Condenado a terminar la Secundaria por tener marihuana para armar tres mil porros

El joven es de Trelew y fue atrapado con la droga. Como formó una familia y consiguió trabajo, los jueces optaron por no enviarlo a la cárcel.

19 NOV 2016 - 22:10 | Actualizado

Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez

Se llama Matías O. y hace más de cuatro años fue detenido por la Policía en Trelew, con una mochila con un kilo y medio de marihuana. Quiso fugarse pero lo atraparon. Hoy tiene trabajo y familia aunque igual fue a juicio oral.

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia optó por un castigo ejemplificador, que no deje pasar su delito por tenencia simple pero tampoco interrumpa su vida normal: deberá terminar la escuela secundaria y trabajar 200 horas comunitarias para la institución de bien público que elija.

También recibió tres años de prisión condicional y abstenerse de tener y usar armas y drogas y abusar del alcohol, sin cometer nuevos delitos.

La medianoche del 19 de septiembre de 2012, Matías iba en una moto Motomel sin papeles; manejaba otro sujeto. Al llegar a Murga cerca del barrio Parque Las Margaritas de Trelew los interceptó una patrulla policial de la Comisaría Cuarta, que los notó sospechosos.

Al verlos nerviosos, la Policía les pidió que muestren el contenido de la mochila negra. Matías corrió al interior del barrio pero lo alcanzaron, con disparos de advertencia. Tras un forcejeo, se le cayó el bolso y de su interior cayeron dos bolsas negras con un kilo y medio de marihuana en dos ladrillos compactos envueltos en papel film. Los uniformados ni siquiera eran de la División Drogas Peligrosas. La droga alcanzaba para armar 3.049 porros. Fue esposado.

En su declaración, el joven explicó que la mochila no era suya sino de otro sujeto a quien le compraba marihuana para consumo personal. Lo buscó y no lo encontró. “Llegando a Las Margaritas viene la Policía atrás, prenden las luces y les dicen que se detengan; el policía les pregunta qué andaban haciendo y les pide que les muestre el contenido de la mochila, él se asusta y se va corriendo, escucha un disparo y sigue corriendo, escucha otro disparo, tira la mochila y sigue corriendo, al tercer disparo ya se cansó y lo atrapan”, describió la decisión.

Corrió porque se imaginó que la mochila ajena tenía más marihuana. “Jamás supo que en la mochila tenía tanta cantidad”, aclaró. En esos tiempos tocaba el bajo en una banda. Era consumidor y una bochita le duraba semana y media. Pero fue a rehabilitación y superó la adicción.

Demasiado castigo

El Ministerio Público Fiscal había pedido para él 4 años de prisión y una multa de 2.500 pesos. Pero los jueces Nora Cabrera de Monella, Enrique Guanziroli y Pedro de Diego recordaron que en ese entonces, Matías “había cumplido escasos 21 años y días de edad”. Ya tenía dos hijos.

Interpretaron que mandarlo a la cárcel “irrumpe en la vida hoy más ordenada del causante, sin otras secuelas criminales computables en su contra y a varios años de cometido el delito”. Y que O., más que mover la marihuana para la venta quiso asegurarla para sí en la mochila.

“No se puede pasar por alto que a la época de los hechos era un joven adicto y para satisfacer su vicio asumido, con una suerte de dependencia sicológica al producto ilegal, se vinculó con la droga más para tenerla en su poder y así poder consumirla en el futuro”.

Su acción, más que la de un transportista de tóxico prohibido en una hora y por un lugar inusual, que lo llevó a ser descubierto, “fue la propia del tenedor a sabiendas del peligroso y valioso contenido”.

Desproporcionado

Al joven no se le encontraron elementos de corte ni objetos aptos para distribuir o comerciar droga. Su moto “carecía de mayor capacidad para desarrollar un periplo de cierta envergadura que el demostrado”. La pericia en su celular no reveló vinculaciones comprometedoras ni de mayor interés.

“Castigarlo hoy, teniendo en cuenta su juventud y ausencia de antecedentes, y que lleva una familia constituida y un trabajo estables, a varios años de sucedido el delito, con una pena de prisión efectiva que le causará a él y los suyos indebidos y graves perjuicios, no es la respuesta equitativa y proporcionada al delito por un tribunal de justicia”, advirtió y admitió el fallo.#

Enterate de las noticias de PROVINCIA a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.

