo y, según manifestó el director de la prisión, Rolf Jacob, esa advertencia fue tomada en serio, por lo que se establecieron controles regulares del sospechoso primero cada 15 minutos y después cada 30.

Al entrar en la cárcel, el detenido comunicó que no aceptaría ni comida ni bebida, pero se mostró "tranquilo" en todo momento, dijo Jacob.

Y contó que durante su estadía en la prisión, Albakr rompió una lámpara y manipuló un enchufe, pero el incidente no fue considerado por los funcionarios como indicio de intento de suicidio, sino únicamente como "acto de vandalismo", agregó.

De acuerdo a los relatos oficiales, el último control fue ayer a las 19.30 y quince minutos después el sospechoso fue encontrado muerto en su celda por una guardia.

"Evidentemente, ha habido una serie de apreciaciones erróneas en lo que respecta tanto a la relevancia como al estado del preso", reconoció el viceprimer ministro sajón, Martin Dulig.

En tanto, el vicecanciller y líder socialdemócrata, Sigmar Gabriel, sostuvo que "es un incidente aterrador que debe ser investigado", mientras que, desde la oposición, los Verdes reclamaron una reunión extraordinaria de la Comisión de Interior del Parlamento.

"Fracasar una vez es un fallo. Fracasar varias veces, es un desastre. Y si ocurre una y otra vez, hay que reflexionar si no estamos ante un fracaso institucional", advirtió la líder parlamentaria de Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt.

Albakr se escapó el sábado pasado tras una redada policial en torno a su domicilio en la localidad de Chemnitz. Aparentemente, y según información del servicio secreto, el refugiado podía cometer un atentado esta misma semana en uno de los aeropuertos de Berlín.

Según informaron medios locales, el cerco policial a su vivienda -donde se encontraron explosivos- fue poco discreto, incluso los vecinos sabían que alguien estaba siendo vigilado.

Hubo una persecución fallida y el sospechoso logró escapar y se fue, aparentemente en tren, a Leipzig, a pesar de que había cientos de agentes dedicados a su búsqueda, en un operativo de seguridad gigantesco, que tuvo en vilo a todo el país.

El joven fue arrestado en la madrugada del lunes gracias a la colaboración de otros tres refugiados sirios que lo habían acogido en su casa de Leipzig sin conocer en un primer momento de quién se trataba, según contaron ellos mismos.

El ministro de Interior alemán explicó ayer que no está claro cuándo se radicalizó el joven, que entró en Alemania en febrero del año pasado y fue reconocido como refugiado en junio. En otoño del año pasado viajó dos veces a Turquía y pasó algún tiempo en la localidad siria de Idlib, según informaciones difundidas por la cadena de televisión pública regional MDR.


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