El presidente lleva a su gabinete a Chapadmalal

El presidente Mauricio Macri convocó a todo su gabinete a un retiro en el predio que el Poder Ejecutivo tiene en el balneario bonaerense de Chapadmalal con la mira puesta en revisar el primer año de gestión y establecer los desafíos para el año próximo, en medio de un clima de debate interno por la relación con el peronismo y el futuro del frente Cambiemos.

28 NOV 2016 - 18:35 | Actualizado

Como anticipó Télam el 18 de noviembre pasado, el cónclave comenzará el próximo jueves por la tarde y continuará hasta el sábado al mediodía en la Unidad Turística Chapadmalal, ubicada 23 kilómetros al sur de Mar del Plata, y en donde se hospedarán los 22 ministros (o funcionarios con rango de ministros) del gabinete, además de la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo.

Quien también será parte del encuentro el jueves por la noche será la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, ya que luego de compartir en Mar del Plata junto a Macri la inauguración de una nueva planta de la empresa Havanna, por la tarde, acudirá al predio de Chapadmalal, según informaron a Télam fuentes de su gabinete.

El retiro comenzará por la noche tras un día de agenda agitado del Presidente: además del acto con Vidal en Mar del Plata, horas antes participará en la ciudad de Córdoba de la inauguración del Congreso Economía Verde, junto al gobernador Juan Schiaretti.

Dos funcionarios explicaron a Télam que lo que Macri busca con el retiro es "analizar el primer año de gestión, limar las asperezas que haya y definir metas para 2017", por lo cual cada ministro dispondrá de unos minutos para exponer, mientras que Macri brindaría el discurso ante su equipo el viernes.

El Presidente busca ajustar detalles de gestión en la previa a un año clave por las elecciones parlamentarias, y entre el gabinete es vox populi -según dejan trascender desde el oficialismo- su disconformidad con el desarrollo de obras de infraestructura y con algunos funcionarios del área económica, aunque el propio jede de Gabinete, Marcos Peña, desmintió en declaraciones públicas que se piense en cambios de gabinete.

Pero más allá de la gestión, el telón de fondo del retiro es el nuevo calor que tomó el debate interno en el PRO por la relación con el peronismo y la posible ampliación del frente electoral, impulsado por Monzó en su cadena de entrevistas a varios medios -algo inusual en un dirigente que cultiva el perfil bajo-.

Monzó llamó a la necesidad de ampliar la "sustentabilidad política" de la coalición de gobierno y dijo que Cambiemos fue tan sólo "un esquema electoral con éxito", lejos de transformarse "en un cuerpo sólido como partido político", e instó a "no tener prejuicios para sumar dirigentes" del PJ.

La discusión interna sobre la relación con el peronismo ya había cobrado temperatura en el primer semestre del año, cuando debía definirse si alcanzar un acuerdo institucional con sectores del PJ y el massismo para aceitar el tratamiento de algunos proyectos legislativos, un pacto impulsado en ese momento por Michetti, por Federico Pinedo y por el ex senador radical y cofundador de Cambiemos, Ernesto Sanz, y que finalmente se firmó acotado al ámbito parlamentario.

Esa idea, llevada a un plano más amplio y extendida al Poder Ejecutivo, sigue en boga y es apoyada también por Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, aunque resistida por asesores como Jaime Durán Barba, algunos dirigentes radicales y -en menor medida- por Peña, según dirigentes alineados a Monzó, que de todas maneras desmienten que haya negociaciones concretas con peronistas.

Para la visión de los que impulsan una integración de cuadros del PJ al Gobierno -que no significa una alianza electoral-, el oficialismo "debe sumar dirigentes que hagan cambiar la suerte en los distritos. Por ejemplo, si se le da un ministerio a (José Manuel) De la Sota y a (Omar) Perotti, eso ya cambia Córdoba y Santa Fe, por ejemplo".

Igualmente, el debate interno en el PRO sobre la relación con el PJ promete extenderse -faltan ocho meses para el cierre de listas- y estará influenciado por la relación en el Congreso, habida cuenta que en el año electoral el oficialismo espera que se tense la cuerda con el peronismo no kirchnerista y se modifique la buena sintonía exhibida todo el año, como ya se puso en evidencia con la reciente caída del tratamiento de la reforma electoral.