Las más leídas

19 NOV 2016 - 22:10

Por Rolando Tobarez / Twitter: @rtobarez

Se llama Matías O. y hace más de cuatro años fue detenido por la Policía en Trelew, con una mochila con un kilo y medio de marihuana. Quiso fugarse pero lo atraparon. Hoy tiene trabajo y familia aunque igual fue a juicio oral.

El Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia optó por un castigo ejemplificador, que no deje pasar su delito por tenencia simple pero tampoco interrumpa su vida normal: deberá terminar la escuela secundaria y trabajar 200 horas comunitarias para la institución de bien público que elija.

También recibió tres años de prisión condicional y abstenerse de tener y usar armas y drogas y abusar del alcohol, sin cometer nuevos delitos.

La medianoche del 19 de septiembre de 2012, Matías iba en una moto Motomel sin papeles; manejaba otro sujeto. Al llegar a Murga cerca del barrio Parque Las Margaritas de Trelew los interceptó una patrulla policial de la Comisaría Cuarta, que los notó sospechosos.

Al verlos nerviosos, la Policía les pidió que muestren el contenido de la mochila negra. Matías corrió al interior del barrio pero lo alcanzaron, con disparos de advertencia. Tras un forcejeo, se le cayó el bolso y de su interior cayeron dos bolsas negras con un kilo y medio de marihuana en dos ladrillos compactos envueltos en papel film. Los uniformados ni siquiera eran de la División Drogas Peligrosas. La droga alcanzaba para armar 3.049 porros. Fue esposado.

En su declaración, el joven explicó que la mochila no era suya sino de otro sujeto a quien le compraba marihuana para consumo personal. Lo buscó y no lo encontró. “Llegando a Las Margaritas viene la Policía atrás, prenden las luces y les dicen que se detengan; el policía les pregunta qué andaban haciendo y les pide que les muestre el contenido de la mochila, él se asusta y se va corriendo, escucha un disparo y sigue corriendo, escucha otro disparo, tira la mochila y sigue corriendo, al tercer disparo ya se cansó y lo atrapan”, describió la decisión.

Corrió porque se imaginó que la mochila ajena tenía más marihuana. “Jamás supo que en la mochila tenía tanta cantidad”, aclaró. En esos tiempos tocaba el bajo en una banda. Era consumidor y una bochita le duraba semana y media. Pero fue a rehabilitación y superó la adicción.

Demasiado castigo

El Ministerio Público Fiscal había pedido para él 4 años de prisión y una multa de 2.500 pesos. Pero los jueces Nora Cabrera de Monella, Enrique Guanziroli y Pedro de Diego recordaron que en ese entonces, Matías “había cumplido escasos 21 años y días de edad”. Ya tenía dos hijos.

Interpretaron que mandarlo a la cárcel “irrumpe en la vida hoy más ordenada del causante, sin otras secuelas criminales computables en su contra y a varios años de cometido el delito”. Y que O., más que mover la marihuana para la venta quiso asegurarla para sí en la mochila.

“No se puede pasar por alto que a la época de los hechos era un joven adicto y para satisfacer su vicio asumido, con una suerte de dependencia sicológica al producto ilegal, se vinculó con la droga más para tenerla en su poder y así poder consumirla en el futuro”.

Su acción, más que la de un transportista de tóxico prohibido en una hora y por un lugar inusual, que lo llevó a ser descubierto, “fue la propia del tenedor a sabiendas del peligroso y valioso contenido”.

Desproporcionado

Al joven no se le encontraron elementos de corte ni objetos aptos para distribuir o comerciar droga. Su moto “carecía de mayor capacidad para desarrollar un periplo de cierta envergadura que el demostrado”. La pericia en su celular no reveló vinculaciones comprometedoras ni de mayor interés.

“Castigarlo hoy, teniendo en cuenta su juventud y ausencia de antecedentes, y que lleva una familia constituida y un trabajo estables, a varios años de sucedido el delito, con una pena de prisión efectiva que le causará a él y los suyos indebidos y graves perjuicios, no es la respuesta equitativa y proporcionada al delito por un tribunal de justicia”, advirtió y admitió el fallo.#


NOTICIAS RELACIONADAS