Según señaló el responsable de misiones solares y planetarias de la Agencia Espacial Europea (ESA), Andrea Accomazzo, la falla que hizo que el módulo experimentara el 19 de octubre una caída libre más larga de la esperada pudo deberse a un fallo en el software del aparato o un problema con los datos llegados de diferentes sensores, que podrían haber llevado al módulo a creer que su altitud era menor de lo que era.
El software y los sensores son algunos de los elementos que se reutilizarán en el sistema de aterrizaje de la misión de 2020 que, al contrario que con el Schiaparelli, contarán también con tecnología rusa y europea, detalló la agencia EFE.
No obstante, según Nature, los fallos de software son más fáciles de reparar que un problema fundamental con el hardware de aterrizaje.
El 21 de octubre, la ESA reveló que según los análisis preliminares, el Schiaparelli comenzó la maniobra de aterrizaje sin fallos, pero que a los 4 minutos y 41 segundos de una bajada de 6, algo salió mal.
En el proceso se activó el escudo término y un paracaídas antes de tiempo, señaló a Nature el científico del proyecto de ExoMars Jorge Vago, y agregó que los retropropulsores -diseñados para desacelerar el aparato durante 30 segundos hasta que éste se encontrara a metros de distancia de la superficie,- funcionaron tan sólo unos 3 segundos antes de recibir la instrucción de apagarse, dado que la computadora del módulo detectó que ya había aterrizado.
"Creo que en ese momento aún estábamos muy altos. Y el escenario más probable es que, a partir de ahí, simplemente caímos a la superficie", señaló Vago.
La nave, según señaló la ESA, cayó a una altura de entre 2 y 4 kilómetros antes de estrellarse a más de 300 kilómetros por hora.
Según señaló el responsable de misiones solares y planetarias de la Agencia Espacial Europea (ESA), Andrea Accomazzo, la falla que hizo que el módulo experimentara el 19 de octubre una caída libre más larga de la esperada pudo deberse a un fallo en el software del aparato o un problema con los datos llegados de diferentes sensores, que podrían haber llevado al módulo a creer que su altitud era menor de lo que era.
El software y los sensores son algunos de los elementos que se reutilizarán en el sistema de aterrizaje de la misión de 2020 que, al contrario que con el Schiaparelli, contarán también con tecnología rusa y europea, detalló la agencia EFE.
No obstante, según Nature, los fallos de software son más fáciles de reparar que un problema fundamental con el hardware de aterrizaje.
El 21 de octubre, la ESA reveló que según los análisis preliminares, el Schiaparelli comenzó la maniobra de aterrizaje sin fallos, pero que a los 4 minutos y 41 segundos de una bajada de 6, algo salió mal.
En el proceso se activó el escudo término y un paracaídas antes de tiempo, señaló a Nature el científico del proyecto de ExoMars Jorge Vago, y agregó que los retropropulsores -diseñados para desacelerar el aparato durante 30 segundos hasta que éste se encontrara a metros de distancia de la superficie,- funcionaron tan sólo unos 3 segundos antes de recibir la instrucción de apagarse, dado que la computadora del módulo detectó que ya había aterrizado.
"Creo que en ese momento aún estábamos muy altos. Y el escenario más probable es que, a partir de ahí, simplemente caímos a la superficie", señaló Vago.
La nave, según señaló la ESA, cayó a una altura de entre 2 y 4 kilómetros antes de estrellarse a más de 300 kilómetros por hora.