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28 NOV 2016 - 18:35

Como anticipó Télam el 18 de noviembre pasado, el cónclave comenzará el próximo jueves por la tarde y continuará hasta el sábado al mediodía en la Unidad Turística Chapadmalal, ubicada 23 kilómetros al sur de Mar del Plata, y en donde se hospedarán los 22 ministros (o funcionarios con rango de ministros) del gabinete, además de la vicepresidenta Gabriela Michetti, el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo.

Quien también será parte del encuentro el jueves por la noche será la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, ya que luego de compartir en Mar del Plata junto a Macri la inauguración de una nueva planta de la empresa Havanna, por la tarde, acudirá al predio de Chapadmalal, según informaron a Télam fuentes de su gabinete.

El retiro comenzará por la noche tras un día de agenda agitado del Presidente: además del acto con Vidal en Mar del Plata, horas antes participará en la ciudad de Córdoba de la inauguración del Congreso Economía Verde, junto al gobernador Juan Schiaretti.

Dos funcionarios explicaron a Télam que lo que Macri busca con el retiro es "analizar el primer año de gestión, limar las asperezas que haya y definir metas para 2017", por lo cual cada ministro dispondrá de unos minutos para exponer, mientras que Macri brindaría el discurso ante su equipo el viernes.

El Presidente busca ajustar detalles de gestión en la previa a un año clave por las elecciones parlamentarias, y entre el gabinete es vox populi -según dejan trascender desde el oficialismo- su disconformidad con el desarrollo de obras de infraestructura y con algunos funcionarios del área económica, aunque el propio jede de Gabinete, Marcos Peña, desmintió en declaraciones públicas que se piense en cambios de gabinete.

Pero más allá de la gestión, el telón de fondo del retiro es el nuevo calor que tomó el debate interno en el PRO por la relación con el peronismo y la posible ampliación del frente electoral, impulsado por Monzó en su cadena de entrevistas a varios medios -algo inusual en un dirigente que cultiva el perfil bajo-.

Monzó llamó a la necesidad de ampliar la "sustentabilidad política" de la coalición de gobierno y dijo que Cambiemos fue tan sólo "un esquema electoral con éxito", lejos de transformarse "en un cuerpo sólido como partido político", e instó a "no tener prejuicios para sumar dirigentes" del PJ.

La discusión interna sobre la relación con el peronismo ya había cobrado temperatura en el primer semestre del año, cuando debía definirse si alcanzar un acuerdo institucional con sectores del PJ y el massismo para aceitar el tratamiento de algunos proyectos legislativos, un pacto impulsado en ese momento por Michetti, por Federico Pinedo y por el ex senador radical y cofundador de Cambiemos, Ernesto Sanz, y que finalmente se firmó acotado al ámbito parlamentario.

Esa idea, llevada a un plano más amplio y extendida al Poder Ejecutivo, sigue en boga y es apoyada también por Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, aunque resistida por asesores como Jaime Durán Barba, algunos dirigentes radicales y -en menor medida- por Peña, según dirigentes alineados a Monzó, que de todas maneras desmienten que haya negociaciones concretas con peronistas.

Para la visión de los que impulsan una integración de cuadros del PJ al Gobierno -que no significa una alianza electoral-, el oficialismo "debe sumar dirigentes que hagan cambiar la suerte en los distritos. Por ejemplo, si se le da un ministerio a (José Manuel) De la Sota y a (Omar) Perotti, eso ya cambia Córdoba y Santa Fe, por ejemplo".

Igualmente, el debate interno en el PRO sobre la relación con el PJ promete extenderse -faltan ocho meses para el cierre de listas- y estará influenciado por la relación en el Congreso, habida cuenta que en el año electoral el oficialismo espera que se tense la cuerda con el peronismo no kirchnerista y se modifique la buena sintonía exhibida todo el año, como ya se puso en evidencia con la reciente caída del tratamiento de la reforma electoral.


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