El ejército iraquí, muy cerca del principal bastión de Isis
El Ejército iraquí y sus milicias aliadas quedaron hoy a sólo cuatro kilómetros de la entrada sur de Mosul, mientras continúan los combates en el norte de esa ciudad, la última que está en manos de la milicia Estado Islámico (EI), y 24 personas murieron en una explosión y un atentado en el centro del país
El dirigente de la Policía Federal, el general Raed Yudet, informó a la agencia de noticias EFE que sus fuerzas están a solo unos cuatro kilómetros al sur de Mosul y que el número total de poblaciones liberadas al sur de la urbe entre ayer y hoy alcanza la docena.
Al mismo tiempo, el Ejército iraquí logró hoy entrar en dos barrios al norte de Mosul, Al Sada y Al Baauiza, y ahora se enfrenta con milicianos del EI para conseguir su control y seguir avanzando hacia la ciudad, el objetivo último de una masiva ofensiva que incluye al Ejército, la Policía, milicias kurdas, grupos irregulares chiitas -asesorados por Irán- y aviones de la coalición liderada por Estados Unidos.
El dirigente del frente norte del Ejército iraquí Ali al Furayi se mostró confiado en diálogo con a EFE en que en "las próximas horas los dos pueblos serán desinfectados por completo" y que las tropas "alcanzarán la entrada del cuartel militar Al Canadi, próximo a los barrios de Al Arabi y Al Hadbaa, los primeros barrios del norte de Mosul".
Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, fue capturada, con mucha facilidad, por el EI a mediados de 2014 y rápidamente la milicia fue expandiendo su control sobre los pueblos periféricos.
Son muchos los análisis de lo que pasó hace dos años y medios, sin embargo, la mayoría coincide en que los islamistas recibieron una relativa buena recepción de la población de mayoría sunnita que estaba cansada de la sistemática represión y discriminación del gobierno central de Bagdad, dominado por dirigentes chiitas, el mismo sector que ascendió al poder tras la invasión de Estados Unidos en 2003.
Mientras que la ofensiva para reconquistar Mosul avanzaba en el norte, una explosión y un atentado en el centro del país recordaron que la batalla contra el EI no se terminará con la recuperación de esa ciudad.
Al menos 24 personas murieron por el estallido de un artefacto explosivo en la ciudad de Tikrit y por un atentado en la de Samarra. Ambas ciudades se encuentran al noreste de Bagdad.
En el primer ataque, 13 personas murieron y otras 31 resultaron heridas cuando un barril lleno de explosivos estalló. El artefacto había sido dejado por combatientes del EI antes de ser expulsados de Tikrit, la capital de la provincia de Saladino, por el Ejército a finales de marzo pasado.
El barril, que estaba enterrado, llevaba una gran cantidad de explosivos y estalló cuando un grupo de obreros trabajaba sobre el terreno como parte de una obras en un puente situado en la entrada sur de la ciudad.
En el segundo ataque, al menos 11 personas fallecieron y un número similar resultó herido cuando un coche bomba fue detonado en una estación de colectivos en Samarra.
Al final de la jornada, las autoridades de las ciudades impusieron un toque de queda para evitar nuevos ataques.
El dirigente de la Policía Federal, el general Raed Yudet, informó a la agencia de noticias EFE que sus fuerzas están a solo unos cuatro kilómetros al sur de Mosul y que el número total de poblaciones liberadas al sur de la urbe entre ayer y hoy alcanza la docena.
Al mismo tiempo, el Ejército iraquí logró hoy entrar en dos barrios al norte de Mosul, Al Sada y Al Baauiza, y ahora se enfrenta con milicianos del EI para conseguir su control y seguir avanzando hacia la ciudad, el objetivo último de una masiva ofensiva que incluye al Ejército, la Policía, milicias kurdas, grupos irregulares chiitas -asesorados por Irán- y aviones de la coalición liderada por Estados Unidos.
El dirigente del frente norte del Ejército iraquí Ali al Furayi se mostró confiado en diálogo con a EFE en que en "las próximas horas los dos pueblos serán desinfectados por completo" y que las tropas "alcanzarán la entrada del cuartel militar Al Canadi, próximo a los barrios de Al Arabi y Al Hadbaa, los primeros barrios del norte de Mosul".
Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, fue capturada, con mucha facilidad, por el EI a mediados de 2014 y rápidamente la milicia fue expandiendo su control sobre los pueblos periféricos.
Son muchos los análisis de lo que pasó hace dos años y medios, sin embargo, la mayoría coincide en que los islamistas recibieron una relativa buena recepción de la población de mayoría sunnita que estaba cansada de la sistemática represión y discriminación del gobierno central de Bagdad, dominado por dirigentes chiitas, el mismo sector que ascendió al poder tras la invasión de Estados Unidos en 2003.
Mientras que la ofensiva para reconquistar Mosul avanzaba en el norte, una explosión y un atentado en el centro del país recordaron que la batalla contra el EI no se terminará con la recuperación de esa ciudad.
Al menos 24 personas murieron por el estallido de un artefacto explosivo en la ciudad de Tikrit y por un atentado en la de Samarra. Ambas ciudades se encuentran al noreste de Bagdad.
En el primer ataque, 13 personas murieron y otras 31 resultaron heridas cuando un barril lleno de explosivos estalló. El artefacto había sido dejado por combatientes del EI antes de ser expulsados de Tikrit, la capital de la provincia de Saladino, por el Ejército a finales de marzo pasado.
El barril, que estaba enterrado, llevaba una gran cantidad de explosivos y estalló cuando un grupo de obreros trabajaba sobre el terreno como parte de una obras en un puente situado en la entrada sur de la ciudad.
En el segundo ataque, al menos 11 personas fallecieron y un número similar resultó herido cuando un coche bomba fue detonado en una estación de colectivos en Samarra.
Al final de la jornada, las autoridades de las ciudades impusieron un toque de queda para evitar nuevos ataques.