Un cóctel entre lo reciclable y lo tradicional

Entrevista a Martín Olivera, un impulsor del proyecto de viviendas para Trelew.

Dúo. Olivera (izquierda) y Necul, los jóvenes creadores de la iniciativa.
30 OCT 2016 - 21:55 | Actualizado

Martín Olivera, uno de los impulsores del proyecto, es un joven de 29 años, egresado del Colegio Padre Juan Muzio de Trelew, y actualmente trabajando en una dependencia del Estado provincial en Buenos Aires. Su compañero en este proyecto es Lucas Necul, un maestro mayor de obras que estudió en la Escuela Politécnica 702 de Rawson.

En diálogo con Jornada, Olivera destacó que “las viviendas se componen en un 80 por ciento con material reciclable y en un 20 por ciento con mampostería tradicional, porque allí estaría lo que se conoce como núcleo húmedo y pared sanitaria.”

El joven detalló, además, que “en reuniones con el intendente Maderna se planteó la posibilidad de trabajar en un plan de viviendas y con gran disposición y apertura él me ofreció la posibilidad de gestionar este proyecto en mi ciudad”.

Para ello –explicó Olivera- “me interioricé sobre las estructuras y las tareas de las cooperativas de trabajo locales y el emprendedorismo que define a Trelew, me contacté con el gerente general del GIRSU para conocer el volumen de residuos secos que se emiten y se separan en dicho consorcio, y comencé a plantear el desarrollo de la logística que supone este proyecto con los distintos secretarios municipales”.

Olivera destacó que “el municipio puso a disposición un galpón para el acopio de materia prima al tiempo que nosotros hemos tomado contacto con sectores privados interesados en aportar para que esta iniciativa con fuerte perfil social y ambiental tome forma. Contamos con la voluntad y el acompañamiento político, lo cual a veces es difícil de conseguir para encarar proyectos de este tipo que son indispensables para las personas”, destacó Olivera, que también señaló que “en la Argentina ya existen precedentes de construcciones ecológicas, tal es el caso de Misiones y Córdoba; y queremos que Trelew de el puntapié inicial en Chubut”.

Ahorro y conciencia

Olivera destacó que “con este tipo de construcciones se promueve el ahorro de energía, haciendo uso de la energía solar para transformarla en calor y darle diversos usos como la calefacción, y se intenta además generar cadenas productivas que puedan concientizar acerca del acopio de materiales aptos para su uso, concepto socio-cultural clave para que la ciudad pueda reinventarse y así convertirse en una comunidad comprometida con el medio ambiente”.

En referencia a la construcción de las viviendas, indicó que tiene la cualidad de ser “económica, resistente y segura”. En el proyecto se estima un tiempo de 3 meses para la construcción de la primera vivienda que será de 60 m2 y constará de 3 ambientes.

Asimismo explicó que “la vivienda contará con muros de Trombe-Michel (orientados al sol) que generan el efecto invernadero permitiendo potenciar la energía solar y convertirla en calor para calefaccionar la casa en invierno. Para el verano, la estructura cuenta con compartimentos que se abren y permiten que circule viento, enfriando el muro. También cuenta con colectores solares para calentar agua”.

El proyecto establece, en una primera etapa, la edificación de unas 30 viviendas de construcción modular de dos variantes: 2 y 3 ambientes. Y acerca del funcionamiento y la aplicación del proyecto, Olivera destacó la presencia de un taller barrial que “nos va a permitir que los beneficiarios se capaciten y puedan autogestionar el armado, reparación y habitación de las casas, y que adquirirá otras funciones con el tiempo”.

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30 OCT 2016 - 21:55

Martín Olivera, uno de los impulsores del proyecto, es un joven de 29 años, egresado del Colegio Padre Juan Muzio de Trelew, y actualmente trabajando en una dependencia del Estado provincial en Buenos Aires. Su compañero en este proyecto es Lucas Necul, un maestro mayor de obras que estudió en la Escuela Politécnica 702 de Rawson.

En diálogo con Jornada, Olivera destacó que “las viviendas se componen en un 80 por ciento con material reciclable y en un 20 por ciento con mampostería tradicional, porque allí estaría lo que se conoce como núcleo húmedo y pared sanitaria.”

El joven detalló, además, que “en reuniones con el intendente Maderna se planteó la posibilidad de trabajar en un plan de viviendas y con gran disposición y apertura él me ofreció la posibilidad de gestionar este proyecto en mi ciudad”.

Para ello –explicó Olivera- “me interioricé sobre las estructuras y las tareas de las cooperativas de trabajo locales y el emprendedorismo que define a Trelew, me contacté con el gerente general del GIRSU para conocer el volumen de residuos secos que se emiten y se separan en dicho consorcio, y comencé a plantear el desarrollo de la logística que supone este proyecto con los distintos secretarios municipales”.

Olivera destacó que “el municipio puso a disposición un galpón para el acopio de materia prima al tiempo que nosotros hemos tomado contacto con sectores privados interesados en aportar para que esta iniciativa con fuerte perfil social y ambiental tome forma. Contamos con la voluntad y el acompañamiento político, lo cual a veces es difícil de conseguir para encarar proyectos de este tipo que son indispensables para las personas”, destacó Olivera, que también señaló que “en la Argentina ya existen precedentes de construcciones ecológicas, tal es el caso de Misiones y Córdoba; y queremos que Trelew de el puntapié inicial en Chubut”.

Ahorro y conciencia

Olivera destacó que “con este tipo de construcciones se promueve el ahorro de energía, haciendo uso de la energía solar para transformarla en calor y darle diversos usos como la calefacción, y se intenta además generar cadenas productivas que puedan concientizar acerca del acopio de materiales aptos para su uso, concepto socio-cultural clave para que la ciudad pueda reinventarse y así convertirse en una comunidad comprometida con el medio ambiente”.

En referencia a la construcción de las viviendas, indicó que tiene la cualidad de ser “económica, resistente y segura”. En el proyecto se estima un tiempo de 3 meses para la construcción de la primera vivienda que será de 60 m2 y constará de 3 ambientes.

Asimismo explicó que “la vivienda contará con muros de Trombe-Michel (orientados al sol) que generan el efecto invernadero permitiendo potenciar la energía solar y convertirla en calor para calefaccionar la casa en invierno. Para el verano, la estructura cuenta con compartimentos que se abren y permiten que circule viento, enfriando el muro. También cuenta con colectores solares para calentar agua”.

El proyecto establece, en una primera etapa, la edificación de unas 30 viviendas de construcción modular de dos variantes: 2 y 3 ambientes. Y acerca del funcionamiento y la aplicación del proyecto, Olivera destacó la presencia de un taller barrial que “nos va a permitir que los beneficiarios se capaciten y puedan autogestionar el armado, reparación y habitación de las casas, y que adquirirá otras funciones con el tiempo”.


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